CRECIMIENTO

Sólido y sostenido en el tiempo

Alcanzar el millón de clientes es un objetivo que la Caja Arequipa logró, gracias al trabajo mancomunado y coordinado de todos los colaboradores, gerentes y directores.
 
El año 2015 la institución adquirió el bloque patrimonial de la Caja Rural “Señor de Lúren”, y eso les permitió contar con posiciones preferentes en la costa central de Perú, específicamente en el departamento de Ica y en algunas ciudades del norte y oriente del país.

Ahora están consolidadas estas zonas y se están abriendo plazas en regiones nuevas como La Libertad y Lambayeque, específicamente las ciudades de Trujillo y Chiclayo. En la región de San Martín se está haciendo lo mismo en las ciudades de Tarapoto y Tocache, donde la Caja Arequipa no tenía aún presencia. También están fortaleciendo las ciudades de Chimbote y Huaraz en la región Ancash, donde llevarán la modernidad que caracteriza a la líder del sistema de cajas municipales de ahorro y crédito.

Esta realidad ha permitido que ahora sólo falta conquistar cinco regiones más, para tener una presencia total a nivel nacional que es la meta para el 2018. Eso también favorecerá a la red global de clientes que pueden interconectarse en todo el país, encontrando una oficina de la Caja Arequipa en cualquier ciudad de Perú.

Caja Arequipa planea llegar a más de 5,000 millones de soles en colocaciones, liderar en servicio de alta calidad en la atención al cliente. No solamente disponer de productos financieros adecuados a cualquier necesidad, sino ser percibidos por los clientes como la entidad con mejor calidad de servicio. Ese es el reto principal.

“Principalmente, buscamos que, la vocación de servicio esté presente en todo colaborador. Permanente realizamos talleres para fomentar estos valores en las vidas de las personas”, refiere el gerente central de Negocios, Wilber Dongo Díaz.

Es fundamental en toda la organización, que la cultura y los objetivos estratégicos estén siempre, desde el nivel más alto hasta el inferior, porque es la única forma de garantizar que haya un solo mensaje de servicio para todos. La alta gerencia está agradecida por la preferencia del público. Las entidades, sobre todo las de servicio, siempre se deben al público.

Sin embargo, hay una gran deuda, las microfinanzas rurales, otro de los retos de la organización.  El trabajo del campo va de la mano, no sólo con la responsabilidad del sector financiero, sino del gobierno o estados en cada país, porque se necesita mucho del aspecto logístico, especialmente en lo relacionado con la accesibilidad en la parte geográfica, carreteras, telecomunicaciones, etc.

“Cuando uno va a diferentes pueblos peruanos por la geografía diversa que tenemos, podemos recién entender cuán lejos estamos de una ciudad urbana frente a la realidad rural”, explicar el gerente de Negocios.

El esfuerzo que muchas microfinancieras intentan hacer para acercarse a esos pueblos, significa un alto costo operativo para poco volumen crediticio que se puede realizar en esas zonas.

Además, hay un riesgo operativo para acercarse y llevar transacciones económicas, e incluso, realizar transacciones monetarias en cada lugar, siempre habrá situaciones de riesgo. Por eso, es un rol que la Superintendencia de Banca, Seguros y Administradoras de Fondos de Pensiones, y de las propias entidades financieras y bancarias, así como del Estado, encontrar soluciones para impulsar las microfinanzas rurales.