EL LIDERAZGO ES EMPATÍA

Escrito por César Martinez. Publicado en Septiembre 2018

LEYENDA: El autor es periodista especializado en Economía y consultor en temas de Liderazgo y Educación Emprendedora del Instituto FINANPOS. Tiene más de mil artículos publicados sobre periodismo, literatura, arte, medio ambiente y economía. 
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Por César Sánchez Martínez / LIMA

El liderazgo también es empatía. Es colocarse en los “zapatos del otro”. Un buen líder nunca juzga a priori, sino que averigua e investiga y luego “dicta” su veredicto.

Si observamos a un hombre darle una bofetada a una mujer en la piscina, la primera reacción sería cuestionar la actitud del varón y es muy probable que quienes escuchen nuestra crítica se solidaricen con nosotros y hasta queramos agredir al hombre. Pero si analizamos bien la situación y nos informamos mejor, descubrimos que la mujer se estaba ahogando, y que, en su intento desesperado de no ahogarse, había cogido los brazos del salvavidas, poniendo en peligro, no sólo su vida, sino también la de su salvador.

Obviamente que sólo es un ejemplo, pero entre las tácticas de salvataje, el salvavidas debe recurrir a medidas extremas para tranquilizar a la víctima y poder así salvarla. Entonces, nuestra apreciación cambiará, y aunque nada justifica que se agreda a una mujer, este ejemplo extremo (menos mal que sólo es un ejemplo) nos ayuda a comprender mejor cual debe ser la actitud de un líder ante una determinada situación.

La empatía supone entender a la otra persona. Ponerse al nivel del otro para estar en condiciones iguales. Aunque está más relacionada con la parte emocional, la empatía es la capacidad de percibir lo que otra persona percibe. En realidad, se trata de una aproximación, porque nadie puede sentir exactamente lo que siente otra persona. Cada quien es diferente en carácter, madurez emocional, sentimientos, fortaleza física y vitalidad, entre otros factores.

También la empatía es compartir la experiencia vivencial y emocional con otra persona o grupo de personas. Aquí también es una aproximación, porque nadie puede transmitir sus sentimientos a otros, tal como lo está viviendo. Por ejemplo, una persona puede “transmitir” tristeza y otros pueden condolerse con ella, pero nunca en la misma proporcionalidad, porque entre los sentimientos no has cantidades exactas. “Te amo un 50 por ciento”, “odio sólo un poco”, “mi novio es medio celoso”, “me gusta un 20 por ciento”, “te amo con todo mi corazón”, “sin ti, mi vida no tiene sentido”, etc., frases muy cercanas y familiares a la vez, pero lejanas al mismo tiempo. Veamos algunas razones un poco arbitrarias, pero reales.

“Te amo un 50 por ciento” (porque aún alguien más está en nuestra mente); “odio sólo un poco” (odio o rechazo es eso. No hay porcentajes); “mi novio es medio celoso” (lo es totalmente porque es inseguro y no tiene plena confianza en ella); “me gusta un 20 por ciento” (porque hay inseguridad y espera conocer a otra persona más guapa); “te amo con todo mi corazón” (meses después se han separado o divorciado. ¿Qué pasó con todo ese corazón?); “sin ti, mi vida no tiene sentido” (porque es un mequetrefe y depende de terceras personas. Fuerte, ¿no?). Es decir, nada está dicho con exactitud en el mundo de los sentimientos. Se comparte sólo una parte y eso ya es suficiente.

Empatía también es comprender lo que otro ser puede sentir. De la misma manera, será sólo una aproximación. Pero como todo es sentimental, también es descrita como un sentimiento de participación afectiva de una persona cuando se afecta a otra.

Un líder debe saber todo esto y practicarlo con sus seguidores. Nunca se debe juzgar con antelación o porque “me han dicho”. La percepción que tiene Torombolo de Alicia, es diferente al concepto de Archi con respecto a Alicia. Si nos dejamos influenciar en las percepciones, nunca seremos buenos líderes. Cada quien debe tener su propio percepción o concepto, y si no lo tenemos, entonces construyamos algo propio.

Pero también en el liderazgo, el líder al ponerse en los zapatos del otro intentará, aún con esa aproximación, comprender la real situación de los hechos y ver posibles salidas. Siempre hay soluciones, porque aún el tiempo es una solución.

Como el liderazgo es un conjunto de virtudes, algunas van amalgamadas o fusionadas, como, por ejemplo, con la visión de futuro, el servicio, la vitalidad, etc. Si habláramos de gastronomía, la empatía en el liderazgo hace maridaje con la visión, la integridad, la ética y la convicción.

No olvidemos que el liderazgo implica desarrollar una buena comunicación en el sentido más lato de la palabra, especialmente la empatía o estrategias de relaciones públicas.

Según la psicología de la comunicación, las percepciones que se forman de un determinado impacto gobiernan nuestra manera de ver las cosas y guían nuestra conducta en el futuro. Son esas sensaciones interiores que resultan de una impresión, impactando en los sentidos.

Todos esperan que el líder solucione el problema o que tome la iniciativa. En parte, así debe ser porque precisamente es el líder, razón por la cual, éste debe enseñar a que todos puedan tener la solución también y no solamente él.

Un líder empático crea un ambiente favorable. Diseña el camino por donde se debe transitar y propone las posibles soluciones al problema. Debe estar un paso adelante que el resto.

Por esa razón el liderazgo es comprometerse con una causa de manera desinteresada. Cuando una persona asume un compromiso, lo hace de manera consciente y asume los pasivos y activos de las decisiones.

Frente a un dilema, tomar una decisión no es fácil. Requiere, por un lado, cierta madurez y equilibrio, pero, por otro lado, conocimiento y experiencia. Los resultados de las decisiones reflejarán en última instancia, el compromiso asumido en el tiempo indicado.