EL LIDERAZGO ES VISIÓN

Escrito por César Martinez. Publicado en Agosto

El autor es periodista especializado en Economía y consultor en temas de Liderazgo y Educación Emprendedora del Instituto FINANPOS. Tiene más de mil artículos publicados sobre periodismo, literatura, arte y economía.

*Por César Sánchez Martínez

Un líder tiene que ser un visionario en el sentido más lato de la palabra. Según la Real Academia Española (RAE), el visionario es una persona que tiene o cree tener visiones o revelaciones sobrenaturales. Anuncian siempre el fin del mundo cuando cambia el milenio. Se vincula a la poesía con el misticismo y con el carácter visionario. La RAE también afirma que es una persona que provoca en la mente imágenes o estímulos que se perciben como reales sin que tengan existencia verdadera.

De eso se trata cuando afirmamos que el liderazgo es visionario. El líder debe tener una visión de futuro. Debe proyectar o imaginarse escenarios de largo alcance y prepararse para afrontar con éxito esos escenarios.

El líder se debe distinguir del resto que él ve más allá de sus narices. La gente común y corriente ve lo que tiene al frente y actúa en función a lo que ve. El líder se proyecta más allá y analiza la situación desde diversas perspectivas. No mira el árbol, mira el bosque.

Cuando nos concentramos sólo en mirar el árbol no tendremos oportunidad de ver el bosque porque el tronco, ramas y hojas del árbol no nos permite observar todo el panorama. Nos concentramos tanto que creemos que la situación es así, tal como la vemos. No hay otras perspectivas.

En cambio, cuando miramos el bosque la situación cambia y el árbol que teníamos al frente es sólo un elemento más el panorama. El líder mira el bosque y si se presenta un árbol lo quita para mirar todo.

En los diversos escenarios que un líder proyecta o se imagina, deberá saber “leer” la realidad social, empresarial y organizacional. ¿Será suficiente con “leer”? No, también saber interpretar esa realidad. “Leer” es darse cuenta de lo que pasará. Interpretar es tomar acciones para estar preparado para esa nueva realidad. Requiere una dosis de experiencia, conocimiento y expertise.

A menos que la realidad dependa de factores foráneos, el líder deberá añadir a su conocimiento y experiencia un poco de la administración integral de los riesgos. Le ayudará mucho a minimizar los posibles siniestros y a tomar acciones previas de prevención. Por eso insistimos que nadie nace líder, se podrá nacer con ciertas habilidades nada más. El liderazgo se aprende y eso depende de cada persona.

Las habilidades podrán sí ayudar a aprender más rápidamente el liderazgo, e incluso prepararnos mejor, pero todo se aprende en la vida. ¿Todos pueden ser líderes? Si todos llegamos a este mundo dotados de ciertas habilidades y podemos aprenderlo en la vida, sí es posible.

Pero como todos sabrán, hay personas que prefieren, por ejemplo, trabajar para otros y ser siempre dependientes, al margen de su profesión o habilidad. Sin embargo, hay gente emprendedora que se traza un camino y buscan siempre salir adelante. Generalmente un emprendedor tiene una buena dosis de liderazgo en su vida. Algunos llegan a ser excelentes líderes. Cualquiera puede ser hábil y virtuoso en algo, pero no cualquiera es un líder.

TIEMPO

¿Eso qué significa? Significa tiempo, dedicación y confianza. Tiempo porque requiere de procesos y como todos sabemos, un proceso para que madure necesita de tiempo. Nada se hace de la noche a la mañana. ¿Pero si no hay tiempo? Hay situaciones que requieren de soluciones rápidas porque recién se han presentado, pero son situaciones contadas.

El proceso supone etapas y, por lo tanto, madurez. El crecimiento no es rápido, necesita un tiempo que al final será el mejor aliado del líder. Una persona que suele hacer las cosas con rapidez y muchas veces el resultado es fatal, no es sabio, y tampoco un líder. Toda acción requiere una reflexión. ¿Cuál será la reacción? ¿Cómo se comportará? ¿Qué pasará después? ¿Cómo debo proceder? ¿Habrá afectados? Todas estas interrogantes deben ser contestadas por el líder y su equipo. (Se supone que un líder tiene equipo. Ningún líder trabaja solo).

DEDICACIÓN

La dedicación está involucrada con la capacitación o entrenamiento. Se requiere que el líder sepa capacitarse y saber qué cosa hacer. Una persona que actúa llevado por sus impulsos, podrá ser un gritón, un malhumorado, un vulgar, etc., pero nunca un líder.

El líder debe dedicarse al “problema”, situación o circunstancia. Es el capitán de la nave que debe anclar en un buen puerto. Esa dedicación también es visionaria y debe aplicar todas las pautas de la visión de futuro, que al mismo tiempo es un proceso (tiempo).

Ello supone conocer a las personas y saber cuál será la reacción del equipo. El líder invierte tiempo en su equipo, los capacita y les enseña el camino a seguir. Todo ello forma parte de la visión de futuro, que empieza en la mente y corazón de una persona, pero que pronto la comparte con el resto del equipo.

CONFIANZA

Aparte del tiempo y dedicación, el líder requiere de confianza en sí mismo. Una persona que está segura de lo que hace será capaz de llevar por buen camino a su equipo y superar los obstáculos que encuentra en su camino. La confianza es también saber cuál es el camino correcto por donde transitar y qué decisión tomar.

La confianza, está intrínsecamente ligada al tiempo y dedicación. Estar seguro de sí mismo o ser una persona segura, supone, no solamente haberse capacitado, sino contar con otros elementos que aprendió desde la niñez.

Una persona con traumas o complejos no podrá ejercer a plenitud el liderazgo. Podrá tener un puesto de responsabilidad y tener personas a su cargo, pero no ejercerá un buen liderazgo.

Entonces, un líder debe saber soñar y “visualizar” posibles escenarios futuros y prepararse con anticipación para las nuevas realidades. El soñar no es malo sí sólo es un sueño que impulsará una acción. Pero si es algo que nos deja inactivos y soñamos con las glorias pasadas, entonces todo quedará ahí. No debemos soñar ni con las glorias pasados ni con las experiencias negativas porque en ambas nos inmovilizarán y no permitirán que avancemos.

Soñemos en grandes, vislumbremos escenarios futuros y busquemos soluciones anticipadas.