¿FORTALECIMIENTO PATRIMONIAL? EL ETERNO DILEMA DE LAS CAJAS MUNICIPALES

Escrito por César Martinez. Publicado en Septiembre 2019

LEYENDA: El autor es Economista de la Pontificia Universidad Católica del Perú, con grado de Maestría en Procesos Sociales y Políticas Económicas con la Universidad del País Vasco - España; experiencia en gestión pública en entidades de gobierno regional y municipal ocupando posiciones gerenciales y de asesoría; consultor en temas diversos de la especialidad; fue miembro del Directorio de CMAC Cusco en varias oportunidades, como Presidente y Vice Presidente; además de docente universitario en maestría y autor de diversos artículos.

Por: Fernando Romero Neira

El sistema de Cajas de Ahorro y Crédito Municipal posiblemente sea el modelo financiero mejor integrado al proceso de desarrollo de una comunidad o sociedad, puesto que forma parte de la estructura de la gestión municipal; un municipio provincial es su propietario único y absoluto. Me explico, la razón de existir, o misión, de estas entidades de microfinanzas es contribuir a mejorar la calidad de vida de la población vulnerable desde su inclusión financiera, tanto con el micro ahorro como con el micro crédito y los más de 25 años que tiene este sistema así lo demuestran. Este propósito resume una parte importante de las funciones de los gobiernos locales en cuanto a la promoción del desarrollo social y económico en sus territorios de acción.

Las Cajas Municipales generan utilidades y, dentro del marco normativo del sector financiero y lo establecido por su órgano regulador, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), hasta un 50% de esas utilidades pueden ser entregadas a su municipalidad –como Recursos Directamente Recaudados- para ser destinados exclusivamente a proyectos de inversión pública que permitan el desarrollo social, económico y ambiental de la respectiva provincia, es decir reduciendo indicadores de pobreza, mejorando los de competitividad en su territorio y finalmente contribuyendo en la calidad de vida de la ciudadanía; en resumen, una cadena de valor gestionada por el gobierno local con los aportes de su Caja Municipal.

Actualmente son once las Cajas que forman parte de este sistema, según información oficial de la SBS, de las cuales, las cuatro más grandes (Arequipa, Huancayo, Cusco y Piura) generaron el 2017 un resultado neto del ejercicio (luego de impuestos) de 321.6 millones de soles, equivalente al 91.3% del Presupuesto Institucional Modificado (PIM) para gasto de capital o inversiones (conformado, entre otras fuentes de financiamiento, por los Recursos Directamente Recaudados ya mencionados) del 2018, de los municipios provinciales de esas Cajas. Es importante anotar que estas utilidades son incorporadas en los presupuestos de las municipalidades al año siguiente de su generación. La dimensión de este porcentaje nos da una clara idea de la importante capacidad de generación de recursos que tienen estas Cajas, y en consecuencia, de su gran potencial para contribuir al financiamiento del desarrollo desde sus respectivas municipalidades provinciales; en otras palabras, este breve razonamiento sugiere que hay utilidades que se dejan de generar debido a las restricciones institucionales que tienen las Cajas Municipales para poder fortalecer o incrementar su actual nivel de Patrimonio Efectivo.

Pero como en la vida siempre hay restricciones, en el sistema financiero peruano el tamaño del Patrimonio Efectivo determina hasta qué monto pueden otorgar créditos las entidades del sistema financiero, entre ellas las Cajas Municipales (para mencionar uno entre varios coeficientes, se puede colocar créditos hasta 14 veces el valor del Patrimonio Efectivo). Una deducción lógica y elemental nos indica que a mayor Patrimonio Efectivo mayor será el volumen de colocaciones o créditos otorgados y, en consecuencia, mayor será la capacidad de generación de utilidades y, naturalmente, mayores las transferencias por este concepto a las respectivas municipalidades provinciales. Como dato para explicar mejor lo dicho, entre los años 2010 a 2017 las once Cajas Municipales lograron incrementar en 109% su Patrimonio Total, en período similar otra microfinanciera, Mibanco, lo incrementó en más del 300%, la explicación es simple, aquellas son totalmente públicas mientras esta última es totalmente privada; aquellas están, en alguna medida, sometidas a las reglas de un absurdo olimpo de dioses de papel mientras que la otra, con los pies en la tierra, juega tan libre como se lo permite el mercado financiero.

Aquí hay un nudo gordiano y no está en el marco normativo pues la SBS se encargó de allanar y dejar la mesa limpia para el fortalecimiento patrimonial de las Cajas Municipales, es decir para el ingreso de nuevos accionistas al capital social, fusiones entre dos o más de estas Cajas o en caso una adquiera participación en otra. El nudo está en la Junta General de Accionistas de cada Caja Municipal, instancia conformada por el Consejo Municipal y presidida por su Alcalde, que conforma su accionariado y ejercen los derechos de accionistas (finalmente, una figura legal).

Una forma muy gráfica de explicarlo es a través de la clásica comparación entre la galleta y la torta, cuando en algún momento nos preguntamos, ¿qué es mejor, el 100% de una galleta o la mitad de una torta? Este cuestionamiento nos remite a reflexionar sobre el todo y las partes de una unidad, el todo es preferido a un pedazo, a un trozo, a una parte de una unidad. Bien, pero aquí hay un detalle importante, ¿de qué tamaño es esa unidad? Vuelvo a ver la galleta y la torta, me pregunto nuevamente, ¿es preferible toda una galleta o un buen pedazo de aquella torta?, toda la galleta la ingiero de un solo bocado, la mitad de la torta será en varios.

Si hay urgentes necesidades que satisfacer (la demanda social hacia las municipalidades por mayores proyectos de inversión para el cierre de brechas en seguridad pública, contaminación ambiental, saneamiento, transporte urbano y sigue la lista), entonces sería preferible un buen trozo de esa torta a toda aquella galletita; de pronto se podría calificar este razonamiento económico como maximalista y está bien, con el detalle adicional que se trata de maximizar el uso de los recursos para contribuir al financiamiento de al menos un mínimo socialmente aceptable de las demandas establecidas o brechas identificadas por la comunidad y que en muchos casos es hasta inclusive un derecho humano.

Es imposible evitar el paralelo de la galleta y el trozo de torta con el capital social de las Cajas de Ahorro y Crédito Municipal, cuyos dueños absolutos y únicos (100%) de esos patrimonios son sus respectivas Municipalidades Provinciales. ¿Acaso cada uno de estos gobiernos locales está prefiriendo “toda una galleta a un buen pedazo de torta”?

La escena se repite una y otra vez, gestión edil tras otra, con el letánico razonamiento de directorio y gerencia exponiendo y sustentando ante su Junta General de Accionistas (Consejo Municipal y Alcalde) la necesidad del fortalecimiento patrimonial (entendiendo por tal a la apertura del capital social) con el respaldo del marco legal. Y así, año a año, como un eterno retorno, cada vez con mayor sentido la solicitud y los argumentos, y cada vez, con mayor convencimiento, el absurdo de la negativa a implementarlo. No hay mejor mecanismo que este para perpetuar la negación de una realidad en la que, mientras tanto, se fortalecen y crecen otras microfinancieras, lejos de los sistemas administrativos públicos, libres del rigor político y absurdas ideologías que inconscientemente construyen una verdad -ajena y distante a la realidad, al mercado y a las necesidades sociales- y lo peor es que creen en ella, alimentando el lastre que resta competitividad a sus propias Cajas Municipales.

Pasa en todas las Cajas Municipales, es como un virus endémico que ataca solamente a estas microfinancieras, limitando su crecimiento, desarrollo y competitividad, generando mayores ventajas para aquellas libres de este lastre. Ignorancia supina, lectura errada, síntesis de la ausencia de una ambición social que impulsaría el cierre de aquellas brechas desde la inversión pública con utilidades que ahora, por prohibidas, no autorizadas y denegadas son dejadas en manos de otras microfinancieras fuera del sistema de Cajas. Es que lamentablemente sucede, a veces o en muchos casos, que lo obvio se hace invisible a la simple mirada. Por ahí leí “liderazgo”, y sí, es líder quien mira donde nadie puede ver; caso contrario todo es pura retórica que se pierde en el vacío construido por aquel que no puede ver.