OROVILCA, UN PEQUEÑO PARAÍSO EN MEDIO DEL DESIERTO DE ICA

Escrito por César Martinez. Publicado en Enero 2018

Nostalgias de oasis

El último día del 2017 llegamos a la legendaria Huacachina, la última sobreviviente de una decena de lagunas (La Victoria, San Pedro, Pozo de Hondo, Saraja y La Huega, entre varias otras más) que antes rodeaban Ica, permitiendo que los lugareños lidiaran airosamente con el ardor del verano, y que ahora se han secado o, peor aún, son vertederos de desmonte. La misma Huacachina recibió varias veces los santos óleos y sobrevive artificialmente gracias al bombeo de agua dulce. Almorzamos un soberbio tacu tacu de pallares con mariscos mirando a la gente pasear en pedalones sobre la laguna. Aunque mayor actividad se percibía fuera del agua: gente deslizándose de las dunas en sandboard o remontándolas en tubulares.

Precisamente abordamos un tubular para que nos traslade a Orovilca, nuestro destino para recibir el 2018 lejos del mundanal ruido. Nos sumergimos en el desierto, un vaivén ondulante y mágico. De pronto, pudimos divisar una inimaginable vía de piedra casi ahogada por la arena. Se trataba de un camino empedrado, mandado a construir por Manuel Prado en 1942, que conectaba Huacachina con Orovilca, que entonces era un oasis codiciado por propios y extraños de diversos lugares. Incluso José María Arguedas, que estudió los primeros años de secundaria en Ica, habla de ella como un refugio mítico en su cuento titulado justamente “Orovilca”.

Arribamos a la que fuera una laguna hasta marchitarse en la década de los 60, y ahora es una confabulación vegetal, que sabe de huarangos, dátiles y mangos. Varias voces en Ica se han alzado para recuperar el oasis original. Tarea titánica, pero no imposible. Mientras tanto, bajo palmeras despeinadas cantamos loas nostálgicas.

EL APUNTE
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Dónde. Orovilca está ubicada a 3,3 km al sur de Huacachina. Es un destino ideal para acampar bajo las estrellas.
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Qué hacer. Las dunas del desierto de Ica son perfectas para practicar sandboard o despertar la adrenalina con paseos en tubulares.
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Estado actual. Si bien la laguna se secó en la década de los 60, el oasis no ha perdido su vegetación, principalmente de huarangos.
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FUENTE: REVISTA SOMOS
PERIODISTA: ÁLVARO ROCHA
SABADO 06 DE ENERO DE 2018 
PAG. 8