𝐉𝐎𝐑𝐆𝐄 𝐒𝐎𝐋𝐈́𝐒 𝐄𝐒𝐏𝐈𝐍𝐎𝐙𝐀 “𝐅𝐀𝐄 𝐀𝐆𝐑𝐎 𝐘 𝐄𝐋 𝐅𝐑𝐀𝐂𝐀𝐒𝐎 𝐃𝐄 𝐀𝐆𝐑𝐎𝐁𝐀𝐍𝐂𝐎, 𝐔𝐍𝐀 𝐑𝐄𝐅𝐎𝐑𝐌𝐀 𝐍𝐄𝐂𝐄𝐒𝐀𝐑𝐈𝐀”

Escrito por César Martinez. Publicado en Agosto 2020

Los micro y pequeños productores del campo siguen abandonados y excluidos financieramente, debatiéndose entre la pobreza

El Programa de Garantía del Gobierno Nacional para el Financiamiento Agrario Empresarial, con un fondo de S/. 2,000 000 000.00, tiene por objetivo inyectar fondos y asegurar la producción en el campo para la campaña agrícola 2019-2020, destinado a los pequeños agricultores, con menos de 5 hectáreas de cultivos, los mismos se canalizarán a través del sistema financiero (Bancos, CRAC o Cajas Municipales), la pregunta es ¿Dónde quedó Agrobanco? La respuesta es patética, fracaso irremediablemente, sencillamente el modelo no funciona.
Premisa “El estado no debe entrar a competir, sino promover el desarrollo del sistema financiero, con una regulación proporcional, equitativa e inclusiva”. La banca de fomento es inviable.
Agrobanco se creó el año 2001, mediante Ley N° 27603; a la sazón, se relanzó el año 2007, mediante Ley N° 29064 y posteriormente, mediante Ley N° 30983, del 27 de diciembre del 2018, se estructuró su fortalecimiento; sin embargo, el saldo en cifras al cierre del 2019 con respecto a diciembre del 2018, es el siguiente: pérdida de 95 millones de soles, disminución del patrimonio neto de 36.4%, disminución de ingresos financieros de 78.4%, cartera pesada 86.4%, cartera de alto riesgo 86.8%, con un saldo de cartera decreciente de 820 millones; amén de ello, cuenta con una escasa cobertura territorial, 52 puntos de atención; consecuentemente, su impacto es nulo, para una población rural que representa casi 1/3 del país y que genera el 26% del PEA; mientras tanto, los micro y pequeños productores del campo siguen abandonados y excluidos financieramente, debatiéndose entre la pobreza y la extrema pobreza.
Solo el 5% de la población rural adulta tiene acceso a servicios financieros; esta cruda realidad nos invita a replantear las cosas, para impulsar la inclusión financiera, como vehículo de inclusión económica y social del hombre del campo, Agrobanco debe ser exclusivamente banca de segundo piso, con financiamiento del Estado a través de las entidades microfinancieras, entre ellas, las Cajas Municipales; con un fondo de seguro agrario que garantice los créditos del sector, asumiendo el Estado y las entidades financieras un riesgo compartido, como se da en el modelo mexicano y recientemente en Colombia.
Un buen ejemplo a seguir es el Fondo Mi Vivienda, que funciona exitosamente como banca de segundo piso para el sector; es imperioso poner en la agenda política este tema, para no quedar anclados en el fracaso del pasado.