๐๐๐๐ฃ๐ง๐ฬ๐ ๐ข๐ฆ๐๐ข, ๐๐ ๐๐ฆ๐ง๐๐๐ข ๐๐ ๐ฉ๐๐๐ ๐ค๐จ๐ ๐๐ข๐ก๐ข๐๐ฬ๐๐ ๐ข๐ฆ ๐ก๐จ๐ก๐๐ ๐ฉ๐ข๐๐ฉ๐๐ฅ๐ฬ
LEYENDA: Gideon Lichfield ha sido editor en jefe de MIT Technology Review desde diciembre de 2017. Pasó 16 años en The Economist , primero como escritor de ciencia y tecnología y luego en publicaciones en Ciudad de México, Moscú, Jerusalén y Nueva York. En 2012 se fue para convertirse en uno de los editores fundadores de Quartz, un medio de noticias dedicado a cubrir el futuro de la economía global que ahora es ampliamente reconocida como una de las compañías más innovadoras en medios digitales. Gideon ha enseñado periodismo en la Universidad de Nueva York y ha sido becario en Data & Society, un instituto de investigación dedicado al estudio de los impactos sociales de las nuevas tecnologías. Creció en el Reino Unido y estudió física y filosofía de la ciencia.
๐๐น ๐ฎ๐ป๐ฎ๐น๐ถ๐๐๐ฎ ๐๐ถ๐ฑ๐ฒ๐ผ๐ป ๐๐ถ๐ฐ๐ต๐ณ๐ถ๐ฒ๐น๐ฑ ๐ฎ๐๐ฒ๐ด๐๐ฟ๐ฎ ๐พ๐๐ฒ ๐๐ผ๐ฑ๐ผ๐ ๐๐ฒ๐ป๐ฑ๐ฟ๐ฒ๐บ๐ผ๐ ๐พ๐๐ฒ ๐ฎ๐ฑ๐ฎ๐ฝ๐๐ฎ๐ฟ๐ป๐ผ๐ ๐ฎ ๐๐ป๐ฎ ๐ป๐๐ฒ๐๐ฎ ๐ณ๐ผ๐ฟ๐บ๐ฎ ๐ฑ๐ฒ ๐๐ถ๐๐ถ๐ฟ, ๐๐ฟ๐ฎ๐ฏ๐ฎ๐ท๐ฎ๐ฟ ๐ ๐ฟ๐ฒ๐น๐ฎ๐ฐ๐ถ๐ผ๐ป๐ฎ๐ฟ๐ป๐ผ๐.
๐๐ผ๐ป๐๐ถ๐ฑ๐ฒ๐ฟ๐ฎ ๐พ๐๐ฒ ๐น๐ฎ ๐บ๐ฎ๐๐ผ๐ฟ๐ถฬ๐ฎ ๐ฑ๐ฒ ๐น๐ฎ ๐ฝ๐ผ๐ฏ๐น๐ฎ๐ฐ๐ถ๐ผฬ๐ป ๐๐ผ๐ฑ๐ฎ๐๐ถฬ๐ฎ ๐ป๐ผ ๐ฒ๐ ๐ฐ๐ผ๐ป๐๐ฐ๐ถ๐ฒ๐ป๐๐ฒ ๐ฑ๐ฒ ๐น๐ฎ๐ ๐ฐ๐ผ๐ป๐๐ฒ๐ฐ๐๐ฒ๐ป๐ฐ๐ถ๐ฎ๐ ๐ฎ ๐ฐ๐ผ๐ฟ๐๐ผ ๐ ๐น๐ฎ๐ฟ๐ด๐ผ ๐ฝ๐น๐ฎ๐๐ผ ๐พ๐๐ฒ ๐๐ฟ๐ฎ๐ฒ๐ฟ๐ฎฬ ๐น๐ฎ ๐ฝ๐ฎ๐ป๐ฑ๐ฒ๐บ๐ถ๐ฎ ๐ฑ๐ฒ ๐ฐ๐ผ๐ฟ๐ผ๐ป๐ฎ๐๐ถ๐ฟ๐๐. "๐๐ฐ๐ฒ๐ฝ๐๐ฒฬ๐บ๐ผ๐๐น๐ผ, ๐ฒ๐น ๐ฒ๐๐๐ถ๐น๐ผ ๐ฑ๐ฒ ๐๐ถ๐ฑ๐ฎ ๐พ๐๐ฒ ๐ฐ๐ผ๐ป๐ผ๐ฐ๐ถฬ๐ฎ๐บ๐ผ๐ ๐ป๐ผ ๐๐ฎ ๐ฎ ๐๐ผ๐น๐๐ฒ๐ฟ ๐ป๐๐ป๐ฐ๐ฎ", ๐ฎ๐๐ฒ๐ด๐๐ฟ๐ผฬ ๐ฒ๐น ๐ฎ๐ป๐ฎ๐น๐ถ๐๐๐ฎ.
El experto toma en cuenta un estudio publicado por la universidad Imperial College de Londres, en el que los investigadores británicos sugieren imponer medidas de distanciamiento social "más extremas" a medida que aumenten los pacientes atendidos en las unidades de cuidados intensivos (UCI) y "suavizarlas" cuando se reduzca la cantidad de personas ingresadas.
Esta opción se basa en una predicción de los expertos sobre los picos de ocupación mensual de estas áreas hospitalarias a lo largo del año por pacientes con covid-19. El estudio recomienda asimismo que se debe "reducir el contacto fuera del hogar, en la escuela o en el lugar de trabajo en un 75 %".
"Según este modelo, los investigadores concluyen que el distanciamiento social […] debería producirse aproximadamente dos tercios del tiempo, es decir, dos meses sí y uno no, hasta que haya una vacuna disponible, algo que no se espera como mínimo hasta dentro de 18 meses", explica Lichfield.
LA VIDA EN UNA PANDEMIA PERMANENTE
El analista aclara que no se trata de una alteración temporal, sino del "inicio de una forma de vida completamente diferente".
A corto plazo, esta nueva situación perjudicará sobre todo a los negocios que dependen de reunir a grandes cantidades de personas (restaurantes, gimnasios, centros comerciales, hoteles, cines, museos, aerolíneas, escuelas privadas, etc). Además, afectará a los padres, que tendrán que educar a sus hijos en casa; a los que cuidan de sus parientes mayores; están atrapadas en relaciones abusivas o no tienen ahorros "para lidiar con los cambios en sus ingresos".
Por otro lado, los negocios se adaptarán a la nueva realidad y veremos "una explosión de nuevos servicios en lo que ya se ha denominado como la 'economía confinada'", pronostica Lichfield. También predice que cambiaremos algunos hábitos (reducción de viajes contaminantes, auge de cadenas de suministro locales, paseos y ciclismo), y tendremos mejores sistemas sanitarios para responder a las futuras pandemias.
Aunque, en un primer momento nuestra vida social cambiará, finalmente "recuperaremos la capacidad de socializar de manera segura" gracias al desarrollo de "formas más sofisticadas de identificar quién representa un riesgo y quién no, y discriminando, legalmente, a los primeros", vaticina el experto.
"VIGILANCIA INTRUSIVA", UN PRECIO A PAGAR
En este sentido, el analista cree que el mundo requerirá de nuevos métodos de control para dar seguimiento a las personas contagiadas y evitar la propagación de la enfermedad. Por ejemplo, para abordar un vuelo, el pasajero podría tener que registrarse en un servicio que rastree sus movimientos a través del teléfono y detectará si ha estado cerca de infectados confirmados o de "puntos calientes de enfermedades". Habría requisitos similares en edificios gubernamentales o centros de transporte público, además de escáneres de temperatura "en todas partes", mientras que las discotecas podrían requerir algún tipo de verificación digital que demuestre que el cliente ya se ha recuperado y vacunado contra la última cepa del virus.
Lichfield sostiene que "nos adaptaremos y aceptaremos esas medidas", y que "la vigilancia intrusiva se considerará un pequeño precio a pagar por la libertad básica de estar con otras personas".
COSTO SOCIAL
Finalmente, Lichfield evaluó el coste social de la pandemia y señaló que, "como de costumbre", será asumido por "los más pobres y los más débiles", los que tienen menos acceso a la sanidad y viven en zonas más propensas a enfermedades, los autónomos, los inmigrantes y los refugiados, etc. También podrá haber "discriminación oculta" de los ganen menos de 30.000 euros anuales, tengan una familia numerosa, vivan en ciertas partes de un país o cumplan con otro criterio que gobiernos y empresas puedan considerar de riesgo para contraer una enfermedad.
"Todos tendremos que adaptarnos a una nueva forma de vivir, trabajar y relacionarnos. Pero como con todo cambio, habrá algunos que perderán más que la mayoría, y probablemente serán los que ya han perdido demasiado", asevera el autor del artículo, al tiempo que expresa la esperanza de que esta crisis "obligue a los países, en particular a EE.UU., a corregir las enormes desigualdades sociales" que hacen tan vulnerables a grandes franjas de su población.