Se estima que, en promedio, los topes a las tasas de interés aprobadas por el Congreso de la República, han excluido al 25% de las personas que antes accedían a créditos formales de consumo, así como al mismo porcentaje de microempresas, señala el informe “El mercado de créditos informales en el Perú” del IPE.
Aproximadamente el 36% de las personas que recurrieron a prestamistas informales en el último año, ahora estarían dispuestas a acudir al sistema financiero formal si necesitaran un nuevo préstamo, mientras que el 44% volvería a financiarse a través de un prestamista informal, muestra un estudio del Instituto Peruano de Economía (IPE). De acuerdo con el estudio “El mercado de créditos informales en el Perú”, el principal motivo por el que las personas optan por créditos informales es la rapidez del trámite, ya que consideran que los préstamos formales exigen demasiados requisitos.
Al menos 580 mil familias en el país obtuvieron un crédito de prestamistas o casas de empeño durante el último año. Estos préstamos informales son más comunes en el oriente y entre los hogares de bajos recursos, representando alrededor del 14% de los hogares encuestados. En la zona oriente, la proporción de hogares que acudieron a este tipo de préstamos alcanza el 22%, mientras que en la zona sur y en Lima Metropolitana, la cifra se sitúa en 9% y 5%, respectivamente.
Los créditos informales se destinan principalmente al pago de deudas, inversión en negocios y cubrir necesidades básicas. En los últimos 10 años, se ha observado una reducción en su uso para la compra de viviendas y un aumento en su utilización para gastos relacionados con la salud, especialmente debido a la pandemia de la COVID-19.
El estudio, elaborado con el apoyo de la Asociación de Bancos (Asbanc), revela que los créditos informales suman al menos S/1.000 millones, lo que representa aproximadamente el 79% de los créditos de microempresas y consumo otorgados por todas las Cajas Rurales. El monto promedio de un crédito informal es de S/1.722.
Características
Entre sus características principales está que el 22% de los créditos informales son otorgados bajo la modalidad “gota a gota” con pagos diarios, siendo esta modalidad predominante en Iquitos. Además, el 28% de los préstamos tienen un plazo de un mes con una sola cuota, y la tasa de interés más común al finalizar cada plazo es de 20%. En Iquitos, la modalidad “gota a gota” es dominante en el 69% de los casos.
El 49% de los prestatarios informales pagan tasas de interés compuestas anualizadas superiores a 500%. A pesar del alto costo, casi la mitad de los encuestados considera que las condiciones de estos préstamos son favorables o muy favorables para ellos.
El 86% de las familias que recibieron un crédito informal en el último año ya lo han devuelto, mientras que el 8% tuvo dificultades con la devolución. Sin embargo, más de la mitad de este último grupo estaría al día con sus pagos.
El estudio evidencia que el 35% de aquellos que tuvieron problemas para pagar sus préstamos informales recibieron amenazas o presiones. Estas amenazas podrían influir en el cumplimiento de los plazos pactados por el resto de los prestatarios.
En este sentido, una trabajadora dependiente en Arequipa relató el caso de una amiga que experimentó problemas con el pago de su deuda y fue visitada en su casa por personas que amenazaron a su hija, a su esposo y a su familia.
Servicios formales
El IPE hace un llamado a mejorar los servicios financieros formales para hacerlos más atractivos, evitar medidas que perjudiquen a los consumidores y fortalecer la confianza de la ciudadanía en las instituciones financieras.
Asimismo, insta a aprovechar nuevas herramientas tecnológicas y eliminar los topes a las tasas de interés establecidas por el Congreso de la República, los cuales restringen el acceso al crédito formal. Según el informe, el 79% de los préstamos informales tiene una tasa de interés superior al tope legal actual. Se estima que, en promedio, estas restricciones han excluido al 25% de las personas que antes accedían a créditos formales de consumo y microempresas.
El IPE enfatiza la importancia de facilitar el acceso a servicios financieros formales y fortalecer la confianza de los hogares más vulnerables en estas instituciones. La verdadera inclusión financiera requiere aprovechar nuevas herramientas, como las billeteras electrónicas, para promover el uso de servicios financieros formales y explorar modalidades de pago más flexibles, indicó.
El informe del IPE se basó en dos encuestas realizadas a nivel nacional y en 5 ciudades, con un total de 1.045 y 1.205 encuestados, respectivamente. Además, se llevaron a cabo entrevistas y se realizó un análisis de fuentes secundarias. El estudio se llevó a cabo entre los meses de setiembre y noviembre del año pasado.
Asbanc: Los hogares están atrapados en una espiral de créditos “gota a gota”
De acuerdo con el estudio “El mercado de créditos informales en el Perú” del IPE, un 39% de las personas que acudieron al mercado informal de créditos lo hizo para pagar deudas, una peligrosa situación que advirtió Ricardo Montero, jefe de Estudios Económicos de Asbanc.
“Si las deudas que están pagando son otros créditos informales que arrastran de antes, lo que está pasando es que los hogares están atrapados en una espiral de crédito “gota a gota” que los van a dejar en una situación sumamente precaria y peligrosa”, señaló durante la presentación del informe del IPE.
Dijo que tal situación es un gran problema, ya que afecta particularmente a una población vulnerable, a la que va a dejar en una situación aún más vulnerable.
Destacó que el informe del IPE permite dimensionar la magnitud del problema del mercado de créditos informales, pero que en virtud de la información que se ve en los noticieros, diera la impresión de que este fenómeno se está haciendo cada vez más recurrente.
Para enfrentar el problema, Montero se sumó al pedido para derogar la ley que establece los límites a las tasas de interés activas. “Por más que uno crea que así se ayuda a algunas personas, el hecho de que se haya realizado de manera poco técnica y en contra de las opiniones de los entes públicos especializados, termina siendo una medida contraproducente”.
Añadió que el límite a las tasas de interés impide que las instituciones financieras formales puedan ofrecer crédito a las poblaciones vulnerables, las que quedan a merced del sector informal como única alternativa de financiamiento. Indicó que Asbanc puede promover y apostar por la educación financiera. “Nuestro diagnóstico es que la mayoría de las personas de todos los niveles socioeconómicos cometen errores al comparar opciones, incluso cuando se necesita realizar cálculos muy básicos”.
Finalmente, consideró que el informe del IPE plantea una reflexión al sector bancario: “Debemos tomar lecciones de este estudio y hacer que la comunicación de nuestros servicios sea más clara, más directa y fácil de entender, y así las personas van a poder vernos no como entes distantes a los que hay que tenerles miedo, sino como socios que usan el mismo lenguaje que ellos tienen”.
SBS: Hace falta educar y desarrollar los canales virtuales
Narda Sotomayor, jefa del Departamento de Análisis de Microfinanzas de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), enfatizó la necesidad de educar a la población y desarrollar los canales virtuales en el sector financiero, con el fin de abordar la creciente demanda de créditos informales en el país.
Dijo que los préstamos informales suelen ser utilizados para pagar deudas, emprender negocios o cubrir necesidades básicas, lo que indica que son considerados como un medio de emergencia.
Estos esquemas, caracterizados por condiciones de crédito desfavorables, montos y plazos muy pequeños, así como altísimos intereses, parecen estar cumpliendo una función social al cubrir emergencias y atender la brecha no abordada por el sector formal. Su existencia se debe a que son necesarios para aquellos que los utilizan.
Recordó que algunas instituciones financieras, especialmente las no bancarias, habían desarrollado productos similares en el pasado, como préstamos de corto plazo e, incluso, préstamos diarios. Sin embargo, la ley de límite de tasas de interés (Ley de Usura), afectó la viabilidad de estos productos, dejando una demanda insatisfecha que se ve obligada a recurrir al crédito informal.
Sotomayor dijo que el estudio del IPE confirma dos resultados comunes a otras investigaciones sobre los mercados del crédito. En primer lugar, la necesidad de educar, informar, sobre todo a la población de bajos recursos, y hacerlo de manera muy clara sobre los productos y servicios financieros formales, destacando las ventajas de los productos, las características, procedimientos, condiciones de acceso y las fortalezas de participar en el sistema financiero.
Según el estudio del IPE, los prestatarios informales basan sus decisiones en percepciones y no necesariamente en conocimientos sobre el mercado formal, lo que subraya la importancia de la educación.
En segundo lugar, los encuestados también valoraron la adecuación y conveniencia de los productos crediticios a sus necesidades y urgencias, incluso por encima del precio.
Destacó la necesidad de mejorar este aspecto por parte de los proveedores formales. Además, se enfatizó en la importancia de mejorar el entorno legal para el desarrollo de los mercados formales, eliminando barreras que dificulten la viabilidad de productos específicos dirigidos a poblaciones de bajos recursos, como los topes a la tasa de interés.
Respecto a los canales de distribución de este tipo de créditos, mencionó la posibilidad de aprovechar de manera más efectiva los canales virtuales.
Si bien la pandemia ha impulsado la reducción de oficinas y el énfasis en cajeros corresponsales, el inicio de los créditos todavía se realiza principalmente en oficinas. Para productos pequeños y simples como estos, donde la agilidad en los pagos y el mantenimiento de cuentas son prioritarios, Sotomayor sugirió que las aplicaciones virtuales resultan funcionales.