La salud financiera de las microfinanzas no está aislada de la situación económica del país. La contracción del PBI en el primer semestre ha tenido un impacto significativo en los indicadores clave de estas entidades, señaló Juan José Inoñan Olivera, consultor y especialista en temas de microfinanzas.
En un escenario económico marcado por la incertidumbre y desafíos persistentes, el desempeño financiero del sistema microfinanciero, en particular el de las Cajas Municipales, ha estado bajo la lupa. La caída del Producto Bruto Interno (PBI) en el primer semestre de este año (-0,45%) ha dejado su huella en los principales indicadores financieros de estas entidades.
A continuación, diferentes especialistas consultados por Microfinanzas analizan el panorama actual y arrojan luz sobre los desafíos que enfrentan estas instituciones.
“La salud financiera de las microfinanzas no está aislada de la situación económica del país. La contracción del PBI en el primer semestre ha tenido un impacto significativo en los indicadores clave de estas entidades. La falta de crecimiento económico ha reducido la capacidad de los agentes económicos para gastar en bienes y servicios”, comentó Juan José Inoñan Olivera, consultor y especialista en temas de microfinanzas.
Agregó que la inflación ha erosionado aún más el poder adquisitivo de la población, lo que ha llevado a una disminución de la demanda. Este fenómeno afecta directamente a las microempresas, que son los principales clientes de las Cajas Municipales.
Solvencia
Uno de los indicadores clave para medir la solvencia de una entidad financiera es la ratio de capital global. Este indicador refleja la capacidad de la empresa para absorber pérdidas y mantener su estabilidad financiera en situaciones de estrés. A principios del 2023, experimentó una mejora, pero para la mitad del año, cayó a 14,39%.
“Uno de los primeros indicadores afectados por la situación económica es la ratio de capital global de las Cajas Municipales. Esta ha visto mermada su robustez, lo que plantea interrogantes sobre la capacidad del sector para enfrentar eventos adversos en el futuro. A pesar de ello, hasta el momento se mantiene dentro de rangos adecuados”, indicó Inoñan.
Calidad crediticia
La calidad crediticia es un activo vital para las Cajas Municipales, pero lamentablemente ha experimentado un declive en los últimos 12 meses. De acuerdo con cifras de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), la ratio de morosidad ha aumentado, pasando de 5,44% a 5,68%.
La cartera de alto riesgo también se incrementó de 7,75% a 7,98%. A esto se suma una disminución en la provisión de créditos atrasados, que pasó de 164,77% a 148,91%. Para Inoñan, estos indicadores reflejan una mayor vulnerabilidad en la cartera crediticia de las Cajas Municipales.
Por su parte, Arturo García Villacorta, profesor de la Universidad ESAN, resaltó que el indicador de créditos atrasados a más de 90 días, un referente de morosidad, muestra a junio de este año un promedio de 4,36% interanual en las Cajas Municipales. Si bien este valor todavía es superior a las cifras prepandémicas, refleja un avance en la dirección correcta.
Provisiones
Uno de los indicadores fundamentales que muestra la salud del sistema microfinanciero es la ratio de provisiones sobre créditos atrasados. Este indicador arroja luz sobre la capacidad de las instituciones financieras para enfrentar los posibles incumplimientos de pago de sus clientes.
García señaló que se provisionan los créditos que tienen atraso y lógicamente, al tener un atraso, la probabilidad de pago disminuye y hay que ir provisionando, es decir, reconociendo esa posible pérdida.
La ratio de provisiones en la cartera atrasada de estas Cajas se encuentra en un sólido 148,91% (interanual a junio), superando ligeramente a la banca tradicional que se sitúa en 143,77% (a julio).
“Este dato revela que las Cajas Municipales están en una posición sólida para asumir mayores riesgos y enfrentar futuros deterioros que pudieran afectar la cartera de créditos”, aseguró García.
Sin embargo, Inoñan consideró que la ratio de provisiones sobre cartera atrasada ha desmejorado, en junio del año pasado estuvo en 164,77% y ahora bajó a 148,91% en el sistema de Cajas Municipales.
“El aumento de la cartera atrasada y de alto riesgo ha debilitado la calidad de los activos de las Cajas Municipales. Aunque la cobertura de provisiones sobre cartera atrasada ha disminuido, todavía se encuentra en niveles aceptables. Este panorama plantea desafíos significativos en la gestión del riesgo crediticio”, opinó.
Eficiencia y gasto
Las ratios de eficiencia y gestión también han sido objeto de análisis. La ratio que relaciona los ingresos financieros anuales con los activos productivos promedio ha aumentado, pasando de 15,7% a 17,43%. Además, la relación entre los depósitos y los créditos muestra que el 82,63% de los depósitos se destinan a créditos, lo que sugiere una mayor orientación hacia la concesión de préstamos.
“Estos datos indican que las Cajas Municipales están centrando sus esfuerzos en mantener sus operaciones y expandir sus carteras de crédito. En cuanto a la eficiencia y el gasto, se espera que busquen estrategias para optimizar sus operaciones y reducir costos. En un entorno económico donde cada gasto cuenta, la eficiencia operativa se vuelve crucial para mantener la rentabilidad”, opinó Inoñan.
Liquidez
Las ratios de liquidez, que son fundamentales para la estabilidad financiera, han disminuido, pasando de 22,52% (junio 2022) a 21,13% (junio 2023).
Esta reducción puede generar preocupaciones sobre la capacidad de las Cajas Municipales para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo.
Por su parte, García destacó que el promedio de liquidez en moneda nacional se sitúa en un saludable 23%, y en moneda extranjera asciende a 75%, valores que subrayan la capacidad de estas instituciones para enfrentar contingencias y mantener sus operaciones sin interrupciones.
No obstante, subrayó que persisten retos en el sistema porque la diferencia significativa en las ratios de créditos atrasados entre moneda nacional y extranjera refleja el riesgo cambiario al que se exponen algunas microempresas al tener deudas en dólares mientras generan ingresos en moneda local.
“Este descalce de moneda es un punto de atención, ya que puede afectar la capacidad de pago en momentos de volatilidad en el tipo de cambio”, explicó.
La rentabilidad también ha sufrido. El Retorno sobre el Patrimonio (ROE) disminuyó de 8,59% en junio del 2022 a 6,88% en junio del 2023, mientras que el Retorno sobre los Activos (ROA) cayó de 1% a 0,8% en el mismo periodo, lo que refleja un entorno económico desafiante que está afectando la capacidad de generar ganancias para estas instituciones financieras.
“Uno de los efectos más visibles de estos desafíos financieros es la caída de las ratios de rentabilidad. La reducción de utilidades en las instituciones financieras relacionada con el aumento de provisiones ha tenido un impacto significativo en sus resultados financieros”, sostuvo Inoñan.
Desafíos
En tiempos de incertidumbre económica, la preservación de la calidad crediticia se vuelve esencial. Inoñan advirtió que las Cajas Municipales deben adoptar medidas proactivas, como alertas tempranas y una evaluación crediticia más rigurosa, para evitar un deterioro en sus indicadores de morosidad. Priorizar la calidad crediticia es crucial, especialmente para aquellas Cajas Municipales que enfrentan niveles elevados de morosidad.
Según la SBS, la ratio de morosidad promedio en el sistema de Cajas Municipales se ubicó en 5,68% a junio del presente año.
Para García, es clave la importancia del segmento MYPE (micro y pequeñas empresas) en la economía peruana. Con cerca de 3,1 millones de Mypes que son deudoras del sistema financiero, este segmento es esencial para la generación de empleo en el país.
Las Mypes representan aproximadamente el 45% de los puestos de trabajo, tanto formales como informales, lo que equivale a alrededor de 8 millones de empleos.
Para fortalecer aún más este segmento crucial, García enfatizó la importancia de que el Estado brinde apoyo financiero y, al mismo tiempo, herramientas para mejorar la competitividad y productividad de las Mypes. Esto podría incluir capacitación tecnológica, digitalización de procesos y acceso a información relevante del mercado.
Afirmó que si las Mypes logran aumentar su productividad y fortaleza, es probable que mejoren su comportamiento de pago y la calidad de cartera de las instituciones financieras en el futuro. Este enfoque no solo beneficiaría a las empresas, sino que también tendría un impacto positivo en la economía en general y en la estabilidad del sistema microfinanciero.
En resumen, el sistema microfinanciero, en particular las Cajas Municipales, enfrenta desafíos significativos en este entorno económico complejo. La preservación de la calidad crediticia y la adaptación a las cambiantes condiciones económicas serán clave para su éxito a largo plazo.
La vigilancia constante de los indicadores financieros y la implementación de estrategias efectivas serán cruciales para garantizar que estas instituciones sigan siendo un pilar de apoyo para los microempresarios en el Perú.