El acceso a internet no es lo único importante para que la interoperabilidad pueda llegar a más poblaciones, sino que también cuenta el uso que las personas le puedan dar, afirmó la Asociación de Bancos (Asbanc).
La interoperabilidad de las transferencias a tiempo real avanza saltando cuanta barrera encuentra en el camino. La segunda etapa de la interoperabilidad que estaba prevista para junio pasado tuvo ser aplazada por casi 2 meses y medio, hasta el 13 de septiembre, por algunas razones de naturaleza tecnológica en uno de los principales esquemas de pago existente.
Martín Santa María, gerente general de la Cámara de Compensación Electrónica (CCE), uno de los principales rieles por el cual transitarán las transferencias de los clientes de al menos 19 entidades financieras, señaló a Microfinanzas que la interoperabilidad pudo superar la barrera tecnológica que lo llevó a la pausa.
Sin embargo, la necesidad del Banco Central de Reserva (BCR) de llevar la interoperabilidad a ‘pits’ por un tema tecnológico podría no ser la única parada que se haga en esta carrera, de acuerdo con un informe de la Asociación de Bancos (Asbanc) que desarrolla los retos pendientes, publicado en la Revista Moneda del BCR.
Para Ricardo Montero de la Piedra, jefe de Estudios Económicos, y Nashira Delgado Chirinos, analista de Estudios Económicos de Asbanc, hay una serie de desafíos estructurales y culturales que se requieren tener en cuenta para que la interoperabilidad logre su cometido de impulsar la inclusión financiera.
“Si bien la interoperabilidad de las billeteras digitales es una oportunidad grande para la inclusión financiera y económica de las personas, así como para el ejercicio de sus libertades, es indispensable que venga acompañada de políticas públicas que allanen el terreno para que esta oportunidad se aproveche al máximo”, dicen.
Infraestructura
Para ellos, el ecosistema de interoperabilidad requiere de elementos indispensables para operar como, por ejemplo, la presencia de infraestructura física y las redes de internet para que soporte el servicio.
Argumentan que si bien en el 2022, de cada 100 municipalidades, 96 tuvieron internet en sus ayuntamientos, apenas el 35% tiene internet de alta calidad (fibra óptica), de acuerdo con el Registro Nacional de Municipalidades (Renamu).
“Teniendo en cuenta que el acceso a estas tecnologías se limita mucho al alejarse las capitales provinciales y distritales, esta barrera al acceso se vuelve más evidente”, sostienen.
Agregan que, si bien es importante reconocer que ha mejorado la situación de esa barrera, habiéndose duplicado el acceso a fibra óptica en los últimos 5 años, este es un avance que debe acelerarse aún más.
Por otra parte, el acceso a internet no es lo único importante para que la interoperabilidad pueda llegar a más poblaciones, sino que también cuenta el uso que las personas le puedan dar. Y sobre este punto, los resultados tampoco son tan alentadores.
Montero y Delgado detallan que, en cuanto al uso del servicio de internet para transacciones financieras, de cada 10 personas solo 2 utilizan esta red para transacciones bancarias y comerciales, pese a que esta situación representa una mejora leve a los niveles alcanzados en el 2019, según la Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares del 2021 del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Capa dura
Para ambos, el bajo promedio de personas que usan el servicio de internet para sus transacciones financieras tiene como sustento la ‘capa dura de la población’ a la que no se ha podido llegar por la brecha generacional que existe y que requiere de todos los actores para mejorar la situación.
Según el informe, los jóvenes de 18 a 24 años han incrementado el uso de internet para sus transacciones bancarias de 18% a 26%, entre el 2018 y el 2021. De igual forma, los adultos jóvenes de 25 a 40 años registraron avances de 24% a 30%, en dicho periodo.
Sin embargo, la población mayor de 65 años que usa internet para sus transacciones financieras se redujo en un punto porcentual al pasar de 15% a 14%, entre el 2018 y el 2021. Ante esta problemática, Montero y Delgado sostienen que, de la mano de la promoción del uso de los medios de pago digitales, los esfuerzos deberán concentrarse en incentivar el uso de internet en los adultos mayores como en la población vulnerable para cerrar la brecha generacional.
“Es necesario ofrecer a los grupos de adultos mayores tecnologías que les brinden apoyo y que cuenten con diseños de fácil acceso y que atiendan sus necesidades”, resaltan.
Agregan que se ha encontrado que el uso de internet con fines instrumentales como compras y operaciones bancarias puede alentar a los adultos mayores a diversificar sus intereses y explorar una gama más amplia de actividades comunitarias, generando bienestar en este segmento de la población
Brecha de género
A la brecha generacional también se le suma la brecha de género en el uso del servicio de internet para transacciones bancarias y comerciales, indican.
Precisan que esto representa una oportunidad para diferenciar los incentivos de uso de internet para operaciones financieras según el perfil de las mujeres peruanas. Sin embargo, la brecha más grande se encuentra entre las zonas urbanas y rurales.
Así, mientras que el uso de internet para transacciones bancarias o comerciales alcanza al 23% de la población urbana, apenas llega al 4% en la población rural. “Es una importante tarea pendiente reducir esta brecha de uso directamente vinculada a los problemas de conectividad en zonas rurales, así como a la reducida oferta de servicios que acepten este medio de pago en zonas alejadas”, dicen.
Los autores sostienen que la brecha generacional, de género y ámbito de residencia representan un desafío para masificar el uso de pagos digitales.
Experiencias exitosas en pagos digitales transforman el mundo
A lo largo de la historia, pequeños cambios en industrias clave, como la de pagos, han generado transformaciones en el comportamiento y el diario vivir de las personas, señala un artículo escrito por Andrés Aguirre, senior managing consultant de Mastercard, publicado en la Revista Moneda del BCR.
Indica que los cambios más significativos en industrias como la de pagos, transporte y telecomunicaciones, vinieron por oleadas. Así, para inicios del siglo XIX o antes, para el caso de los pagos, el cambio más significativo fue el uso del efectivo, para el caso del transporte fue el ferrocarril y para el caso de las telecomunicaciones lo fue el telégrafo.
En la actualidad, precisa que, en el caso de los pagos, la evidencia muestra el comienzo de una revolución con el surgimiento de pagos multirriel interoperables y en tiempo real.
Esto, a partir del alto uso y la adopción de teléfonos inteligentes que integran el día a día de las personas y permiten realizar todo tipo de operaciones desde la palma de la mano y en el medio de pagos. En este contexto, los nuevos pagos están en auge en el mundo a medida que los consumidores desplazan el uso del efectivo y lo cambian por los métodos de pago digitales y seguros, como las transferencias y las tarjetas.
Por su parte, Ricardo Montero de la Piedra y Nashira Delgado Chirinos de Asbanc, sostienen que en mercados donde las billeteras móviles y otros medios de pago han sido una herramienta altamente preferida por los usuarios, demuestran la posibilidad de generar innovadoras herramientas para transferir dinero.
Entre las principales experiencias exitosas destacan las siguientes:
India
Es un vasto país de Asia del Sur que lidera las transacciones de pagos digitales en el mundo, obteniendo cerca de 70 millones de transacciones en el 2022. El método actual más popular en pagos digitales utiliza un código QR con información biométrica de los habitantes del país.
De acuerdo con Montero y Delgado, al 2022 la India realizó 1.300 millones de identificaciones biométricas. Resaltaron el trabajo del Gobierno para impulsar esta iniciativa, en cooperación con One97 Communications, empresa líder en pagos móviles.
China
El gigante asiático ha logrado reconocimiento en otras regiones del mundo gracias a Alipay, un servicio de pago mediante el teléfono móvil. Según Montero y Delgado, su crecimiento ha incluido medidas biométricas, como la huella dactilar y el reconocimiento facial.
Sin embargo, una de las barreras para su evolución ha sido el asunto regulatorio, al no lograr categorizar los servicios de las fintech en los servicios y sectores del sistema financiero. Esta experiencia advierte desafíos sobre la necesidad de informar a los clientes acerca de potenciales riesgos, como la ausencia de cobertura de depósito de los bancos en las billeteras electrónicas de Alipay.
Suecia
Los pagos digitales han logrado gran aceptación en la población de Suecia, mencionan Montero y Delgado. Señalan que, en la actualidad, el 99,7% de personas tiene al menos una cuenta bancaria, según datos de la consultora Accenture al 2021.
El desarrollo de las billeteras digitales y otros mecanismos de banca digital en el país avanzaron al punto de que el efectivo cayó en riesgo de desaparecer.
En dicho contexto, al 2022, el 8% de la población realizó alguna compra en efectivo, mientras que los pagos virtuales en los comercios alcanzaron el 92%. Esta situación ha permitido reducir la necesidad de contar con cajeros automáticos y oficinas bancarias (0,22 y 0,14 por cada mil habitantes, respectivamente, en el 2021), una cifra menor respecto al promedio de países de Europa y Perú, en donde se cuenta con 1,35 cajeros y 0,20 oficinas bancarias por cada mil habitantes.
Brasil
El Banco Central de Brasil ha logrado avances en la seguridad a partir del cifrado de extremo a extremo y la autenticación biométrica. Montero y Delgado sostuvieron que la interoperabilidad permitió la expansión de Pix, debido a las transferencias gratuitas entre diferentes bancos.
México
En México resalta Codi. A un año de su lanzamiento logró que 32 instituciones financieras se afiliaran a la herramienta. Además, ha resultado ser una herramienta eficaz al aportar a la erradicación de la corrupción y el lavado de dinero, ya que las transacciones realizadas en la plataforma son rastreadas por el Banco de México y el Gobierno.
Los autores sostienen que Codi es de utilidad para disminuir las evasiones fiscales por parte de las empresas que operan en México. De esta manera, las aplicaciones de pago de forma digital han logrado la preferencia de los usuarios en el mundo por la practicidad en su uso y el ahorro de tiempo para realizar las operaciones.
Además, la expansión de las aplicaciones se dio en gran parte bajo el contexto de la pandemia, por lo que implica ser una herramienta que se adapta a las coyunturas actuales, caracterizadas por el escaso tiempo y gran protagonismo de la virtualidad.
No obstante, el éxito de ciertas plataformas en diversos países se debe a elementos críticos que priman en la elección de los usuarios.