El mayor deterioro en la cartera de consumo proviene principalmente de los créditos otorgados entre julio del 2021 y julio del 2022, período en el cual estos créditos crecieron por encima de 20% en la mayoría de las entidades que ofrecen el producto, señaló el Banco Central de Reserva (BCR).
El Banco Central de Reserva (BCR) afirmó que algunas entidades del sistema financiero de menor tamaño vienen generando pérdidas, por lo que necesitan reforzar sus bases patrimoniales mediante aportes de capital de los accionistas o a través de la incorporación de socios estratégicos.
En su Reporte de Estabilidad Financiera Noviembre 2013, explicó que el sistema financiero muestra una sólida posición de solvencia, así como una estabilidad en sus indicadores de liquidez y rentabilidad.
No obstante, admitió que el riesgo de crédito ha mostrado un moderado incremento, mientras que las colocaciones se han desacelerado en lo que va del año, por los efectos negativos de los conflictos sociales (protestas violentas), los factores climatológicos, así como por un menor crecimiento de la economía.
También señaló que los amplios excedentes de capital le permitirían al sistema financiero afrontar la materialización de escenarios macroeconómicos adversos, manteniéndose la estabilidad financiera.
Colocaciones
El BCR indicó que las colocaciones muestran un bajo crecimiento por una menor demanda de crédito por parte de las empresas de mayor tamaño en un entorno de menor inversión privada.
Precisó que los créditos de menor tamaño (hogares y MYPE) siguen creciendo, aunque cada vez a un menor ritmo que en los meses previos, convergiendo a las tasas de crecimiento observadas previo a la pandemia.
Por su parte, el gasto de provisiones y la cartera de alto riesgo han venido aumentando, en mayor medida por los atrasos observados en algunos deudores de la cartera de consumo, ante lo cual las entidades financieras vienen adoptando medidas con el objetivo de controlar el riesgo de crédito, agregó.
Mientras tanto, la rentabilidad se mantiene estable, dado que el mayor gasto de provisiones se ha compensado con el aumento del margen por intermediación, aunque se observa evoluciones diferenciadas a nivel de grupos de entidades, siendo las entidades especializadas en créditos de menor tamaño (consumo y MYPE) las más afectadas por el entorno de menor crecimiento de la economía.
Asimismo, las ratios de liquidez se mantienen en niveles similares a los registrados previo a la pandemia, en un entorno en el que las entidades del sistema financiero vienen optimizando sus recursos ante el mayor costo de financiamiento por las mayores tasas de interés pasivas y la desaceleración de las colocaciones.
Calidad de cartera
Igualmente, señaló que la ratio de alto riesgo del sistema financiero se ha incrementado por los efectos adversos en la actividad económica de los fenómenos climatológicos y de las protestas del presente año.
Ante ello, se registra un mayor flujo de créditos a las MYPE y de consumo castigados, los que alcanzan, en lo que va del año 2023, un promedio mensual de S/837 millones, mayor al observado en el 2022 (S/560 millones promedio mensual).
En la cartera de las empresas, las MYPE han mostrado un moderado incremento en el riesgo de crédito ante el contexto económico menos favorable, en particular por los atrasos de las pequeñas empresas.
Por grupo de entidades, aquellas con mayor exposición a los deudores más afectados por los conflictos sociales y los factores climatológicos registran los mayores deterioros en sus carteras, mientras que por sector económico los atrasos son mayores en comercio, servicios (transporte y turismo, en particular) y, en menor medida, en manufactura.
En el caso de las medianas empresas, continúa el proceso de limpieza de esta cartera por el alto deterioro registrado en años previos. Esta situación se ha reflejado en condiciones de originación del crédito para estas empresas más estrictas.
Por su parte, las empresas corporativas y grandes muestran indicadores de riesgo de crédito bajos y estables, en un contexto de menor demanda de financiamiento por parte de estas empresas.
Hogares
En el segmento de los hogares, los créditos hipotecarios muestran indicadores estables de calidad de cartera, mientras que aquellos de la cartera de consumo muestran un mayor deterioro, en particular en el caso de las tarjetas de crédito.
Este deterioro se ha registrado, principalmente, en los deudores de menores ingresos (a quienes se les suele asignar una menor línea en sus tarjetas de crédito), los cuales se han visto más afectados en su capacidad de pago por el entorno de menor actividad económica durante este año.
El mayor deterioro en la cartera de consumo proviene principalmente de los créditos otorgados entre julio del 2021 y julio del 2022, período en el cual se registraron tasas de crecimiento anual para estos créditos por encima del 20% en la mayoría de las entidades que ofrecen este producto.
Mitigar riesgo
El BCR consideró que las entidades financieras vienen implementando una serie de medidas para mitigar su exposición al riesgo, lo cual se refleja, en parte, en menores tasas de crecimiento para la cartera de consumo y en ajustes en las tasas de interés activas, en particular en los productos crediticios y los sectores de la población con perfiles de mayor riesgo de crédito.
Como resultado del aumento de los atrasos de cartera, las entidades financieras han efectuado un mayor gasto en provisiones. El incremento de provisiones ha sido mayor para la cartera de consumo, en línea con su mayor deterioro.
Si bien esto ha generado un impacto en la gran mayoría de entidades que brindan este tipo de crédito, ello ha impactado negativamente en los resultados de las entidades especializadas en tarjetas de crédito.
En el segmento de las MYPE, también se registró un mayor gasto de provisiones, aunque en menor medida que en la cartera de consumo, principalmente por pequeñas empresas cuyos montos de deuda son menores a S/80.000.
Esto ha impactado a las entidades especializadas en microfinanzas, en particular a aquellas que operan en las regiones más afectadas por los conflictos sociales y los factores climatológicos adversos registrados en el presente año.
Para el BCR, el mayor nivel de provisiones permite que el sistema cuente con altos ratios de cobertura para la cartera de alto riesgo. Esto es una fortaleza del sistema financiero ya que cuenta con una alta capacidad para absorber posibles pérdidas asociadas a los impagos de deudores de menor calidad crediticia.
Indicó que de particular relevancia es la alta cobertura de la cartera de alto riesgo de los créditos de consumo, donde el nivel actual de provisiones brinda un colchón adicional ante potenciales eventualidades.
Comentó que los créditos a las medianas empresas cuentan con colaterales por lo que, ante eventuales impagos, las entidades financieras pueden ejecutar dichas garantías, lo cual reduce la necesitad de constituir provisiones para esta cartera.
Reactiva
También informó que la cartera del programa Reactiva continúa mostrando un sostenido ritmo de amortización, con lo cual el saldo actual es un poco menos de la sexta parte del valor total del programa.
Los segmentos corporativos, grandes empresas y las microempresas efectuaron las mayores amortizaciones, mientras que las medianas y pequeñas empresas se acogieron, en mayor medida, al beneficio de reprogramación, obteniendo periodos de gracia adicionales para el pago de sus obligaciones con el programa Reactiva.
A septiembre del 2023, la cartera reprogramada de Reactiva asciende a S/7.790 millones, de los cuales S/6.716 millones corresponden a la primera modalidad de reprogramación, a la cual se pudo acceder hasta el 31 de diciembre del 2021, por lo que los periodos de gracia de estos créditos ya vencieron y la mayoría de los deudores se encuentra cumpliendo con sus obligaciones.
Por su parte, la segunda modalidad de reprogramación, que estuvo vigente hasta el 30 de septiembre del 2023, equivale a S/1.074 millones, los cuales aún tienen periodos de gracia vigentes.
El Niño
Finalmente, recordó que la intensidad del Fenómeno de El Niño (FEN) para el 2023 es un factor de riesgo para el sistema financiero, dado que puede afectar la capacidad de pago de los deudores.
En ese escenario, las entidades tendrán que absorber las posibles pérdidas resultantes de dichos atrasos, para las cuales el sistema cuenta con excedentes de provisiones y de capital.