La inversión privada cayó 7,2% interanual en el 2023, evolución que se explica por el impacto de los conflictos sociales y protestas violentas y por los choques de oferta sobre las expectativas empresariales, señaló el Banco Central de Reserva (BCR).
El Producto Bruto Interno (PBI) del cuarto trimestre del 2023 disminuyó 0,4% interanual, con lo cual se registra el cuarto trimestre con contracción interanual consecutiva de la actividad económica, informó el Banco Central de Reserva (BCR).
De esta manera, continua el proceso recesivo que enfrenta la economía peruana tras las caídas reportadas del PBI en el primer, segundo y tercer trimestre del año pasado en 0,4%, 0,5% y 1%, respectivamente.El PBI del cuarto trimestre del 2023, en términos desestacionalizados, aumentó 0,5% respecto al trimestre previo, principalmente por la recuperación de la demanda interna, la cual experimentó el mismo incremento en dicho periodo.
Balance anual
La actividad económica del 2023 retrocedió 0,6%, afectada por diferentes choques de oferta, algunos de los cuales tuvieron impactos de segunda vuelta sobre los ingresos y la confianza de los agentes económicos.
Entre ellos, destacan las anomalías climáticas asociadas al Fenómeno de El Niño (FEN) costero, las sequías en el sur, el brote de la gripe aviar y los conflictos sociales en la primera mitad del año.
Estos factores incidieron en un débil crecimiento del consumo privado (0,1%) y un retroceso por segundo año consecutivo de la inversión privada (-7,2%).
Adicionalmente, 3 factores coyunturales relacionados a la demanda también restaron impulso al crecimiento de la actividad: el descenso de la demanda externa por productos no tradicionales, especialmente por parte de Estados Unidos; la caída en la inversión pública subnacional, que se suele registrar en el primer año de las autoridades regionales y municipales; y, la reducción de inventarios, proveniente de un ajuste tras la acumulación de existencias a fines del 2022 e inicios del 2023.
Demanda interna
La demanda interna registró una caída de 0,5% interanual en el cuarto trimestre del 2023. El resultado se explica por el desplome de la inversión privada, el débil crecimiento del consumo privado y la fuerte desinversión de inventarios. Esta tendencia negativa fue atenuada por el incremento del gasto público.
En términos anuales, la demanda interna se contrajo 1,7% en el 2023. La caída fue resultado de la contracción de la inversión privada y el débil crecimiento del consumo privado. Estos impactos fueron parcialmente atenuados por el mayor gasto público.
El consumo privado del cuarto trimestre aumentó 0,2%. Este crecimiento se mantuvo débil y coincidió con la desaceleración del mercado laboral y la baja confianza del consumidor. La confianza de los hogares, medida a través de las expectativas de los agentes sobre su futura situación económica familiar, se ubicó en terreno pesimista la mayor parte del trimestre.
No obstante, resalta la recuperación observada en diciembre, mes en el que el indicador repuntó al tramo optimista. Dicha recuperación coincidió con una subida en los ingresos reales, impulsada por el descenso de la inflación a valores cercanos al rango meta.
Mercado laboral
Los indicadores del mercado laboral a nivel nacional continuaron desacelerándose en el cuarto trimestre. El empleo formal creció 0,8% (134 mil puestos laborales), menor al incremento de 1,9% del tercer trimestre, en razón de la desaceleración observada en el empleo del sector privado.
El menor empleo y las bajas expectativas también se vieron reflejados en el dinamismo del crédito de consumo, el cual bajó su tasa de expansión de 7,3% a 4,9% entre el tercer y cuarto trimestre, y en el volumen de importaciones de bienes de consumo no duradero, el cual registró un crecimiento de 0,2% interanual en el periodo.
En el 2023 el consumo privado creció 0,1%, el resultado más bajo desde 1999, excluyendo a la pandemia. El bajo crecimiento del consumo estuvo ligado al menor avance del mercado laboral: si bien se sumaron en el año 128 mil puestos laborales en promedio por mes, se observó una caída del empleo en los sectores agropecuario (-6,3%) y construcción (-5%).
Por su parte, los conflictos sociales y protestas violentas, los eventos climáticos adversos y la inflación impactaron de forma negativa en la confianza de los hogares, lo cual mermó el crecimiento del consumo a lo largo del año.
Inversión privada
En el cuarto trimestre la inversión privada retrocedió 2,3% interanual, caída que se presentó tanto en el sector minero (-4,4%), como en el no minero residencial (-16,5%). Los menores desembolsos se derivan de la baja confianza empresarial y están alineados con la caída del consumo interno de cemento excluyendo obras públicas.
A su vez, la caída interanual de las ventas de cemento en bolsa indica que los hogares no han asignado un porcentaje importante de sus ingresos a la autoconstrucción.
No obstante, la inversión no minera no residencial subió en 7,6% en el periodo, tras caer en cada trimestre del año. Este hecho se refleja en la recuperación del volumen de importaciones de bienes de capital excluyendo materiales de construcción, el cual aumentó 5,7% en el periodo.
El Ministerio de Energía y Minas (Minem) informó que en el cuarto trimestre del 2023 la inversión en el sector minero ascendió a US$1.582 millones, monto inferior en US$31 millones a lo registrado en el cuarto trimestre del 2022. La menor inversión se concentró en los rubros de infraestructura, desarrollo y preparación, y planta beneficio.
Por empresas
La menor inversión del sector minero se explicó principalmente por Anglo American Quellaveco, que redujo su inversión en US$145 millones respecto al mismo trimestre del 2022, debido al menor desembolso en infraestructura en su Unidad Minera Quellaveco.
Yanacocha disminuyó su inversión en US$74 millones por los menores desembolsos en desarrollo y preparación en su proyecto Acumulación Chaquicocha; y, Southern se ubicó en el tercer lugar con US$25 millones menos, producto de la menor inversión en los rubros de planta beneficio y equipamiento minero.
En pesca, Pesquera Exalmar invirtió US$4 millones en el cuarto trimestre, menor a los US$8 millones desembolsados en el mismo periodo del 2022, lo que se explica por el menor gasto en embarcaciones y plantas para consumo humano indirecto (CHI).
Enel Distribución destinó US$56 millones en el cuarto trimestre, menor en US$10 millones a los invertidos en el último trimestre del 2022; los desembolsos más bajos se explican por una menor ejecución de obras de ampliación por reprogramación de actividades y culminación de proyectos de digitalización asociados a desarrollo de sistemas.
En el 2023 la inversión privada cayó 7,2% interanual, evolución que se explica por el impacto de los conflictos sociales y protestas violentas y por los choques de oferta sobre las expectativas empresariales.
La fuerte contracción de la inversión del sector minero (-13,3%) se debe en parte a que el proyecto Quellaveco culminó su inversión y empezó su etapa de producción.El retroceso de la inversión en sectores no mineros (-6,5%) está ligado a la caída del consumo interno de cemento (-11,6%), al menor volumen de importaciones de bienes de capital (-4,4%) y a los mayores niveles de tasas de interés.
Brecha externa
La brecha externa cerró positiva en el 2023, registro no observado desde el primer trimestre del 2021. Así, entre los años 2022 y 2023, la brecha negativa de 4% del PBI pasó a una positiva de 0,6%, lo que respondió a la evolución del sector privado, donde se observó un fuerte aumento del ahorro y una contracción de la inversión. Por su parte, el sector público amplió su brecha negativa respecto al 2022, de -1,7% a -2,8%, principalmente debido al menor ahorro público tras la menor recaudación.
El incremento del ahorro privado en el año respondió al aumento de las tasas de interés, el incremento de la incertidumbre y la posibilidad de eventos climáticos adversos—que impulsó el ahorro precautorio. No obstante, la tasa de ahorro en términos del PBI no llega a recuperar los niveles registrados antes de la pandemia.