“Tenga siempre en cuenta que un negocio con las finanzas correctamente gestionadas tiene mayores posibilidades de lograr un crecimiento sostenible a largo plazo. Asimismo, podrá gozar de mayor tranquilidad, reducir el estrés y mantener el enfoque en la gestión empresarial”.
(*) Artículo publicado en la edición 225 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M225.pdf.
En el ámbito financiero, una de las claves al momento de emprender es realizar una correcta diferenciación entre las finanzas personales y las del negocio. Esto, además de ser vital para lograr llevar unas finanzas saludables en ambos rubros, facilita la gestión, el control y la planificación, minimizando el riesgo de atravesar momentos económicos complicados.
Aprender a mantener separadas las finanzas personales y las del negocio permite una visión clara y precisa de la situación económica de cada una, lo que facilita la toma de decisiones y protege el patrimonio personal de los riesgos y responsabilidades del negocio.
De la misma manera, incrementa las posibilidades de acceso al crédito formal, pues las instituciones financieras suelen optar por trabajar con empresas que tienen sus finanzas bien organizadas.
Realizar esta diferenciación puede parecer un tanto complicado por temas de facilidad, conveniencia o hábitos iniciales, pero es importante tener en cuenta qué es lo más recomendable para la salud financiera de ambos frentes. Por eso, comparto algunas estrategias para lograrlo:
1. Tener cuentas bancarias distintas: Utilice una cuenta para sus transacciones personales y realice todas las de su empresa en otra. Así evitará mezclar fondos y generar confusiones que puedan afectar el desempeño de cada rubro. Si utiliza tarjetas de crédito, procure usar también una para cada uno.
2. Realizar presupuestos separados: Organice los ingresos y gastos de su negocio de manera separada de las de su vida personal. Esto le permitirá realizar un seguimiento detallado de cada una teniendo clara visibilidad de las opciones de mejora.
3. Establecer un salario fijo: Asígnese un sueldo mensual para evitar caer en la tentación de acceder a fondos de su negocio para gastos personales, y viceversa.
4. Ahorrar por separado: Ya sea para un plan en específico o para un fondo de emergencia, ahorrar de manera separada hará posible alcanzar las metas de cada ámbito y contar con un sustento en caso de alguna contingencia.
5. Hacer constante seguimiento: Lleve a cabo revisiones financieras periódicas para asegurarse de que las finanzas personales y del negocio se mantengan separadas y en buen estado.
Una vez alcanzada la correcta diferenciación de las finanzas personales de las del negocio, verá cómo la planificación financiera se vuelve más sencilla y eficaz, lo que le da la posibilidad de establecer metas claras y llevar a cabo estrategias específicas para alcanzar cada una.
De la misma manera, esto le ayudará a cumplir con sus obligaciones fiscales y legales. Tener registros claros y ordenados puede reducir notablemente la posibilidad de caer en multas.
Diferenciar las finanzas personales de las del negocio no es solo una práctica recomendada, sino una necesidad para cualquiera que transite por el camino del emprendimiento. Implementar estrategias claras y efectivas para mantener esta separación puede marcar una diferencia significativa en el éxito de cada rubo.
Tenga siempre en cuenta que un negocio con las finanzas correctamente gestionadas tiene mayores posibilidades de lograr un crecimiento sostenible a largo plazo. Asimismo, podrá gozar de mayor tranquilidad, reducir el estrés y mantener el enfoque en la gestión empresarial.
Recuerde que nadie nace sabiendo, así que no tema pedir ayuda a un asesor financiero. Estos profesionales pueden ayudarle a definir métodos o procesos que mejor se adapten a su realidad para lograr una separación exitosa.