El Estudio de Integración de Migrantes y Refugiados en Perú y Ecuador, elaborado por Usaid y WOCCU, concluye que los migrantes que acceden al sistema financiero a través del Proyecto de Inclusión Económica (EIP), que ejecutan ambas entidades, alcanzan ingresos mensuales que superan los US$415, comparados con los US$3 diarios de aquellos que no acceden.
(*) Artículo publicado en la edición 226 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M226.pdf.
Los venezolanos que llegaron a Perú y que forman parte del Proyecto de Inclusión Económica (EIP, por sus siglas en inglés), tienen ingresos superiores a los US$415 al mes; en contraste con aquellos que no tienen acceso a servicios financieros y se mantienen en la línea de pobreza, con ingresos de apenas US$3 diarios. Esto representa un 360% más en ingresos para los migrantes que están en el EIP.
El EIP es ejecutado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés) y el Consejo Mundial de Cooperativas de Ahorro y Crédito (WOCCU, por sus siglas en inglés), entidades que realizaron el Estudio de Integración de Migrantes y Refugiados en Perú y Ecuador en el marco del citado proyecto.
El estudio también señala que las personas que logran acceder al sistema financiero, pero no forman parte del proyecto EIP, obtienen ingresos de US$161 al mes.
El estudio hace una comparación de la calidad de vida y oportunidades de los migrantes venezolanos en Perú y Ecuador, entre los migrantes que participaron del EIP, precisó Verónica Artola Jarrín, subdecana de la Facultad de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
Añadió que el grupo NO EIP son las personas venezolanas que no han participado en los programas de emprendimiento, inclusión financiera, prevención de la violencia basada en género (VBG) y empleabilidad en el marco del EIP.
“En Perú, los participantes del EIP obtienen ingresos que superan el salario mínimo legal vigente (US$280), mientras que los migrantes que no forman parte del programa EIP enfrentan mayores dificultades económicas y sus ingresos se sitúan por debajo de ese umbral. Esta cifra subraya aún más la importancia de la inclusión financiera en la mejora de la calidad de vida de los migrantes y refugiados”, comentó Óscar Guzmán Sánchez, director del EIP.
Impacto similar
El impacto del proyecto es similar en Ecuador, donde una persona sin acceso a servicios financieros tiene un ingreso promedio de US$113, mientras que quienes han sido parte del proyecto y tienen acceso a servicios financieros alcanzan ingresos de US$463, lo que los posiciona por encima del salario mínimo vital.
Precisó que el EIP se centra en ofrecer productos financieros como cuentas de ahorro y créditos, así como servicios que incluyen acceso a aplicaciones digitales, microseguros y canales físicos y digitales.
Los participantes del EIP han obtenido préstamos, abierto cuentas de ahorro y accedido a otros productos financieros, lo que ha mejorado significativamente sus ingresos.
Este acceso no solo permite una mayor estabilidad económica, sino que también fomenta la creación de emprendimientos y facilita el ahorro, elementos clave para su inclusión económica a largo plazo.
“En contraste, aquellos que no participan en el EIP enfrentan grandes dificultades para acceder a servicios financieros, lo que limita sus oportunidades de crecimiento económico y perpetúa su situación de vulnerabilidad”, resalta el estudio.
Artola explicó que, al hablar de inclusión financiera, el EIP en Perú y Ecuador se enfoca en productos financieros (de ahorro y crédito); servicios (acceso a aplicaciones digitales, microseguros, canales físicos y digitales); y, medios de pago (físicos y digitales).
Brecha de ingresos
Una de las principales conclusiones del estudio es la brecha de ingresos por género. Aunque los hombres ganan más que las mujeres en ambos grupos, la diferencia es menor entre los migrantes que forman parte del EIP. “Las mujeres del programa reciben apoyo adicional, como orientación psicoemocional y capacitación en habilidades para la vida, lo que ha reducido las desigualdades de género y ha fortalecido su independencia económica”, indicó Guzmán.
En general, los hombres del grupo EIP logran hasta un 29% más de ingresos que las mujeres, en el NO EIP esa diferencia es de 54%, lo cual permite observar que si bien la brecha de género, desde el punto de vista de los ingresos, se mantiene, cuando existe una intervención que promueva las oportunidades de inclusión económica, esta brecha se puede reducir sustancialmente, revela el estudio.
En el caso de los jóvenes de entre 18 y 29 años, el estudio muestra que enfrentan las mayores barreras para acceder al empleo y al sistema financiero formal; sin embargo, su participación en el EIP les ha permitido obtener ingresos en promedio por US$487 mensuales. Esto explicado por la capacitación que recibieron del programa que mejoró sus oportunidades laborales.
En general, los participantes del EIP presentan ingresos promedio significativamente más altos que los del grupo NO EIP en todos los grupos de edad y en ambos países.
Por cada grupo etario analizado, en general, se tiene el siguiente ingreso promedio mensual para el grupo EIP, de 18 a 29 años US$487, de 30 a 44 años US$392 y de 45 a 59 años US$396.
Nivel educativo
El nivel educativo de los migrantes también juega un rol importante en la disparidad de ingresos. El estudio indica que los profesionales universitarios que participan en el EIP tienen ingresos promedio de US$421, lo que representa un 38% más que aquellos que no participan. Además, los técnicos superiores del EIP ganan un 40% más que sus pares fuera del programa.
Un aspecto clave que ha influido en esta mejora es la validación de títulos profesionales. El EIP ha permitido que miles de profesionales migrantes validen sus títulos, lo que ha resultado en un aumento de 35% en sus ingresos respecto a quienes no lo han hecho.
“Este proceso ha sido crucial para que los migrantes accedan a mejores empleos, tanto profesionales empleados como trabajadores independientes. En el caso de los migrantes que no participan en el programa, muchos no han logrado validar sus títulos, lo que limita su capacidad para acceder a empleos bien remunerados”, indicó Guzmán.
Regularización
El estatus migratorio también juega un papel crucial en la integración económica. Aquellos que están regularizados y han formado parte de proyectos de inclusión económica tienen ingresos significativamente más altos.
En Perú, el ingreso promedio de las personas regularizadas y que participan en estos programas supera los US$400, mientras que aquellos que no están regularizados apenas alcanzan los US$113. “Esto demuestra que la regularización es un escalón importante para la integración económica, aunque no el único”, manifestó.
Beneficiarios
El acceso a servicios financieros formales también ha marcado una diferencia importante. De acuerdo con el estudio, en Perú y Ecuador más de 22.000 personas participantes del EIP han sido incluidas en el sistema financiero formal, obteniendo 16.207 préstamos por más de US$18 millones.
“Es importante reconocer el trabajo conjunto con las entidades financieras para mejorar sus políticas, procesos, productos y canales para facilitar el acceso de las personas migrantes y refugiadas a soluciones como cuentas de ahorro, créditos productivos y de consumo, medios de pago y seguros personales, familiares y para sus negocios”, subraya el estudio.
En términos generales, los resultados del estudio muestran que aquellos migrantes que forman parte del EIP están más integrados económica y socialmente en comparación con los que no participan. El acceso a servicios financieros formales y las oportunidades laborales derivadas del programa han demostrado ser elementos esenciales para la integración y el aumento de los ingresos.
“Ya contamos con evidencia sólida y datos concretos que muestran que, para lograr un mayor nivel de integración de los migrantes, es fundamental implementar estrategias de inclusión económica”, comentó Guzmán.
Agregó que estas estrategias deben enfocarse en generar oportunidades e incentivos y, sobre todo, en cerrar brechas de género y oportunidades, especialmente para mujeres y la comunidad LGTBIQ+, pues existen claras diferencias en el acceso a empleo, emprendimiento y servicios financieros, y esas brechas se deben reducir.
La variable clave para la integración es la económica. “A medida que los migrantes aumentan sus ingresos ganan autonomía económica, lo que les permite cubrir necesidades esenciales como salud, educación y vivienda. Esta autonomía no solo reduce su dependencia de subsidios, sino que también dinamiza las economías locales a través del consumo y el emprendimiento formal”, destacó.
El 80% de los participantes del EIP ya está formalizado, lo que, además de mejorar sus oportunidades futuras, genera un impacto positivo en las economías nacionales a través del pago de impuestos, añadió.
El estudio también muestra que los migrantes, una vez integrados económicamente, tienden a arraigarse en sus países de acogida. De acuerdo con la encuesta realizada, el 98% de los participantes del proyecto desea quedarse de forma permanente o temporal en su país de acogida, lo que supera significativamente el promedio general de 70%.
Recomendaciones
El estudio conjunto de Usaid y WOCCU sobre la integración de migrantes y refugiados en Perú y Ecuador aborda múltiples dimensiones, con un enfoque especial en la integración económica.
Entre las recomendaciones, se destaca la importancia de brindar apoyo psicoemocional, especialmente en la superación del ‘duelo migratorio’ y en la identificación y tratamiento de casos de violencia de género, que pueden obstaculizar el proceso de integración.
Además, se enfatiza la necesidad de un enfoque integral que identifique las habilidades, capacidades y expectativas de los migrantes para orientarlos hacia medios de vida sostenibles, ya sea a través del emprendimiento o la empleabilidad formal.
Para los emprendedores, el estudio recomienda capacitaciones en gestión financiera, marketing y análisis de competencia, junto con programas de mentoría y acceso a financiamiento formal, facilitando la creación y consolidación de negocios. También es esencial proporcionar acceso a espacios de comercialización y plataformas de comercio electrónico, así como a servicios financieros, como ahorro, crédito y seguros.
Capacitación
En cuanto a los migrantes que buscan emplearse, el informe sugiere capacitaciones en habilidades técnicas y blandas, acompañadas de orientación para el reconocimiento de títulos profesionales y la actualización de currículos, facilitando su inserción en el mercado laboral local. Asimismo, se recomienda sensibilizar a las empresas para reconocer y valorar las habilidades de la población migrante, promoviendo una mayor inclusión en el ámbito laboral.
El estudio también resalta los beneficios de estas estrategias en la reducción de brechas de género, al fomentar el empoderamiento económico y la autonomía de las mujeres, además de mejorar las condiciones laborales de los jóvenes, facilitando su acceso a servicios financieros y al ‘primer empleo’.
Finalmente, el estudio resalta que la estabilidad económica de los migrantes está directamente relacionada con su decisión de permanecer en el país de acogida, y destaca la importancia de seguir investigando para desarrollar políticas más efectivas que promuevan su integración plena.