Un reciente informe del Instituto Peruano de Economía (IPE) indicó que el reciente incremento de la Remuneración Mínima Vital (RMV) anunciado por el gobierno peruano sólo está beneficiando al 1% de los trabajadores del país.
“El incremento del salario mínimo tiene un efecto simbólico positivo, pero su impacto real es reducido, dado que solo el 1% de los trabajadores se beneficia directamente. Además, considerando que la informalidad afecta al 74% de la población ocupada, estas políticas no abordan los desafíos fundamentales del mercado laboral peruano”, aseguró Milagros Torres, subdirectora académica de la Facultad de Negocios de Zegel.
La formalización, un desafío crítico
El IPE destacó que el 26% de los trabajadores en Perú son formales, pero solo el 1% ganaba menos de S/1.130 antes del aumento, beneficiándose así directamente del incremento. En contraste, un 20% de los formales ya percibía un salario superior a la nueva RMV de S/1.330, y el restante 5% corresponde a trabajadores dependientes sin afectación directa.
Este escenario pone en evidencia las barreras estructurales que limitan la formalización laboral y, en consecuencia, restringen el alcance de medidas como esta.
El IPE también subrayó el papel de la política en los ajustes salariales. Desde el año 2000, se han registrado 13 incrementos en la RMV, con una notable concentración en períodos electorales o momentos de baja aprobación presidencial. Esto sugiere que, más allá de los criterios técnicos, las decisiones sobre el salario mínimo responden en gran medida a motivaciones políticas, lo que podría generar desincentivos para la inversión formal.
El incremento de la RMV también afecta las contribuciones obligatorias a la Oficina de Normalización Previsional (ONP), que suben de S/133,25 a S/146,90 al mes, equivalentes al 13% del salario mínimo. Además, los trabajadores en horario nocturno percibirán un aumento de S/1.383,75 a S/1.525,50 al mes, conforme al Decreto Supremo N.º 007-2002-TR.
Un llamado a la acción integral
“Es crucial promover incentivos que faciliten la transición de las empresas hacia la formalidad, así como garantizar que el marco regulatorio sea lo suficientemente flexible para atraer a los trabajadores informales. Solo así será posible ampliar significativamente el alcance de políticas como el aumento del salario mínimo”. comentó Milagros torres.
La situación actual pone en evidencia la necesidad de repensar las estrategias de formalización y la implementación de políticas inclusivas que generen un impacto más equitativo en el mercado laboral peruano.