Las nuevas políticas estadounidenses podrían reconfigurar el comercio, el tipo de cambio y la inversión extranjera en la economía peruana, pero la resiliencia del sistema financiero peruano y una estrategia de diversificación sectorial pueden convertir el endurecimiento de la política estadounidense en una oportunidad para atraer capital y modernizar la economía.

(*) Artículo publicado en la edición 231 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M231.pdf.
La implementación de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos ha encendido las alertas en sectores estratégicos de la economía peruana, como la minería, la agroexportación y la manufactura. Según un análisis del economista y especialista en servicios financieros, César Novoa Chávez, estas medidas podrían reducir hasta un 15% el valor monetario de las exportaciones peruanas hacia EE.UU. para 2025, desencadenando efectos en cascada sobre el empleo, los precios internos y la competitividad del país.
“La política monetaria estadounidense —especialmente un eventual endurecimiento— impactaría múltiples frentes de la economía local. Desde fluctuaciones en el tipo de cambio, que afectarían el costo de las importaciones y la deuda externa, hasta una posible reducción en la inversión extranjera, clave para proyectos mineros y de infraestructura, los riesgos exigen una preparación inmediata”; resaltó.
Interdependencia global
Estados Unidos, por su rol preponderante en el comercio internacional y como emisor del dólar, influye decisivamente en la economía mundial. Este dinamismo se refleja en la relación comercial bilateral entre Perú y la nación norteamericana, en la que las fluctuaciones económicas estadounidenses inciden directamente en las exportaciones, importaciones y en el saldo comercial peruano.
El intercambio comercial bilateral entre Perú y Estados Unidos alcanzará los $16,200 millones en 2025 (ver Cuadro 1), explicado por $8,900 millones en exportaciones y $7,300 millones en importaciones, según el Banco Central de Reserva (BCR). Sin embargo, este flujo podría contraerse si Trump implementa su propuesta de subir aranceles a países con los que EE.UU. registra déficit comercial.
“El saldo comercial, a pesar de ser consistentemente positivo, experimenta variaciones, con un notable descenso en 2021, lo que evidencia la sensibilidad de la balanza comercial a los cambios económicos”, señaló Novoa.
La apuesta de Trump
La política monetaria proyectada por una administración Trump se enmarca en medidas destinadas a robustecer la economía estadounidense. Entre las acciones que podrían implementarse destacan:
Reducción de impuestos: La continuación o ampliación de la política de recortes fiscales a nivel corporativo podría incentivar la inversión y generar empleo en EE.UU. No obstante, esta medida corre el riesgo de atraer capitales extranjeros y disminuir la inversión en mercados emergentes.
Endurecimiento monetario: Una presión hacia el mantenimiento de tasas de interés elevadas por parte de la Reserva Federal (FED) se orientaría a fortalecer el dólar y contener presiones inflacionarias. Esta estrategia podría traducirse en una contracción de la liquidez global, encareciendo el financiamiento para economías en desarrollo como la peruana.
Medidas proteccionistas: La posible implementación de nuevas barreras arancelarias y restricciones al comercio internacional afectaría el dinamismo global, reduciendo el acceso de países como Perú a mercados fundamentales.
César Novoa recalcó que “un endurecimiento en la política monetaria de Estados Unidos, al elevar las tasas de interés, impactaría directamente en el flujo de crédito y, por ende, en la competitividad de las economías emergentes”.
Además, organismos internacionales como la FED y el FMI advierten que un dólar fortalecido podría aumentar la volatilidad en los mercados financieros y encarecer el costo de la deuda para aquellos países que dependen en gran medida del financiamiento externo.
¿Por qué preocupa a Perú?
Estados Unidos es el tercer socio comercial del Perú y un mercado crítico para productos agrícolas como espárragos, arándanos y uvas, que ingresan con aranceles preferenciales (0%-5%) gracias al Tratado de Libre Comercio (TLC) vigente desde 2009. No obstante, un incremento de tasas al 10%-15%, como se ha especulado, pondría en jaque la competitividad peruana frente a proveedores de países como Chile o México.
La repercusión de la política monetaria estadounidense se manifestará en diversas áreas de la economía peruana, desde el tipo de cambio hasta la inversión extranjera.
1. Tipo de cambio y mercados financieros
El fortalecimiento del dólar frente a otras monedas, incluido el sol peruano, puede tener un impacto significativo en la estabilidad financiera del país. Una apreciación del dólar tiende a generar una depreciación del sol, encareciendo la deuda externa y aumentando la inflación importada.
“Esta situación afecta especialmente a empresas con pasivos en dólares y a los importadores, quienes ven incrementados sus costos operativos”, sostuvo el especialista.
Las fluctuaciones en el tipo de cambio también pueden influir en las expectativas de los inversionistas, generando volatilidad en los mercados financieros y afectando el flujo de capitales. En este contexto, Novoa consideró que es fundamental que el BCR implemente medidas para mitigar posibles impactos negativos y estabilizar la economía.
De acuerdo con una estimación de Novoa respecto a la valorización del dólar frente a la moneda peruana (ver Cuadro 2), en un escenario optimista se espera una ligera apreciación del Sol, mientras que en el pesimista se proyecta una depreciación más marcada. La situación intermedia, o escenario base, sugiere cambios moderados, reflejando la incertidumbre en el entorno financiero.
2. Inflación y Política Monetaria en el Perú
La apreciación del dólar también puede incrementar la inflación (ver Cuadro 3), ya que encarece las importaciones de bienes y servicios, afectando el poder adquisitivo de los consumidores peruanos. Un aumento en los costos de insumos y productos importados puede trasladarse a los precios finales, generando presiones inflacionarias que impactan tanto a los hogares como a las empresas.
Ante un posible escenario inflacionario, según Novoa, el BCR podría verse obligado a subir las tasas de interés con el fin de controlar el alza de precios, lo que a su vez encarecería el crédito y ralentizaría la inversión y el consumo. Este tipo de ajustes en la política monetaria requiere un equilibrio cuidadoso para evitar afectar el crecimiento económico.
“La adopción de medidas proactivas será fundamental para mitigar riesgos y aprovechar oportunidades en un contexto global dinámico y cambiante. El tipo de cambio, la inflación y la inversión extranjera serán los principales canales de impacto de la política monetaria estadounidense en la economía peruana”, indicó.
3. Inversión extranjera y sus desafíos
Otro aspecto crítico es la inversión extranjera directa (IED). Con tasas de interés más elevadas en Estados Unidos, los inversionistas podrían preferir activos denominados en dólares, lo que impactaría negativamente en la llegada de capital a Perú.
Históricamente, Perú ha dependido de la inversión extranjera (ver Cuadro 4) en sectores estratégicos como minería, infraestructura y manufactura. Sin embargo, un entorno global con mayor incertidumbre y menor liquidez puede ralentizar la llegada de capitales. La minería, que atrae el 60% de la IED en Perú, podría ver retrasos en proyectos si las empresas anticipan costos más altos por aranceles a insumos importados.
Estrategias de mitigación
Ante la posible contracción de la liquidez y la volatilidad del mercado, tanto el Banco Central de Reserva (BCR) como el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) deben implementar medidas estratégicas para mitigar los impactos adversos. A continuación, Novoa precisó las estrategias.
Por parte del BCR, consideró que debe realizar intervenciones cambiarias selectivas para evitar fluctuaciones abruptas, ajustes progresivos en la tasa de referencia que permitan controlar la inflación sin sacrificar el crecimiento y, por último, fomento del uso de instrumentos financieros de cobertura para empresas con pasivos en dólares.
Mientras que el MEF, tendrá que realizar la diversificación de las fuentes de financiamiento, reduciendo la dependencia del endeudamiento en dólares, estímulos fiscales y regulatorios que incentiven la inversión privada y, por último, desarrollo de sectores alternativos, como tecnología y servicios, para disminuir la exposición a ciclos económicos externos.
“La adopción de estrategias proactivas y coordinadas entre las autoridades financieras y fiscales es esencial para preservar la estabilidad económica y transformar los desafíos en oportunidades”, comentó.
Desafíos y oportunidades
El análisis detallado de la nueva política monetaria de Donald Trump demuestra que, si bien el fortalecimiento del dólar y las medidas contractivas podrían generar presiones sobre el crecimiento y la estabilidad financiera de Perú, el país dispone de sólidos fundamentos macroeconómicos. Las instituciones, representadas por el BCRP y el MEF, han demostrado capacidad para gestionar escenarios de incertidumbre y volatilidad.
Con una política fiscal prudente, un sistema financiero robusto y una diversificación en su matriz productiva, Perú está en condiciones de enfrentar los embates de un entorno global cambiante. Como concluyó César Novoa, “la resiliencia y la capacidad de adaptación de la economía peruana permitirán no solo mitigar los impactos externos, sino también capitalizar nuevas oportunidades en el largo plazo”
En definitiva, la atención se centra en la respuesta coordinada de las autoridades y en la solidez de las políticas implementadas, factores que serán decisivos para mantener el rumbo de crecimiento sostenible en medio de los desafíos impuestos por el nuevo escenario monetario internacional.



