
«El oro inició la semana con movimientos mixtos tras alcanzar un nuevo máximo histórico de $3,245.00 por onza. Durante la sesión asiática del lunes, el metal precioso logró recuperarse parcialmente, pero más tarde cayó a la zona de los $3,200.00 por onza. Esta corrección fue atribuida a un giro en el sentimiento de riesgo de los inversores, quienes optaron por activos más expuestos tras observar una mejora en las perspectivas económicas globales.
Este comportamiento se da luego de una semana anterior marcada por la fuerte subida del oro, que ganó más de 1.50% el viernes. El impulso vino tras el anuncio de China sobre el aumento de aranceles a productos importados desde Estados Unidos, con tasas que alcanzan el 125%. En medio de esta creciente tensión comercial, el oro volvió a destacar por su papel como activo refugio frente a escenarios de incertidumbre geopolítica y económica.
Pese al conflicto comercial, Estados Unidos otorgó ciertas exenciones a productos del sector tecnológico, un gesto que buscó suavizar el impacto en algunas industrias clave. No obstante, el país mantuvo aranceles del 20% en respuesta a la crisis del fentanilo, una medida que mantiene el tono tenso en las relaciones bilaterales con China y añade una capa más al escenario internacional ya complejo.
Durante el fin de semana, el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, anticipó nuevos gravámenes a las importaciones tecnológicas, incluyendo los semiconductores, que entrarían en vigor en los próximos dos meses. Esta noticia generó preocupación inicial, pero paradójicamente, el lunes los mercados interpretaron este panorama como una señal de firmeza económica, lo que provocó un repunte en las bolsas y una caída temporal en el precio del oro.
El repunte del apetito por activos de riesgo también estuvo relacionado con las expectativas de nuevas declaraciones por parte de la Reserva Federal. Con una inflación que aún no se ha estabilizado completamente, el mercado sigue muy atento a cualquier señal de cambio en la política de tasas. Si la Fed opta por mantener las tasas altas por más tiempo, eso podría limitar el potencial alcista del oro, ya que eleva el costo de oportunidad de mantener activos sin rendimiento.
No obstante, muchos analistas coinciden en que el entorno sigue siendo favorable para el oro a medio plazo. Las tensiones comerciales, la posibilidad de nuevas sanciones cruzadas entre potencias y la falta de claridad en el rumbo económico mundial siguen alimentando la demanda de instrumentos tradicionales de protección como el oro. Además, los bancos centrales de varios países continúan comprando oro para diversificar reservas, lo que respalda aún más su precio.
En conclusión, el oro se mantiene como un termómetro del sentimiento global, reaccionando con fuerza ante noticias económicas y políticas. Su reciente máximo histórico demuestra que sigue siendo un activo clave en momentos de incertidumbre, aunque también está sujeto a correcciones técnicas cuando el panorama se torna más optimista. A medida que se desarrollen nuevas medidas arancelarias y se definan las decisiones de la Reserva Federal, el mercado del oro podría experimentar nuevas oscilaciones significativas.»