A consecuencia de poner topes a la tasa de interés salieron 300 mil personas del sistema financiero. De concretarse la reciente iniciativa del Congreso se restringirían más los créditos afectando principalmente a las personas de menores recursos, comentó José Málaga, Presidente del directorio de Caja Arequipa.
—¿Cuál es su opinión sobre la iniciativa legal del Congreso denominada el Buen pagador?
El buen pagador es un hábito que está ligado con la persona, con el modelo de negocio de la persona. Disponer una norma que diga que exista un buen pagador, es como que exista una norma que diga que “desde mañana todos los peruanos serán deportistas”. El deporte es un hábito, el buen pagador es un hábito, no se determina por decreto.
Para determinar un buen pagador y la calificación de riesgo de una persona se debe estructurar la cartera de clientes, como se aplicará los score crediticios, entre otros.
Es una norma nociva por cualquier punto de vista. Tenemos un Congreso regulador que pretende regular servicios, desconociendo que los servicios financieros están regulados por una empresa especializada que es la SBS. La labor de la SBS es buena, en todo caso si el Congreso está preocupado por el sistema financiero lo que debería hacer es coordinar con la SBS para mejorar.
—¿Cuáles podrían ser las consecuencias de promulgarse la ley del Buen pagador?
Lo que hace el Congreso es obtener impactos inversamente proporcionales a lo que quieren. Lo que pasará con el Buen pagador es que seamos estrictos y rigurosos en la calificación de crédito y que seamos menos gente en el sistema. Adicionalmente, va en contra de un principio constitucional que es la libertad de contratación. Cuando contrato con un cliente lo hago dentro de los parámetros que la normativa lo establece y poniéndonos de mutuo acuerdo.
Si se regula por ley los contratos se dará una seria transgresión constitucional a la libertad de contratos e injerencia en una competencia de un ente autónomo como es la SBS en la que el Congreso pretende implementar medidas que no darán un solo beneficio al mundo financiero; por el contrario, seguirá restringiendo la oferta y promoverá que las personas vulnerables traten de cubrir sus demandas crediticias de manera informal pagando tasas de interés que superan los 400%.
—¿Cómo está el escenario microfinanciero actual?
El panorama es complicado. Las tasas de interés a nivel regional están subiendo, también hay inflación. Las tasas de interés pasivas seguirán subiendo en los próximos meses, siendo las más afectadas las entidades microfinancieras, considerando que uno de los principales fondeos es el ahorro del público.
Pagaremos más por tasas pasivas y tendremos que incrementar la tasa activa para compensar la situación. Se viene tiempos difíciles en la que las entidades microfinancieras tendremos que elegir entre: aumentar las tasas, ser más estrictos en la calificación crediticia o buscar ahorros que puedan suplir la falta de competitividad o eficiencia debido al incremento de la tasa pasiva.
Estamos en un escenario adverso, ya convulso y el Congreso lo que está haciendo es ponernos una tormenta más en el camino.
—En ese escenario complejo ¿cómo ha funcionado la ley de tope a las tasas de interés?
Hace 9 meses cuando salió la norma de tope a las tasas de interés se desconocía el impacto. Luego de seis de publicarse la norma se ven las primeras consecuencias, por ahora, son 300 mil personas o negocios que han salido del sistema financiero, que se han visto afectadas. Ese es el impacto.
La ley de topes a la tasa de interés y la iniciativa legal del Buen pagador son de lo más absurdas y perjudiciales.
—Desde la Fepcmac se está pidiendo se derogue la ley de topes a la tasa de interés ¿comparte ese pedido?
Totalmente. La regulación a la tasa de interés tiene dos factores: el riesgo y el mercado. Mientras mas competencia mejor calidad de tasa de interés tendremos, mientras más apoyo de fondeo a las microfinancieras será mejor. El control de tasas no puede ser por ley, el control de tasas está ligado al mercado, su comportamiento, a la oferta y demanda.
—¿Considera que las medidas impulsadas desde Congreso y Ejecutivo son populistas?
Populista y sin respaldo económico y técnico. Estamos en el peor escenario. Estamos afectados por factores exógenos como la guerra entre Rusia y Ucrania, el incremento de las tasas de interés, la inflación, el alza de los precios de los commodities y adicionalmente no tenemos cosas claras por parte del Gobierno y el Congreso. Es absurdo sacar una norma de CTS cuando tenemos 11 millones de personas que se desempeñan en actividades informales. Lo que hace el gobierno y el Congreso son normas y decisiones populistas a costa de una fragilidad económica y resquebrajar la institucionalidad del país