Con un desempeño sólido en el pilar Laboral y un crecimiento económico impulsado por la agroindustria y minería, Junín se consolida en el INCORE 2025, aunque la brecha en acceso a internet limita su competitividad.

(*) Artículo publicado en la edición 236 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M236.pdf
Junín se mantiene como una de las regiones más competitivas de la sierra peruana en el Índice de Competitividad Regional (INCORE) 2025, consolidándose como un motor económico gracias a su actividad agroindustrial y minera. Aunque el documento proporcionado no incluye puntajes específicos, el desempeño histórico de Junín sugiere que la región se ubica entre las 10 más competitivas, con fortalezas en los pilares Laboral y Entorno Económico, pero con retos pendientes en Infraestructura y Educación que limitan su potencial. En el pilar Entorno Económico, Junín muestra un crecimiento sostenido, impulsado por la producción agroindustrial, como el café, y la actividad minera, que contribuyen a un PBI per cápita competitivo. Este pilar evalúa indicadores como el PBI real per cápita, la tenencia de cuentas financieras y el uso de billeteras digitales, que miden la capacidad de generar riqueza y promover la inclusión financiera. Sin embargo, Junín enfrenta un rezago en digitalización, con un acceso limitado a billeteras digitales en comparación con regiones como Moquegua, donde el 65% de los adultos tienen cuentas financieras. Este desafío refleja la necesidad de fortalecer la inclusión financiera para dinamizar la economía regional.
El pilar Laboral es una de las fortalezas de Junín, con una formalidad laboral que probablemente se acerque al 35%, similar a regiones como Arequipa (38%). Este indicador mide el porcentaje de trabajadores con empleo formal, clave para garantizar estabilidad económica y beneficios sociales. La región también ha reducido la proporción de jóvenes que no estudian ni trabajan (ninis), aunque persisten brechas de género en ingresos, un problema común en regiones como Arequipa, donde la brecha alcanzó el 42%. Junín debe priorizar políticas que promuevan la equidad en el mercado laboral para mantener su competitividad.
En Infraestructura, Junín enfrenta limitaciones, particularmente en el acceso a internet y la conectividad en zonas rurales. Este pilar evalúa el acceso a servicios básicos como agua, electricidad y saneamiento, así como la infraestructura de transporte. Aunque la región cuenta con una red de carreteras que conecta sus centros productivos, la cobertura de internet en áreas rurales sigue siendo deficiente, lo que afecta la modernización de la economía y el acceso a servicios digitales. En comparación con Lima, que lidera este pilar, Junín tiene un amplio margen de mejora.
El pilar Salud muestra un desempeño aceptable, con avances en indicadores como la vacunación de menores de 3 años y la reducción de la anemia infantil. Sin embargo, la cobertura de personal médico público y el abastecimiento de medicamentos presentan desafíos, similares a los observados en Cusco. En Educación, Junín ha mejorado en la conclusión de secundaria, pero el acceso a internet en escuelas, un indicador crítico para la competitividad, sigue siendo limitado, lo que frena la preparación de la fuerza laboral. En el pilar Instituciones, la región mantiene una gestión pública relativamente estable, pero la percepción de la victimización por delitos podría afectar la confianza ciudadana. Junín tiene el potencial de consolidarse como un referente económico en la sierra peruana, pero debe superar los retos en digitalización e infraestructura para cerrar la brecha con regiones líderes como Moquegua y Lima. Políticas focalizadas en inclusión financiera y educación digital serán clave para su desarrollo sostenible.