
(*) Artículo publicado en la edición 236 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M236.pdf
Por Neisy Zegarra Jara – Directora
El reciente Índice de Competitividad Regional, realizado por el IPE, nos recuerda una verdad insoslayable: el desarrollo en el Perú continúa siendo profundamente desigual. Regiones como Lima, Arequipa, Moquegua y Tacna destacan por su infraestructura, dinamismo económico y capital humano, consolidándose como polos de competitividad. Sin embargo, este progreso contrasta con la realidad de otras regiones que aún enfrentan serias limitaciones para alcanzar su potencial.
Cerrar estas brechas es una tarea impostergable. La competitividad no puede medirse únicamente en cifras; debe traducirse en capacidades reales para generar confianza, promover la innovación y construir un desarrollo verdaderamente inclusivo. De lo contrario, el crecimiento será siempre parcial y vulnerable.
En este contexto, el Buen Gobierno Corporativo cobra un valor estratégico para las instituciones financieras. La transparencia, la ética y la responsabilidad no son conceptos abstractos: son los pilares que sostienen relaciones de confianza con clientes, colaboradores y accionistas. Un gobierno corporativo sólido no solo fortalece la reputación institucional, sino que también reduce riesgos y garantiza sostenibilidad en el tiempo.
Asimismo, es necesario poner en el centro del debate a las cooperativas de ahorro y crédito, actores claves del sistema financiero que hoy enfrentan desafíos complejos. La necesidad de una mayor supervisión, el impulso a la innovación y la educación financiera para sus socios son urgencias que no podemos ignorar.
Fortalecer el rol de las cooperativas exige profesionalizar su gestión, fomentar la formalización y promover buenas prácticas que les permitan seguir cumpliendo su rol social: acercar servicios financieros a miles de peruanos excluidos del sistema tradicional.
Pero ningún avance económico será sostenible si no enfrentamos con firmeza uno de los problemas más críticos de nuestra realidad: la inseguridad. El crecimiento, la inversión y el bienestar están en riesgo cuando la violencia y la delincuencia marcan la agenda diaria. No podemos normalizar que la extorsión y la criminalidad organizada golpeen a emprendedores, familias y empresas. Se requiere una respuesta integral que combine prevención, justicia eficaz y oportunidades reales para nuestros jóvenes.
En medio de este panorama, el mensaje a la Nación por Fiestas Patrias de la presidenta Dina Boluarte trajo una cifra alentadora: el producto bruto interno (PBI) del país creció 2.6 % al cierre de junio de 2025. Si bien es un signo de recuperación tras una etapa de desaceleración, este crecimiento deberá consolidarse con políticas públicas que generen empleo, impulsen la inversión y reduzcan desigualdades.
Julio, mes patrio, nos brinda una nueva oportunidad para renovar nuestro compromiso con el país. Porque, más allá de los desafíos, el Perú es un país lleno de talento, diversidad y esperanza. Que estas Fiestas Patrias nos inspiren a construir un Perú más competitivo, seguro e inclusivo.
“Un país no se construye con discursos, sino con acciones que unan, inspiren y transformen.”