Las bolsas estadounidenses abrieron sin grandes cambios el jueves, con el S&P 500 y el Nasdaq rondando niveles récord, mientras los mercados asimilaban los resultados mixtos y los alentadores datos macroeconómicos. El tono fue cautelosamente constructivo, respaldado por el repunte de los fabricantes de chips y los sólidos datos económicos.
Tras caer en las operaciones previas a la apertura del mercado, las acciones de Nvidia se estabilizaron al inicio de la sesión, lo que contribuyó a aliviar las preocupaciones iniciales tras unas previsiones de ingresos cautelosas que excluían las posibles ventas de chips H20 a China. Por el contrario, el débil rendimiento de los centros de datos podría convertirse en un posible obstáculo. Sin embargo, los comentarios optimistas del director ejecutivo Jensen Huang, un plan de recompra de acciones por valor de 60 000 millones de dólares y el sólido crecimiento de los ingresos contribuyeron a tranquilizar a los inversores sobre la fortaleza de la demanda de inteligencia artificial.
El sentimiento general en el sector de los semiconductores siguió siendo favorable, con avances de AMD y Broadcom, lo que supuso un impulso para el S&P 500. La resistencia del sector sigue afianzando la confianza de los inversores en la sostenibilidad del repunte bursátil impulsado por la IA.
A este tono constructivo se sumaron los datos positivos de Estados Unidos. El PIB del segundo trimestre fue superior, con un 3,3 %, mientras que las solicitudes semanales de subsidio por desempleo se situaron ligeramente por debajo de las expectativas, con 229 000, lo que apunta a un mercado laboral aún resistente. Las cifras podrían reforzar el optimismo de los inversores de cara a la publicación clave del índice de precios de consumo (PCE) el viernes.
De cara al futuro, la atención se centra en el discurso de hoy del gobernador de la Fed, Waller. Los inversores estarán atentos a cualquier señal sobre la decisión de tipos de septiembre. Además, se seguirá de cerca el índice PCE del viernes. Si bien las expectativas de una bajada de tipos se mantienen intactas, cualquier indicio de una renovada presión inflacionista podría moderar la actual tendencia alcista.