“Invertir desde cero es alcanzable para cualquiera que trace un plan claro: construir una base financiera sólida, definir objetivos, aprender lo esencial, elegir instrumentos simples y operar a través de canales regulados por la SMV”

Gerente General de BBVA Bolsa SAB, Presidente de ASAB y del Consejo Consultivo del Mercado de Capitales
(*) Artículo publicado en la edición 237 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M237.pdf
En un mundo donde la inflación erosiona el poder adquisitivo, ahorrar ya no es suficiente para alcanzar metas financieras de largo plazo. Como decía Warren Buffett, dejar el dinero inmovilizado es como “permitir que pierda peso mientras duerme en la almohada”. La solución es invertir, y hacerlo desde cero es accesible para cualquier principiante si se siguen pasos claros y se opera a través de canales seguros, como casas de bolsa autorizadas por la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV). A continuación, presentamos una guía práctica para dar tus primeros pasos en el mundo de las inversiones.
1. Construye tu base financiera
Antes de invertir, asegúrate de tener un fondo de emergencia equivalente a 3 a 6 meses de gastos esenciales. Este colchón te protegerá ante imprevistos y evitará que vendas tus inversiones en momentos desfavorables. Respecto a las deudas, la recomendación tradicional es saldarlas primero. Sin embargo, si la tasa de interés de tu deuda es menor al rendimiento esperado de una inversión (por ejemplo, un préstamo al 8% frente a una inversión al 13%), podría ser razonable invertir en paralelo. Esto requiere disciplina: endeudarse sin control no es una opción. Como decía Charlie Munger, socio de Buffett: “El primer paso para ser rico es gastar menos de lo que ganas. Si eso implica vivir con austeridad temporal, hazlo: es el precio de tu libertad futura”.
2. Define tus objetivos
Invertir no es especular; es un medio para alcanzar metas específicas. Pregúntate: ¿quiero retirarme con tranquilidad, comprar una casa, financiar la educación de mis hijos o viajar por el mundo? Tus objetivos determinarán el horizonte temporal (corto, mediano o largo plazo) y tu tolerancia al riesgo. Una meta clara te dará dirección y evitará decisiones impulsivas.
3. Aprende lo esencial
Antes de invertir, familiarízate con conceptos clave:
Interés compuesto: Tus ganancias generan más ganancias con el tiempo. Como dijo Einstein, es “la fuerza más poderosa del universo”.
Acciones vs. bonos: Las acciones te convierten en socio de una empresa; los bonos son préstamos que generan intereses fijos.
ETFs y fondos indexados: Instrumentos diversificados que replican índices bursátiles, ideales para principiantes.
Acciones de calidad: Empresas sólidas con fundamentos robustos que resisten crisis y crecen a largo plazo.
Diversificación: Nunca concentres todo tu capital en un solo activo.
Riesgo vs. volatilidad: La volatilidad refleja fluctuaciones temporales; el riesgo es la posibilidad de pérdida permanente. Por ejemplo, un índice bursátil puede ser volátil a corto plazo, pero históricamente su riesgo disminuye en horizontes largos, ya que las economías y las empresas tienden a crecer.
4. Elige dónde invertir
Para principiantes, la simplicidad es clave. En el contexto actual de tasas de interés altas, los depósitos a plazo fijo y los bonos ofrecen rentabilidad razonable con bajo riesgo. Los ETFs y fondos indexados son ideales para diversificar y seguir el desempeño de grandes índices bursátiles. Siempre opera a través de una sociedad agente de bolsa (SAB) o intermediario autorizado por la SMV. Evita plataformas no reguladas, donde las probabilidades están en tu contra, como en un juego con cartas marcadas.
5. Automatiza y sé constante
El éxito no radica en predecir el mercado, sino en la disciplina. Invierte un monto fijo cada mes y deja que el interés compuesto actúe. Como decía Peter Lynch, legendario gestor de Wall Street: “El tiempo en el mercado es más importante que el momento de entrar”. No busques el instante perfecto; empieza y mantente constante. Revisa tus inversiones esporádicamente y evita la tentación de reaccionar ante cada fluctuación. El mercado premia la paciencia, no la ansiedad.
6. Revisa y ajusta anualmente
No es necesario monitorear tu portafolio diariamente. Una revisión anual basta para ajustar tu estrategia según tus metas y tolerancia al riesgo. Aprovecha este momento para seguir aprendiendo: invertir es una habilidad que se perfecciona con el tiempo.
A modo de ejemplo: Invertir en el Índice Selectivo de la BVL
Imagina que inviertes S/600 mensuales en el Índice Selectivo de la Bolsa de Valores de Lima, que históricamente ha rendido cerca del 13% anual. En 30 años:
Aporte total: S/216,000 (600 soles x 360 meses).
Valor acumulado (con interés compuesto al 13%): Aproximadamente S/2,000,000.
Este cálculo es ilustrativo, ya que los mercados no ofrecen retornos lineales. Hay años de alzas y otros de caídas, pero la constancia en el largo plazo suele recompensar al inversionista disciplinado.
En un entorno de tasas altas, los depósitos a plazo y bonos son opciones atractivas para empezar, mientras que, a largo plazo, los índices bursátiles pueden multiplicar tu patrimonio.
