
Las acciones de Oracle registraron un repunte histórico al subir hasta un 43%, alcanzando máximos nunca vistos. El impulso provino de una serie de contratos multimillonarios vinculados a la computación en la nube para aplicaciones de inteligencia artificial, lo que coloca a la compañía en camino de integrarse al selecto club de empresas con una valoración de un billón de dólares.
Uno de los hitos más relevantes fue el acuerdo firmado con OpenAI, valorado en 300 mil millones de dólares en capacidad informática. Este contrato es considerado uno de los más grandes en la historia de la nube y consolida a Oracle como un competidor directo de gigantes como Microsoft, Amazon y Google en el mercado de infraestructura tecnológica.
El impacto de este crecimiento no solo se reflejó en la capitalización bursátil de la empresa, sino también en la fortuna de su cofundador, Larry Ellison, quien incrementó su patrimonio en cerca de 100 mil millones de dólares. Este ascenso lo coloca cada vez más cerca de Elon Musk en la lista de las personas más ricas del mundo, reforzando su influencia en la industria tecnológica global.
Además del acuerdo con OpenAI, Oracle ha tejido una red de alianzas estratégicas con Amazon, Alphabet y Microsoft. Gracias a estas asociaciones, la compañía logró multiplicar sus ingresos por 16 en el último trimestre, lo que subraya la fuerza de su modelo de expansión en un mercado cada vez más competitivo.
Otro factor clave en su consolidación es su papel dentro del proyecto Stargate, una iniciativa con inversiones estimadas en 500 mil millones de dólares. A esto se suma su participación como proveedor de nube para xAI, la startup de inteligencia artificial de Elon Musk, lo que amplía aún más el alcance de su presencia en el ecosistema tecnológico.
El rendimiento bursátil de Oracle también ha superado al promedio del mercado. En lo que va del año, sus acciones acumulan un incremento del 45%, rebasando no solo al índice S&P 500, sino también al grupo de las “Siete Magníficas”, compuesto por los gigantes tecnológicos que tradicionalmente lideran las ganancias en Wall Street.
Este efecto dominó ha impulsado también a otros sectores, especialmente a los fabricantes de semiconductores y a compañías competidoras del sector nube, que se han beneficiado indirectamente del creciente apetito de los inversionistas por la inteligencia artificial y su infraestructura asociada. En conclusión, el auge de Oracle refleja cómo la inteligencia artificial está reconfigurando las jerarquías en el mundo tecnológico y financiero. Con contratos históricos, alianzas estratégicas y un papel central en proyectos multimillonarios, la compañía no solo se encamina hacia el billón de dólares en valoración, sino que también redefine su posición frente a los titanes de la industria, consolidándose como un actor imprescindible en la era de la nube y la IA.