Se insta a las personas a buscar asesoramiento profesional de inmediato para proteger los ahorros para la jubilación a través de estrategias legítimas aprobadas por el gobierno. Esto viene después de que un influyente grupo de expertos propusiera un aumento de dos peniques en el impuesto sobre la renta acompañado de un recorte de dos peniques en el seguro nacional, afirmando que recaudaría alrededor de £ 6 mil millones y crearía un sistema más justo para los trabajadores.
Nigel Green, director ejecutivo de deVere Group, emite la advertencia a medida que aumenta la presión sobre la ministra de Hacienda, Rachel Reeves, para que aumente los ingresos en medio del creciente endeudamiento gubernamental y un débil crecimiento económico.
Las finanzas públicas del Reino Unido se están deteriorando rápidamente, y la historia demuestra que, cuando el Tesoro se enfrenta a una crisis fiscal, los pensionistas son tratados como presa fácil, afirma. Desde los recortes de la posguerra hasta los impuestos ocultos a las pensiones de los años 90 y la congelación de las prestaciones de la última década, los sucesivos gobiernos han recurrido repetidamente a los ahorros para la jubilación para cubrir el déficit. Suelen considerar las pensiones como una presa fácil, y hay motivos para esperar que esto se repita en noviembre.
Las medidas que se presentan como una estrategia de igualdad de condiciones suelen afectar con mayor dureza a los jubilados y a los propietarios de viviendas, que dependen de sus ahorros y de sus ingresos por inversiones. Este cambio obligaría a muchos pensionistas a pagar impuestos más altos en un momento en que el coste de la vida se mantiene persistentemente alto.
Las cifras oficiales revelan que el endeudamiento público supera con creces las previsiones a medida que aumentan los costes del servicio de la deuda. «El servicio de la deuda nacional ya está absorbiendo decenas de miles de millones más de lo previsto, ya que los tipos de interés se mantienen elevados», explica. «Esta realidad financiera convierte el saqueo de los fondos de jubilación en una opción casi irresistible para cualquier ministro de Hacienda que busque financiar sus compromisos de gasto y, al mismo tiempo, evitar subidas de impuestos desorbitadas para la población activa».
Los ministros de Hacienda se han negado a descartar subidas de impuestos al ser cuestionados, remitiéndose repetidamente al comunicado presupuestario del 26 de noviembre. Nigel Green observa: «Cuando los altos funcionarios se niegan a ofrecer garantías, el rumbo es evidente. Los pensionistas deben asumir que la imposición de impuestos nuevos o más altos sobre sus ahorros está firmemente sobre la mesa».
- Insta a actuar de inmediato: «Retrasar la decisión hasta después del Presupuesto sería un error costoso. Existen estrategias legítimas y totalmente compatibles para mitigar la exposición, como maximizar las deducciones existentes antes de que se reduzcan, reestructurar las carteras de inversión para lograr una mayor eficiencia fiscal y explorar opciones internacionales cuando corresponda». El asesoramiento profesional es esencial para garantizar que estas medidas se adapten a las circunstancias individuales y se mantengan en consonancia con la evolución de la normativa.
Nigel Green también advierte sobre consecuencias económicas más amplias. «La alta tributación de los ahorros para pensiones socava la confianza, desalienta la inversión a largo plazo y envía una señal perjudicial a las generaciones más jóvenes sobre el valor del ahorro disciplinado», afirma. «Si el gobierno quiere estimular el crecimiento sostenible, desalentar la planificación de la jubilación es precisamente la medida equivocada».
Se debe alentar a más personas a invertir en pensiones, señala. «Las pensiones canalizan capital vital a la industria y reducen la dependencia futura del Estado. Robar el futuro de la gente no es la solución a los desafíos fiscales actuales».
- Concluye: «La combinación del aumento del coste de la deuda, el débil crecimiento y los ambiciosos compromisos de gasto crea una tormenta perfecta. Los pensionistas están en la línea de fuego en lo que ahora parece ser un ataque inevitable a los fondos de jubilación que tanto les ha costado ganar».