
El dólar perdió terreno el viernes tras la publicación del indicador de inflación preferido por la Fed, ya que las últimas cifras del PCE reforzaron la opinión de que, aunque la inflación se mantiene por encima del objetivo, no se está acelerando lo suficiente como para descarrilar la narrativa de flexibilización.
- El PCE general subió un 0,3 % en agosto, mientras que los precios subyacentes avanzaron un 0,2 %, exactamente en línea con las previsiones. En términos interanuales, la inflación general se situó en el 2,7 % y la subyacente en el 2,9 %, lo que supone una estabilidad más que una alarma. Las cifras fueron suficientes para mantener al dólar bajo presión, ya que los inversores consideraron que no había motivos para que la Fed abandonara su trayectoria gradual hacia la bajada de tipos.
La reacción pone de relieve un sutil cambio en la confianza. A principios de semana, una revisión del PIB más sólida de lo esperado y unos datos laborales firmes habían impulsado al dólar ante la idea de que la Fed podría mantener su cautela. Pero con el PCE cumpliendo las expectativas y sin mostrar un nuevo repunte de las presiones sobre los precios, los operadores se inclinan de nuevo hacia el lado moderado. Los mercados de futuros siguen descontando al menos dos recortes adicionales antes de fin de año, y los datos de hoy no han ofrecido mucha resistencia a esa visión.
En resumen, el retroceso del dólar hoy refleja el alivio de que la inflación no se haya reactivado. Las perspectivas generales siguen dependiendo de los datos, pero, a menos que los indicadores del mercado laboral se debiliten considerablemente, es más probable que el dólar se mantenga estable que se desplome. Por ahora, los datos del PCE han dado a los inversores una excusa para reducir su exposición al dólar, mientras esperan los informes laborales de la próxima semana, que podrían cambiar rápidamente las expectativas nuevamente.”