
La más reciente semana bursátil en Estados Unidos se dirige a cerrar con una nota amarga para los índices S&P 500 y Nasdaq, que protagonizan su racha bajista más prolongada desde finales de julio. Tras una sesión marcada por datos mixtos sobre inflación y gasto del consumidor, los mercados han optado por los retrocesos, mientras los inversores debaten el impacto de nuevos aranceles y el rumbo de la política monetaria de la Reserva Federal.
- En el terreno del costo de vida, los números no fueron dramáticos, pero tampoco tranquilizadores. La inflación general creció levemente, lo que sugiere un ritmo moderado, aunque la presión subyacente, la inflación sin alimentos ni energía, continúa cercana a niveles inquietantes. Las tarifas recientemente impuestas y anunciadas por la administración Trump generan ruido adicional: los mercados temen que terminen filtrándose a precios finales, complicando así la batalla del banco central para sostener el control de precios.
La Reserva Federal se encuentra en un dilema. Algunos miembros del comité apuestan por recortes más agresivos en las tasas de interés para estimular la economía, mientras otros advierten que hacerlo pronto podría alimentar una nueva ola inflacionaria. Esta división interna se agrega al escenario de incertidumbre, pues cada dato macro y cada pronunciamiento de los altos mandos del banco central son escrutados con lupa por los operadores.
En contraste con las pérdidas de los índices de renta variable, el Dow Jones logró un repunte gracias al impulso de gigantes industriales y financieros: Boeing encabezó las alzas, mientras que Goldman Sachs y JPMorgan dieron soporte adicional. En el caso del S&P 500, fue el sector financiero el que aportó respaldo, haciendo frente a la presión descendente general del mercado.
Por el lado de las empresas, algunas tuvieron movimientos destacados. Paccar subió tras el anuncio de nuevos aranceles, al considerarse que se beneficiaría del proteccionismo vehicular (que favorece su producción doméstica). GlobalFoundries captó optimismo ante expectativas de apoyo a la industria de chips, especialmente en medio del auge tecnológico. En cambio, Costco recortó posiciones tras presentar unos resultados trimestrales que decepcionaron frente a las expectativas del mercado.
A todo esto, se suma un factor geopolítico-político de peso: los temores a un posible cierre del gobierno federal podrían afectar la publicación de datos clave, retrasar estímulos o generar turbulencias adicionales. En un contexto donde la transparencia informativa es esencial para los mercados, esa sombra gubernamental no hace más que aumentar la tensión.
El ambiente general podría describirse como de “esperar y ver”. Los inversores que buscan señales claras deberán mantenerse alerta a próximos reportes (empleo, consumo, producción), al comportamiento de la curva de rendimientos y a los discursos del comité de la Fed. Las decisiones de corto plazo podrían depender de eventos que aún no están en el radar de los medios más visibles.En conclusión, la semana bursátil concluye agitada y con claras señales de fatiga en los principales índices estadounidenses. Aunque la inflación no estalló, las dudas sobre aranceles persistentes y la estrategia de la Reserva Federal mantienen al mercado en vilo. En este escenario, los ganadores y perdedores se eligen con cautela y el camino hacia adelante estará marcado por la interpretación que hagan los inversores de cada dato macro y cada movimiento institucional.