
Los precios del petróleo registraron nuevas pérdidas el martes, con el WTI retrocediendo hasta la zona de los $62.00 dólares por barril y el Brent cotizando en torno a $65.64 dólares. El descenso, superior al 1%, refleja la creciente preocupación de los inversores por un posible superávit de oferta en los próximos meses.
La presión bajista se intensificó tras conocerse que la OPEP+ analiza incrementar su producción en noviembre en un rango de entre 274,000 y 411,000 barriles diarios, muy por encima del ajuste aplicado en octubre. Arabia Saudita, principal exportador del grupo, busca reforzar su cuota de mercado y recuperar influencia en un entorno cada vez más competitivo.
Otro factor determinante fue la reanudación de las exportaciones de crudo desde el Kurdistán iraquí hacia Turquía, suspendidas durante más de dos años y medio. Este retorno al mercado incrementa la disponibilidad de barriles en un momento en que la demanda muestra señales de debilidad en varias regiones.
A nivel geopolítico, los mercados siguen de cerca los ataques recientes a refinerías rusas, que podrían alterar los flujos de productos refinados, aunque hasta ahora su impacto ha sido limitado. Al mismo tiempo, la expectativa de un eventual acuerdo de paz en Gaza podría reactivar plenamente el tráfico por el Canal de Suez, lo que reduciría la prima de riesgo geopolítica incorporada en los precios del crudo.
- En el plano macroeconómico, la atención también se centra en la situación política de Estados Unidos, donde el riesgo de un cierre gubernamental añade incertidumbre a la economía y, por ende, al consumo energético. A ello se suma la ralentización industrial en Europa y Asia, que limita la perspectiva de un repunte sólido en la demanda.
Los analistas destacan que la estrategia de la OPEP+ podría tener repercusiones en los productores estadounidenses de petróleo de esquisto. Estos enfrentan mayores costos de extracción y podrían ver reducida su rentabilidad si los precios internacionales se mantienen en niveles deprimidos por un periodo prolongado.
En este contexto, los operadores del mercado esperan con atención la publicación de los inventarios semanales de crudo en Estados Unidos. Estos datos serán clave para determinar si la tendencia bajista se profundiza o si se produce un rebote técnico en los precios en los próximos días.En conclusión, el mercado petrolero atraviesa una etapa de marcada volatilidad, impulsada por la interacción entre factores de oferta, riesgos geopolíticos y señales de debilitamiento en la demanda. Si la OPEP+ avanza con un incremento significativo en su producción, mientras se normalizan exportaciones clave como las del Kurdistán iraquí, es probable que el crudo continúe bajo presión en el corto plazo. El rumbo de los precios dependerá, en gran medida, de la evolución de la demanda global y de la capacidad de los productores de equilibrar sus estrategias frente a un entorno incierto