
El dólar y las acciones subieron a máximos históricos el jueves mientras los inversores desestimaron el cierre del gobierno estadounidense y las señales de debilidad del mercado laboral. Los tres principales índices estadounidenses cerraron en máximos históricos, con Nvidia alcanzando un nuevo máximo histórico e Intel subiendo un 50% en el último mes.
Las ganancias se produjeron a pesar de la advertencia del secretario del Tesoro, Scott Bessent, de que el crecimiento económico podría «verse afectado» si el cierre continúa, y de los datos que muestran que la contratación en lo que va del año ha bajado un 58% respecto de 2023, su nivel más bajo desde 2009.
- «Los mercados nos dicen que están mucho más centrados en la fortaleza de las ganancias, la dirección de las políticas y la liquidez que en el estancamiento de Washington. Los cierres suelen ser ruido temporal, no shocks estructurales. Los inversores están ignorando el problema.
El contexto político tampoco ha tenido mucho impacto en el dólar. El dólar se apreció ligeramente frente a las divisas sensibles al riesgo, lo que pone de manifiesto cómo los inversores se posicionan en función de los fundamentos, en lugar de los titulares.
“Históricamente, los cierres han causado volatilidad en los bonos y las acciones, pero los efectos han sido fugaces y los mercados vuelven a tratarlo como una interrupción pasajera”, dice: Nigel Green, director ejecutivo del gigante mundial de asesoría financiera deVere Group
Los datos del mercado laboral aportan matices, pero no debilitan la confianza. Un informe reciente muestra que las nuevas contrataciones se están desplomando a su nivel más bajo desde la crisis financiera. Sin embargo, un nuevo conjunto de indicadores compilados por la Reserva Federal de Chicago sitúa el desempleo en el 4,34 %, en consonancia con la descripción del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, de una economía de «poca contratación».
- Nigel Green explica: «La conclusión para los inversores es que la creación de empleo se está ralentizando, pero el desempleo se mantiene contenido. Todo esto indica un enfriamiento de la economía sin parar, lo que refuerza la expectativa de que los bancos centrales mantendrán las condiciones favorables. Los inversores se están posicionando para ese escenario».
Las ganancias corporativas siguen siendo el motor clave. Nvidia, la empresa más valiosa del mundo, sigue batiendo récords mientras los inversores apuestan por su dominio en IA. Intel, aunque todavía muy por debajo de sus máximos de 2021, ha experimentado un repunte del 50 % en el último mes gracias a una serie de exitosas fusiones.
“Estos movimientos de las acciones refuerzan la creencia de que el desempeño corporativo compensa los datos macroeconómicos débiles. El liderazgo tecnológico está impulsando los mercados. Estas empresas se han vuelto fundamentales para el crecimiento, y su capacidad de generar ganancias es lo que sigue atrayendo a los inversores. Mientras esta narrativa se mantenga, las acciones serán resilientes”, comenta.
El impulso también importa. Con los índices de referencia en máximos históricos, los inversores se resisten a dar un paso al costado. A nivel internacional, los flujos de inversión reflejan la misma perspectiva. Las acciones europeas han seguido el ritmo alcista de Wall Street, mientras que los mercados asiáticos se ven impulsados por la rotación de capital hacia sectores en crecimiento. Las monedas de los mercados emergentes están bajo presión a medida que el dólar se fortalece, pero los mercados de valores en esas regiones continúan atrayendo entradas de fondos globales que buscan mayores retornos.
Los inversores no se dejan paralizar por el estancamiento de Washington. Se fijan en el panorama general, que incluye liquidez, beneficios y posicionamiento para 2026. “Los cierres van y vienen. Lo que importa es adónde fluye el dinero, y ahora mismo es claramente a la renta variable”, afirma Nigel Green.
Los principales factores de riesgo siguen siendo las sorpresas inflacionarias, los shocks geopolíticos o una desaceleración desordenada del mercado laboral. Sin embargo, con el desempleo estable y la inflación en tendencia a la baja, los inversores consideran que los riesgos son manejables.
Nigel Green concluye: «La tendencia a largo plazo se mantiene intacta. Los mercados de valores están alcanzando nuevos máximos, el dólar se mantiene firme y los activos de riesgo tienen demanda». “Hasta que no haya una verdadera ruptura en el impulso de las ganancias o un shock externo, parece que los inversores seguirán respaldando este repunte”.