- La ministra de Hacienda del Reino Unido, Rachel Reeves, necesita quintuplicar su colchón fiscal para tener más posibilidades de evitar más subidas de impuestos y recortes del gasto en los próximos años, según el Instituto de Estudios Fiscales.
El influyente grupo de expertos dice que podría necesitar encontrar hasta £22 mil millones en el Presupuesto del próximo mes solo para restaurar el estrecho margen de £9,9 mil millones que tenía en marzo. La ministra de Hacienda está acorralada, los costes de financiación son elevados, el crecimiento es anémico y el margen fiscal que heredó prácticamente ha desaparecido. Esto deja poco margen para nada, salvo para subir los impuestos
No se trata de preferencias políticas; es aritmética. El servicio de la deuda está absorbiendo sumas récord porque las tasas se mantienen elevadas y los compromisos de gasto del gobierno son cuantiosos. Con opciones limitadas para pedir prestado o recortar, el Tesoro irá donde está el dinero: capital, propiedades, ingresos por inversiones y pensiones, las señales del mercado ya están parpadeando en rojo.
- El mercado de bonos del Estado está nervioso, la libra esterlina está bajo presión y los inversores se están reposicionando antes del Presupuesto. Estas son señales clásicas de que la carga fiscal está a punto de trasladarse a los tenedores de activos. Está ocurriendo a cámara lenta ahora mismo y se acelerará en el momento en que el ministro de Hacienda hable el 26 de noviembre.
Cualquier persona con exposición a activos del Reino Unido debe asumir que los cambios en los impuestos a las ganancias de capital, las deducciones por dividendos, los umbrales de herencia o las exenciones de pensiones no solo son posibles sino probables. Los gobiernos siempre analizan cuidadosamente el lenguaje antes de actuar, cuando los ministros se niegan a dar garantías categóricas, eso lo dice todo.
- El impacto psicológico de los nuevos impuestos se extenderá mucho más allá de aquellos directamente afectados, la confianza es frágil. Atacar a los ahorradores y jubilados envía el mensaje equivocado en el momento equivocado. Desalienta la inversión, reduce la liquidez en los mercados inmobiliarios y de renta variable, y perjudica el potencial de crecimiento a largo plazo. No se puede construir una economía productiva penalizando a quienes aportan su capital.
La historia ofrece una lección clara. En cada período de tensión fiscal en la historia británica moderna, desde la contracción de la década de 1940 hasta la congelación de las prestaciones sociales en la década de 2010, los ahorros para la jubilación y la acumulación de riqueza se han visto priorizados. El gobierno volverá a presentar esto como justicia, pero el verdadero motivo son los ingresos. Es el camino de menor resistencia.
Esperar hasta después del Presupuesto para reaccionar será demasiado tarde. Existen estrategias legítimas y totalmente compatibles que pueden proteger la riqueza antes de que se anuncien nuevas normas, esto implica maximizar las asignaciones, reestructurar las inversiones para lograr eficiencia y explorar opciones internacionales cuando corresponda. Estos pasos requieren tiempo y experiencia, y la ventana de oportunidad se está cerrando.
- Las consecuencias más amplias de la inacción, nos adentramos en una era de impuestos más altos, quienes planifiquen aún tendrán oportunidades de crecer bajo el nuevo régimen, quienes no lo hagan probablemente verán su riqueza erosionada constantemente por la deriva política.
El contexto global hace que esto sea aún más urgente, los precios de la energía siguen siendo volátiles, la economía estadounidense se está enfriando y Europa está al borde del estancamiento. El Reino Unido no puede depender del crecimiento externo para cubrir sus déficits fiscales, por eso la presión para aumentar los ingresos internos es ahora abrumadora.