Desde su fundación en Ica hasta su expansión nacional, esta entidad demuestra cómo la microfinanza puede ser el motor de desarrollo para comunidades enteras.

(*) Artículo publicado en la edición 239 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M239.pdf
Caja Ica tiene sus raíces en la reforma financiera que el Perú emprendió en los años 80, con el decreto ley N° 23039 promulgado en 1980, que sentó las bases para la creación de las Cajas Municipales de Ahorro y Crédito como instituciones financieras con enfoque social. Fue en 1987 cuando la Municipalidad Provincial de Ica constituyó formalmente esta entidad, un año que marcó el inicio de una historia destinada a impulsar el desarrollo económico local a través de la inclusión financiera.
El 18 de octubre de 1989, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) autorizó el inicio de operaciones, que se concretó tres días después. Con un capital social inicial de solo 225,340 nuevos soles y un equipo de cuatro personas, Caja Ica comenzó su recorrido ofreciendo créditos prendarios, apostando desde el principio por atender a pequeños emprendedores y sectores tradicionales excluidos del sistema bancario formal.
En 1990, la Caja recibió autorización para captar depósitos del público, un paso crucial para consolidar su rol como intermediario financiero. En 1997, la Municipalidad de Ica acordó su transformación en sociedad anónima, facilitando un modelo de gestión más profesional que sustentó su posterior expansión.
A partir de 1998, Caja Ica inició un proceso sostenido de crecimiento fuera de su región de origen, inaugurando agencias en Lima, Arequipa, Ayacucho, y otras regiones, acercando los servicios financieros a miles de familias y microempresas. Hoy, tras 36 años de operación, cuenta con más de 60 agencias y atiende a más de 150,000 clientes activos con una cartera crediticia que supera los 2,000 millones de soles.
Esta institución financiera es un claro ejemplo de cómo la microfinanza, administrada con rigor y propósito social, puede ser un motor para la inclusión y el desarrollo económico. Su historia no solo relata cifras y expansión, sino también la construcción de confianza y compromiso con los emprendedores peruanos. Caja Ica representa así un puente entre la formalidad financiera y las realidades de un país con fuerte dinamismo productivo en los sectores populares.
Más allá de su solidez financiera, la historia de Caja Ica es la historia de un empeño colectivo, de transformación social a través del crédito accesible y responsable. Su evolución en las últimas tres décadas ilustra cómo un modelo basado en la cercanía y la adaptación a las necesidades locales puede generar impacto sostenible. En este aniversario, Caja Ica renueva su compromiso con el país, evidenciando que una gestión integral y cercana puede convertir pequeños créditos en grandes oportunidades para la economía peruana.
Con este legado, que va mucho más allá de los números, Caja Ica sigue escribiendo su historia como aliada estratégica y social de miles de peruanos que transforman sus sueños en realidad mediante el acceso al financiamiento y el apoyo constante a la microempresa.