El representante de la CCE sostuvo que espera para el próximo año que las transferencias a través de la cámara ofrezcan la misma experiencia de una billetera digital. Las operaciones a través de la CCE crecieron 19 veces en los dos últimos años.
La Cámara de Compensación Electrónica es una empresa privada, de propiedad de los bancos, regulada y supervisada por el Banco Central de Reserva, que provee los servicios de canje y compensación de pagos de bajo valor. De acuerdo con Martín Santa María, su gerente general, en los últimos dos años, el número de transacciones a través de su plataforma ha crecido en más de 19 veces. La entidad trabaja tanto para mejorar la experiencia de uso de las transferencias y permitir que todos los medios de pago digitales sean interoperables.
¿Cómo ha avanzado el ritmo de transferencias en la Cámara de Compensación Electrónica (CCE) después de la pandemia?
La CCE empezó a operar desde hace más de 20 años con el servicio de transferencias diferidas. En el 2016 empezamos a ofrecer el servicio de transferencias a tiempo real [inmediatas], aunque con limitaciones de horarios, pero a partir de diciembre del 2020 este servicio opera 24 por 7. Esto ha permitido que, en los dos últimos años de pandemia, en que las personas aumentaron su preferencia por el uso de medios de pagos digitales, el volumen de transferencias inmediatas crezca en más de 19 veces.
¿Este incremento en las transacciones ha afectado las operaciones de la Cámara considerando la antigüedad que tiene?
No. A pesar de este crecimiento en las transacciones que ha tenido la Cámara, sus sistemas están preparados para absorber este enorme volumen. Nos preocupamos por estar siempre a la vanguardia tecnológica que nos permita ofrecer el servicio de transferencias interbancarias con la máxima seguridad y mejor experiencia posible. Y, en la actualidad, estamos trabajando para mejorar la experiencia de uso en las transferencias. Buscamos que, en vez de que el usuario tenga que ingresar la cantidad de dígitos del código interbancario, pueda hacer transferencias solo con el número de celular y tenga una experiencia muy similar al de una billetera digital.
Sin embargo, ustedes detuvieron sus operaciones un fin de semana, ¿qué les pasó?
Sí. Migramos a una plataforma moderna y al realizar operaciones en tiempo real, debimos hacer un alto. Esta plataforma está a cargo de proveedores del más alto nivel como Vocalink, de propiedad de la Corporación Mastercard, que nos garantizan seguridad y respaldo permanente. Hicimos las pruebas con las entidades financieras y la migración fue un éxito. Este cambio nos ha dotado de robustez, porque nos brinda una mayor capacidad de procesamiento y menos errores por demoras en el proceso. Así, con una plataforma mucho más robusta, lo que toca es comenzar a nutrirla con propuestas que agreguen valor a los usuarios.
¿Qué se necesita para que las transferencias a través de las CCE ofrezcan la misma experiencia de la billetera de un banco?
La CCE está enfocada en potenciar su rol como articulador de la interoperabilidad en el Perú Por ello, no solo planea integrar las billeteras electrónicas para ampliar su ecosistema y acceder a las personas que no están bancarizadas, sino que busca desarrollar casos de uso que mejoren la experiencia para el usuario. De acuerdo con nuestro planeamiento estratégico del año 2021-2022, que es nuestra hoja de ruta, la primera tarea es mejorar la experiencia en las relaciones entre personas. A esto le llamamos el ‘peer to peer’ (P2P). El enmascaramiento celular va a hacer que la transferencia que hoy conocemos se pueda realizar con la misma experiencia de una billetera. Para ello, estamos trabajando con todo el ecosistema, es decir, tenemos reuniones no solamente con el Banco Central para contarles en qué vamos, sino con todos los participantes, definiendo el modelo peruano.
¿Cuánto tiempo puede demandar eso?
Nos vamos a tomar lo que resta del año para culminar el documento que contenga todo el diseño funcional, la experiencia de uso, los desarrollos del modelo económico, etc., para luego entrar a la fase de implementación. Por lo general, una implementación demanda alrededor de 5 o 6 meses. Con lo cual, pensaríamos que esto podría comenzar a operar a principios del próximo año. Eso es lo que tenemos hoy en mente, pero dependerá de que esto se alinee con las capacidades que tengan cada una de las entidades financieras, para asignar recursos a este fin y se concrete lo más pronto posible. Existe mucho interés por parte de las entidades, del Banco Central y la nuestra para que esos plazos sean los más breves posibles.
De acuerdo con su hoja de ruta, ¿qué sigue?
Luego que fortalezcamos la relación P2P, pasamos al siguiente caso de uso, que es la relación entre las personas y el comercio (‘person to merchant’ o P2M). Así como un consumidor puede pagar con una tarjeta en un POS y QR o con una billetera, vamos a hacer posible que también pueda pagar con una transferencia. Es decir, no solo se van a usar los rieles de tarjetas de las franquicias para hacer pagos, sino que se usarán las transferencias cuenta a cuenta para dicho fin, mediante los rieles de la CCE. Esta es otra alternativa que trae costos distintos. Luego, vamos a trabajar con las soluciones para la relación entre personas y el gobierno (‘government to citizen’ o G2C), por ejemplo, para la distribución de subsidios o los pagos de servicios del Estado.
¿Trabajarán en alguna otra vertical más?
Así es. Vamos a terminar en soluciones más complejas como la relación entre empresas (‘business to business’ o B2B). Esto permitirá, por ejemplo, el pago de facturas. Es una solución para compañías más sofisticadas, pero para llegar a esta vertical se debe seguir ese ‘tracking’. Con esto, debo decir que la Cámara no solo será una alternativa de pagos más, sino que va a contribuir en la interoperabilidad en el país. Es decir, vamos a volvernos ese gran articulador de interoperabilidad y vamos a mejorar la experiencia de uso de las personas y de los jugadores en general.
¿Por qué esto representa una oportunidad para las microfinancieras?
Esto es muy importante, porque el perfil del cliente de las cajas y de las microfinancieras necesita que los diversos medios de pago digitales se acomoden a su vida cotidiana y sean cada vez más fáciles. Justamente, el propósito de la CCE es no solamente el de interoperar a las personas bancarizadas, sino que en este circuito participen también las no bancarizadas. Por ello, observamos que hay un gran incentivo por parte de las microfinancieras de formar parte de la Cámara. De hecho, hay 34 entidades conectadas a la CCE en el mundo de las transferencias diferidas y solo 18 en el de inmediatas. Y creemos que esa diferencia va a cerrarse en el tiempo.
¿Por qué es importante la CCE para el país?
Si no existiera una cámara de compensación no habría cómo conectar de manera eficiente a las diferentes entidades financieras. Esto, porque una cosa es transferir dinero entre cuentas en una misma entidad financiera y otra es hacerlo entre entidades distintas. Entonces, estamos al medio de estas últimas, ofreciendo soluciones que beneficien esa interconexión entre las entidades y creando un ecosistema interoperable. En los 21 años de operación de la Cámara no hemos registrado fraudes gracias a los mecanismos de seguridad que tenemos. Queremos decirles a todos que estén muy atentos a las próximas novedades de la CCE que se vienen en los próximos meses.