
Bitcoin continúa operando bajo una fuerte presión bajista, cerca de sus mínimos de siete meses, en un entorno de cautela generalizada. Tras un breve rebote técnico, la criptomoneda volvió a retroceder mientras los inversores se preparaban para un nuevo catalizador clave: el informe de empleo de septiembre en Estados Unidos, cuya publicación fue pospuesta por el cierre del gobierno. La falta de datos oficiales mantiene a los mercados en modo defensivo, incrementando la volatilidad y reduciendo la exposición a activos de riesgo.
En el plano macroeconómico, los mensajes recientes de la Reserva Federal han reforzado la percepción de un sesgo más restrictivo en la política monetaria. Varios miembros del banco central han advertido que el progreso en inflación sigue siendo desigual, dejando menos espacio para recortes de tasas en el corto plazo. A esto se suma la creciente incertidumbre política ante la posibilidad de que Donald Trump designe a un nuevo presidente de la Fed, lo que aporta un componente adicional de volatilidad a los mercados.
El debilitamiento del apetito por el riesgo ha sido evidente en los flujos institucionales hacia las criptomonedas. Bitcoin registra una tercera semana consecutiva en terreno negativo, con un descenso acumulado que refleja una menor demanda por parte de fondos y gestores profesionales. El mercado también muestra una mayor correlación con los índices accionarios, especialmente con el sector tecnológico, que recientemente ha enfrentado la toma de beneficios y dudas sobre la sostenibilidad del gasto en inteligencia artificial.
A nivel corporativo, uno de los desarrollos más relevantes ha sido la nueva valoración de Kraken, que alcanzó los 20 mil millones de dólares tras recaudar 800 millones en su última ronda de financiamiento. La entrada de inversionistas institucionales de alto perfil, entre ellos Citadel Securities, confirma el creciente interés por plataformas reguladas y la expansión de productos financieros basados en la tokenización. Este paso consolida a Kraken como uno de los actores clave en la infraestructura del mercado cripto.
Sin embargo, esta noticia positiva no logró contrarrestar el impacto de los movimientos en los fondos cotizados (ETFs) de Bitcoin (ETFs). El ETF de BlackRock, el más grande del mundo en su categoría, registró una salida récord de 523 millones de dólares en un solo día, coincidiendo con la caída del precio por debajo de los $89,000 dólares. A pesar de gestionar más de 73 mil millones en activos, el fondo registra una caída trimestral cercana al 19%, lo que refleja la rápida reversión del sentimiento institucional.
El contexto global también incide en el desempeño de Bitcoin. La recuperación del dólar, impulsada por expectativas de tasas más altas por más tiempo, ejerce presión adicional sobre los activos denominados en dólares. Además, el reciente repunte de la volatilidad del mercado de bonos estadounidenses ha limitado la entrada de capital hacia activos alternativos, lo que ha favorecido posturas defensivas en tesoros y en efectivo.
Con este telón de fondo, operadores y analistas coinciden en que el próximo dato laboral será crucial para definir el tono del mercado a corto plazo. Un reporte sólido reforzaría la narrativa de menor probabilidad de recortes de tasas, mientras que un dato débil podría ofrecer un respiro temporal al mercado cripto, aunque sin garantizar un cambio de tendencia sostenido.
En conclusión, Bitcoin enfrenta un escenario complejo dominado por factores macroeconómicos adversos, salidas institucionales significativas y una mayor aversión al riesgo. Aunque existen señales constructivas en el sector corporativo, como la expansión de Kraken y el creciente interés por la tokenización, la dinámica actual sigue determinada por la política monetaria y la incertidumbre económica. El mercado aguarda con atención el informe laboral estadounidense, que será determinante para evaluar si Bitcoin puede estabilizarse o si persisten las presiones bajistas en las próximas semanas.