
Los precios del oro registraron un ligero retroceso el jueves, poniendo una pausa a un notable repunte semanal que había llevado al metal a operar cerca de máximos históricos. La toma de ganancias fue natural tras el fuerte impulso reciente, pero el sentimiento del mercado sigue claramente inclinado hacia un escenario alcista impulsado por la política monetaria y la creciente incertidumbre global.
En las últimas sesiones, las expectativas de un recorte de 25 puntos base por parte de la Reserva Federal en diciembre se han intensificado significativamente. Los mercados ahora asignan cerca del 85% de probabilidad a este movimiento, un salto considerable frente al 39% de la semana anterior.
- Este cambio se apoya en datos económicos más débiles en Estados Unidos y en comentarios de miembros del banco central que sugieren una mayor disposición a flexibilizar la política monetaria.
El contexto macroeconómico también ha reforzado el atractivo del oro. Lecturas recientes de inflación muestran una moderación constante, mientras que el consumo y la actividad industrial indican señales de desaceleración. Con los rendimientos de los bonos del Tesoro moviéndose a la baja y un dólar menos firme, los inversionistas encuentran en el oro una cobertura atractiva frente a un entorno económico más incierto.
En paralelo, el componente geopolítico ha impulsado la demanda de refugio. La falta de avances hacia un alto al fuego entre Rusia y Ucrania mantiene vivo el riesgo de un conflicto prolongado, mientras que la tensión diplomática entre Japón y China agrega presión adicional a los mercados asiáticos. En ambos casos, los inversionistas buscan protección frente a posibles escenarios de inestabilidad regional.
El mercado también ha comenzado a considerar la posibilidad de un cambio estructural en la política monetaria estadounidense hacia 2026. La especulación de que Kevin Hassett, economista cercano a Donald Trump y defensor de tasas más bajas, podría reemplazar a Jerome Powell ha elevado las expectativas de un entorno de tasas históricamente más bajo en el mediano plazo. Aunque se trata de una posibilidad política aún lejana, ha bastado para reforzar el perfil alcista del oro.
Por el lado de la demanda, el apetito por el metal continúa fortaleciéndose tanto en los mercados financieros como entre los bancos centrales. En los últimos meses, varias economías emergentes han incrementado sus reservas de oro como estrategia de diversificación y protección frente a la volatilidad del dólar, un movimiento que ha contribuido a sostener los precios incluso en sesiones de toma de utilidades
A nivel técnico, el oro mantiene una estructura positiva, con soportes clave alrededor de la zona de 4,100 dólares por onza y resistencias cercanas a los máximos recientes. Aunque la corrección ligera del jueves sugiere una pausa saludable, el sesgo general sigue apuntando hacia arriba mientras el mercado continúe anticipando recortes de tasas y el panorama internacional permanezca cargado de tensiones.
En conclusión, el retroceso del oro observado este jueves no altera la tendencia dominante del mercado. Las expectativas crecientes de un recorte de tasas en diciembre, la posibilidad de un ciclo prolongado de flexibilización monetaria y la persistencia de riesgos geopolíticos sostienen un escenario favorable para el metal. En un contexto en el que la incertidumbre económica y política permanece elevada, el oro continúa consolidándose como uno de los activos más atractivos para la protección y la diversificación en los portafolios globales.