
El peso mexicano el 2 de diciembre registró un retroceso frente al dólar estadounidense, manteniéndose estable alrededor de las 18.30 unidades, un nivel que se ha consolidado como clave en las últimas jornadas. La divisa local mostraba una depreciación muy ligera de 0.03%, en línea con un entorno internacional de cautela mientras los operadores aguardan nuevos indicadores económicos.
El dólar registraba un avance moderado en los mercados globales, con un
incremento de 0.03% en el índice dólar. Este ajuste, aunque limitado, ha sido suficiente para presionar al peso, que continúa operando con volatilidad contenida y movimientos técnicos dentro de rangos estrechos. Los inversionistas siguen concentrados en la publicación del reporte JOLTS y de otros datos laborales clave en Estados Unidos, que podrían reconfigurar las expectativas sobre la política monetaria de la Reserva Federal.
Desde una perspectiva técnica, el par USD/MXN se mantiene acotado entre 18.2800 y 18.3250, respetando soportes relevantes y encontrando resistencia en la media móvil de 200 periodos en la gráfica de 4 horas, un umbral que sigue actuando como techo para cualquier intento de recuperación más agresiva del dólar.
La falta de catalizadores de gran impacto ha propiciado una operativa más lateral, propia de jornadas previas a la divulgación de datos económicos significativos. Los mercados financieros continúan reflejando una expectativa dominante: existe alrededor del 83% de probabilidad de que la Reserva Federal aplique un recorte de 25 puntos base en su reunión del 10 de diciembre. Esta posibilidad mantiene al mercado cambiario en un tono mixto, ya que los inversores calibran los posibles efectos de una postura monetaria más flexible en Estados Unidos.
En el entorno internacional, persisten señales mixtas. Por un lado, la moderación inflacionaria en EE.UU. respalda el escenario de próximas reducciones de tasas, mientras que ciertos segmentos del mercado laboral registran una desaceleración, lo que refuerza la narrativa dovish. Por otro lado, el sentimiento de riesgo global continúa frágil ante las tensiones geopolíticas y la desaceleración industrial en varias economías avanzadas, factores que tienden a favorecer al dólar como refugio.
En México, la estabilidad del peso también se ve influida por factores locales. La economía muestra resiliencia en sectores como la manufactura y el consumo, aunque persisten riesgos asociados a la desaceleración en Estados Unidos y a la volatilidad del flujo de capitales. La posición relativamente restrictiva de Banxico ofrece cierto soporte a la moneda, pero deja claro que el margen para sorpresas hawkish es limitado en un contexto global de relajación monetaria.
En conjunto, el desempeño del peso mexicano refleja una combinación de
prudencia, respaldo técnico y sensibilidad a los indicadores de Estados Unidos.
Mientras los mercados mantienen la mirada puesta en los próximos datos laborales, el tipo de cambio podría seguir moviéndose dentro de rangos acotados, con episodios de volatilidad dependiendo de las sorpresas económicas y del tono que adopten los miembros de la Reserva Federal.
En conclusión, el peso mexicano opera con un sesgo ligeramente negativo, influido por la fortaleza moderada del dólar y la expectativa de que la Reserva Federal recorte las tasas en diciembre. La cotización se mantiene estable cerca de 18.30 unidades, sostenida por soportes técnicos y un entorno de cautela previo a datos clave del mercado laboral estadounidense. En ausencia de sorpresas significativas, es probable que el USD/MXN continúe fluctuando en estrechos rangos en los próximos días.