
- El peso mexicano comenzó la semana con una apreciación significativa frente al dólar estadounidense, impulsado por un entorno internacional más favorable para los activos de riesgo. La divisa local logró perforar el nivel psicológico de las 18.00 unidades por dólar y alcanzó mínimos no vistos desde julio de 2024, reflejando una combinación de factores externos e internos que han fortalecido su desempeño reciente.
Uno de los principales catalizadores ha sido la debilidad generalizada del dólar en los mercados globales. El billete verde ha perdido tracción ante la expectativa de una política monetaria menos restrictiva de la Reserva Federal, lo que ha reducido su atractivo relativo frente a monedas emergentes con mayores rendimientos, como el peso mexicano.
Este contexto ha favorecido la entrada de flujos de carry trade hacia México, aprovechando el diferencial de tasas de interés aún elevado. La estabilidad macroeconómica local y la percepción de un menor riesgo han reforzado estas estrategias, lo que ha contribuido a una mayor demanda de la moneda mexicana en los mercados cambiarios.
En el plano bilateral, la resolución de tensiones comerciales entre México y Estados Unidos también ha respaldado el tipo de cambio. La eliminación de fricciones recientes ha mejorado el panorama para el comercio y la inversión, reduciendo las primas de riesgo y fortaleciendo la confianza de los inversionistas en los activos mexicanos.
Desde una perspectiva técnica, el par USD/MXN mantiene un sesgo bajista bien definido tras la ruptura de niveles clave. No obstante, la cercanía de soportes relevantes podría dar lugar a episodios de consolidación o de rebotes de corto plazo, especialmente en un entorno de alta sensibilidad a los datos macroeconómicos.
A nivel internacional, los mercados se mantienen atentos a la publicación de cifras de empleo e inflación en Estados Unidos, que serán determinantes para afinar las expectativas sobre la trayectoria de la política monetaria de la Fed en 2025 y 2026. Estos datos podrían generar episodios de volatilidad en el mercado cambiario a corto plazo.
En el ámbito local, la atención se centra en la próxima decisión de política monetaria del Banco de México, en la que el consenso apunta a un recorte de 25 puntos base. En paralelo, otros bancos centrales relevantes, como el Banco de Japón, podrían ajustar su postura esta semana, lo que añade un componente adicional de incertidumbre y de movimiento a los mercados globales.
En conclusión, el peso mexicano se beneficia actualmente de una combinación favorable de factores: un dólar debilitado, flujos de inversión atraídos por el diferencial de tasas, menor tensión comercial y expectativas de políticas monetarias más flexibles a nivel global. Si bien el panorama a corto plazo podría mostrar episodios de volatilidad, el balance general continúa siendo constructivo para la moneda mexicana mientras persista el apetito por el riesgo y se mantenga la confianza en los fundamentos macroeconómicos del país.