Hasta hace unos meses, indicadores de rentabilidad, llámense ROE y ROA, tenían una tendencia descendente o no mejoraban, pero ya se observó un punto de inflexión, afirma Denis Núñez Arias, gerente general del ICC.
Para el MBA Denis Núñez Arias, gerente general del Instituto de Crédito y Cobranza (ICC), el sistema financiero peruano puede cerrar bien el 2022, pero “en la medida que se ajusten adecuadamente las variables, siendo la primera de ellas las colocaciones”.
Nos encontramos prácticamente en el cuarto mes de los seis que separan al primer Reporte de Estabilidad Financiera del Banco Central de Reserva (BCR), emitido en mayo del 2022, del segundo, que corresponderá publicarse en noviembre del 2022.
Como es conocido por la comunidad financiera del país, el balance del primer trimestre del presente año arrojó como resultado que el sistema prosiguió con su recuperación, gracias a la aceleración de créditos, a las reducciones del gasto en provisiones, del riesgo en los créditos de consumo, así como del saldo de créditos reprogramados, al mantenimiento estable de la ratio de morosidad, y a una menor dolarización.
Pero ya en el horizonte de este año se vislumbran algunos fantasmas que están merodeando a la economía mundial, además de otros no tan incorpóreos. Y sin olvidar los del Perú, que nos pueden nublar el paisaje llamado realidad.
Las entidades financieras no son ajenas a lo que sucede en el ámbito mundial. Puede haber mucha más aversión a dar créditos en la medida que se vea una situación complicada en el orbe.
Ante este panorama, ¿podemos esperar que el sistema financiero en el Perú se mantenga, mejore o, tal vez, retroceda en lo que resta por cumplir los 365 días?
“La tendencia que presenta el sistema financiero peruano es favorable, porque no solamente mejoran los indicadores; sino también aquellos que les importa a los accionistas como son los indicadores de rentabilidad”, así lo manifestó el director general del Instituto de Créditos y Cobranzas ICC, Denis Núñez Arias.
Al respecto señaló que, hasta hace unos meses se veía que más bien los indicadores de rentabilidad, llámense ROE y ROA, venían en tendencia descendente o simplemente no mejoraban, pero ya se observó un punto de inflexión, es decir, hay una mejora.
“No es que este año esté al mismo nivel que antes de la pandemia, pero por lo menos ha habido un quiebre, una mejora, digamos así. En algunos casos hasta la mitad de lo que estaban antes de la pandemia, en otros casos se acercan y algunos están en la cuarta parte”, señaló el especialista.
¿Debo deducir que vislumbra una mejoría para el segundo semestre del año?
“Creo que sí, pero en la medida que se ajusten adecuadamente las variables, siendo la primera de ellas las colocaciones”, y sentenció: “Hoy no es tiempo para dejar de colocar”.
Es verdad que el panorama político influye mucho en la parte económica, y eso hace que las entidades financieras tengan más cuidado o más temor a colocar crédito, pero para Núñez Arias se debe seguir colocando, “porque es la única manera, no solamente de mejorar la cartera de colocaciones, sino de asegurar futuros ingresos financieros”.
Es sabido que cuando una entidad financiera coloca créditos a partir del mes siguiente ya cobra esos intereses, y esos son sus ingresos. “Entonces deben de colocar para tener ingresos financieros, y si tienen más ingresos financieros, que es lo que se está observando ahora, deberían de tener mayores utilidades. Y si hay mayores utilidades, los indicadores de rentabilidad ROE y ROA van a mejorar aún más”, añadió el MBA.
También agregó que, “de repente sea tema de ajustar las políticas y colocar en los tipos de clientes, que sabemos que no nos van a afectar, porque necesitamos tener ingresos como entidad financiera”.
El buen pagador
Sobre el proyecto de ley del buen pagador que aprobó en julio pasado la Comisión de Economía del Congreso, Núñez dijo que es obvio que es perjudicial para las financieras.
Cabe señalar que el proyecto de ley de la Comisión de Economía busca que las entidades financieras reduzcan las tasas de interés que cobran a los clientes que cumplieron por seis meses consecutivos los pagos puntuales de las cuotas pactadas de sus créditos (buen pagador), sean personas o micro y pequeños empresarios.
El ejemplo de Núñez es claro: “Si tienen programado un interés para un cliente por un período de 2 a 3 años, pero el cliente a los 6 meses mejora su buen comportamiento, entonces esos intereses proyectados van a disminuir”.
Núñez considera que este tipo de medidas pueden funcionar si se aplica similar proceder que el buen pagador para los créditos hipotecarios Mivivienda, es decir, debe ser un incentivo como para las empresas.
Esto es “un incentivo para sus clientes, que sean puntuales. Si paga constantemente y obtiene un beneficio (como pagar menos intereses) lo que tiene coherencia con lo que se está planteando en el proyecto. Pero, por otro lado, si no se incentiva la puntualidad, el cliente cae en morosidad, por consiguiente, tiene que haber más provisiones y eso perjudica el costo beneficio”.
Núñez Arias también dijo que hubiese sido mejor darle un descuento o lo que se hace ahora, que es disminuir la tasa de interés para que se mantenga puntual siempre el cliente.
Panorama mundial
Subrayó que los conflictos bélicos o las tensiones entre países, lo político en sí, afecta a las economías de todos los países. Son factores externos que influyen negativamente en el mercado mundial y local.
Pero como variable que afecte directamente a las instituciones financieras, no. Más si a sus clientes, porque el consumo se reduce, los víveres básicos se encarecen, las personas en vez de pagar su crédito lo destinan a la compra de la canasta familiar, e indirectamente afecta al sistema financiero, a través de su cliente que es el consumidor del día a día, dijo el máster en administración de empresas.
Por lo que el especialista considera que las medidas preventivas que las microfinancieras deben tomar ante esta situación, y aún más si le sumamos una posible crisis en salubridad, deben apoyarse en dos aspectos.
“Por un lado, qué porcentaje de su cartera va a estar 100% cerrada, porque las personas van a entrar en default o van a dejar de pagar porque no están generando ingresos. Y, por el otro, qué otro porcentaje debe estar abierto, por lo que para ello hay que darles de alguna manera, no facilidades, sino incentivar sus pagos puntuales”.
Núñez del ICC aprovechó para enfatizar algo: “Hemos perdido en el enfoque de la cobranza que no se trata solamente de ir a cobrar, sino de incentivar la puntualidad del cliente. Hay estudios, inclusive del Banco Mundial, que aseguran que los clientes de las microfinancieras terminan pagando, tarde o temprano, porque más adelante por un tema laboral o porque quieren sacar crédito en otro lado, terminan arreglando la situación”.