Posteriormente, luego de una pausa, se iniciaría en la segunda mitad del próximo año un gradual proceso de normalización (recortes) de la tasa de referencia, indicó el BBVA Research.
En BBVA Research prevé que la inflación interanual cerrará este año en alrededor de 8% en Lima Metropolitana y que se mantendrá en niveles elevados durante la primera mitad del 2023 (entre 7% y 7,5%, como promedio mensual).
Con la inflación total y subyacente altas y mostrando resistencia a ceder en el corto plazo, sumado a expectativas desancladas, es difícil descartar que, a pesar de que la posición monetaria es ya restrictiva y la actividad económica ha perdido impulso, el Banco Central de Reserva (BCR) siga aumentando algo más su tasa de interés de referencia.
Posteriormente, luego de una pausa, se iniciaría en la segunda mitad del próximo año un gradual proceso de normalización (recortes) de la tasa de referencia, cuando la inflación mostraría un descenso más claro y la Fed haya concluido su proceso de ajuste monetario.
Encima del consenso
Mencionó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Lima Metropolitana aumentó 0,52% en noviembre, por encima de lo esperado por el consenso de mercado (Bloomberg: 0,33%).
En el mes destacó el avance de los precios de alimentos (pescado y pollo), del menú en restaurantes, y el ajuste en las tarifas de electricidad. Con este resultado, la tasa interanual de inflación se elevó de 8,3% en octubre a 8,4%.
La inflación subyacente (que excluye a los alimentos y la energía), una medida más tendencial del ritmo al que avanzan los precios, se ubicó en noviembre en 0,23% (octubre: 0,50%), con lo que en términos interanuales no cede (sigue en 5,7%).
Es más, hay rubros dentro de la canasta de consumo que excluye a los alimentos y la energía que muestran una persistente tendencia al alza de sus precios en los últimos meses, como por ejemplo bienes y servicios diversos (cuidado personal), salud, y recreación y cultura, algo que podría estar más relacionado con demanda o con cierta generalización en el incremento de los precios hacia otros rubros de la canasta de consumo que no se han visto impactados directamente por el alza en las cotizaciones internacionales del petróleo e insumos alimentarios (trigo, maíz, soya).