Las pérdidas y daños a la propiedad pública y privada como consecuencia de los actos vandálicos durante las protestas, y su impacto negativo en los negocios a nivel nacional, tiene un efecto en la siniestralidad y probablemente los seguros tengan que ajustar costos al alza en el 2023, señala Federico Fajardo, director ejecutivo de La Protectora.
La Protectora es una corredora de seguros que opera en el mercado hace 41 años, brindando asesoría en el análisis y gestión de riesgos, así como en la contratación de seguros y administración de planes y pólizas, explica su director ejecutivo Federico Fajardo. “Tenemos un equipo especializado que se enfoca solo en las necesidades de las microfinancieras y sus clientes”, agrega.
Subraya que las microfinancieras atraviesan una etapa interesante de madurez porque no solo ofrecen seguros vinculados a sus productos financieros sino, también, una variedad de soluciones para cubrir riesgos de los clientes, sus familias y negocios.
Menciona que, a través de una entidad financiera, es más fácil que los usuarios adquieran una cobertura porque la entidad tiene poder de negociación y eso le permite mejorar su oferta.
En cambio, las compañías de seguros tienen ciertos criterios de suscripción de clientes, parámetros mínimos de seguridad que cumplir, en los que el apetito por asegurar una cartera se define en el área técnica, refiere.
“No todos los riesgos pueden ser amparados por una póliza, está sujeta a la aprobación o inspección técnica favorable que haga el especialista de la aseguradora”, agrega.
Falta despegue
En la región, el Perú fue uno de los primeros países en regular los microseguros, pese a ello, aún no se observa un gran despegue del producto. “La gente tiene temor de lo que no conoce y al considerar el seguro un servicio intangible, porque se paga un costo por una promesa de alivio económico futuro, les crea ese miedo”, acota.
En ese sentido, subraya que La Protectora se ha involucrado mucho con la difusión de los beneficios del microseguro.
Además, la regulación respalda fuertemente el fomento de los microseguros pues busca que estén redactados en lenguaje sencillo, con certificados de cobertura no complejos sino al alcance del entendimiento de las mayorías, con costos razonables, muy pocas exclusiones, y con indemnización en tiempo breve cuando ocurre un siniestro.
Hay mucho soporte de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), monitoreando el producto y los plazos de pago, manifiesta.
Recomendaciones
Fajardo recomienda a los usuarios leer las pólizas antes de contratarlas, revisar la cotización, preguntar condiciones de cobertura, lo que no está cubierto, los deducibles, la parte del costo que el usuario asume.
“La gente entiende que el seguro es un requisito para que le den un crédito, por ejemplo, y no es así, es un instrumento financiero que acompaña al financiamiento, en caso de una pérdida o daño”, precisa.
Los productos para los clientes de entidades financieras están divididos entre los seguros ligados al crédito como desgravamen, multirriesgo PYME, seguro vehicular y agrícola.
Y entre las coberturas optativas, que son a elección del cliente, las de mayor acogida son las relacionadas a eventos que pueden generar la muerte del titular.
“La persona busca cuidar a su familia y los microseguros están enfocado en ello, son productos de costo bajo que permiten la inclusión de personas con poco poder adquisitivo, para quienes es difícil contratar un seguro de manera directa”, explica.
Menciona que también hay otros microseguros como los oncológicos y los de protección de tarjetas de débito y crédito, los que se fortalecieron durante la pandemia, los primeros por prevención y los otros porque aumentaron las compras por internet y, con ello, las estafas y fraudes digitales.
Sin embargo, Fajardo recuerda que la siniestralidad, es decir la ocurrencia del riesgo asegurado, se ha incrementado en los últimos dos años con la pandemia de la COVID-19.
Igualmente, las pérdidas y daños a la propiedad pública y privada como consecuencia de los actos vandálicos durante las protestas, y su impacto negativo en los negocios a nivel nacional, tiene un efecto en la siniestralidad y, probablemente, los seguros tengan que ajustar costos al alza en el 2023, admite.
Digitalización
Las entidades microfinancieras tienen propuestas muy interesantes para digitalizar los créditos, están dando mayor cobertura a sus productos financieros de ahorro y crédito, subraya.
“Muchos créditos se dan de forma digital, por tanto, tenemos el reto constante de comercializar seguros a través de las entidades financieras también de forma digital”, expresa Fajardo.
Indica que La Protectora cuenta con plataformas para gestionar el portafolio de seguros de entidades financieras en canales masivos, y están instalando dichas plataformas en algunas Cajas Municipales para que toda la información fluya virtualmente.
“Lo que aún falta es difundir una cultura de digitalización, medidas de prevención, validación biométrica y huella digital. A veces hay exceso de confianza de los usuarios y terminan dando sus datos a quien no deben”, alerta. Por ejemplo, admite que hay mucho reclamo de las entidades financieras por el mal uso del plástico, pese a las recomendaciones de seguridad, mensajes de texto de alerta, publicidad, difusión de prevención, que no están teniendo los resultados esperados.