Aun cuando algunas entidades financieras han realizado esfuerzos para incluir a la población, local y extranjera, al sistema financiero, el segmento de refugiados y migrantes enfrenta ciertas barreras para acceder a productos y servicios bancarios, afirmó la superintendenta adjunta de Conducta de Mercado e Inclusión Financiera de la SBS, Mariela Zaldívar.
Para generar bienestar en los ciudadanos y maximizar su capacidad de contribuir a la economía peruana es relevante crear condiciones que faciliten su acceso a productos y servicios financieros, afirmó la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) durante la presentación de la Guía práctica para la Inclusión Financiera-Población Refugiada y Migrante.
Explicó que la Política Nacional de Inclusión Financiera (PNIF), aprobada en agosto del 2019, considera que la inclusión en un sistema financiero formal puede llevar a mejorar el bienestar económico de la población, estableciendo así acciones para incrementar el acceso y uso de productos y servicios financieros por parte de diferentes grupos poblacionales.
Una mayor inclusión de los ciudadanos en un sistema financiero formal no solamente tiene efectos positivos en la economía sino también, y más importante, en el bienestar de las personas a través de los beneficios que obtendría con este acceso a más productos y servicios, dijo la superintendenta adjunta de Conducta de Mercado e Inclusión Financiera de la SBS, Mariela Zaldívar.
“Por ello, desde hace más de una década venimos trabajando de manera articulada en la Comisión Multisectorial de Inclusión Financiera, conformada por 10 instituciones del sector público, en el marco de la PNIF y su Plan Estratégico Multisectorial para mejorar este mayor acceso al sistema financiero en el país”, comentó.
Los indicadores presentados en el reporte más reciente de la SBS revelan importantes avances en los últimos 5 años en torno al acceso a los servicios financieros.
Red de atención
La disponibilidad de la red de atención del sistema financiero, medida como el número de puntos de atención como oficinas, ATM, cajeros corresponsales y establecimientos de operaciones básicas (EOB), por cada 100.000 adultos, aumentó de 681 a 1.620 entre junio del 2017 y junio del 2022.
Esto como resultado de la expansión de la red de atención del sistema financiero, principalmente cajeros corresponsales, así como el mayor grado de compartición de los puntos de atención entre entidades.
La infraestructura del sistema financiero se expandió en poco más de 40.000 puntos en los últimos cinco años, sumando 94.356 puntos físicos al primer semestre del año pasado, los cuales eran compartidos en promedio por cerca de 4 entidades.
Las restricciones impuestas por la pandemia significaron una acelerada migración de los clientes hacia canales digitales. El número de oficinas se redujo a nivel nacional, observándose, en contraste, una importante expansión de la red de cajeros corresponsales.
Canales digitales
Asimismo, el uso de canales como la banca por internet y banca móvil se incrementó de forma significativa. Según datos del Banco Central de Reserva (BCR), las operaciones a través de la banca virtual (internet, software corporativo, software de cliente, banca por teléfono y banca móvil) casi se triplicaron respecto del periodo previo a la pandemia, pasando de S/43,8 millones en diciembre del 2019 a S/159 millones en junio del 2022.
Además, el porcentaje de adultos con crédito en el sistema financiero se ubicó en 33,62% al sexto mes del año pasado, registrándose un total de 7,4 millones de deudores a junio del 2022, de los cuales cerca de la mitad fueron mujeres.
La tenencia de cuentas continuó incrementándose. De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), el porcentaje de adultos con alguna cuenta de depósito en el sistema financiero pasó de 39,28% a 53,64% entre el primer semestre del 2017 y similar periodo del 2022.
Guía práctica
En tanto, Zaldívar sostuvo que, aun cuando algunas entidades financieras han realizado esfuerzos para incluir a la población, local y extranjera, al sistema financiero, el segmento de refugiados y migrantes enfrenta ciertas barreras para acceder a productos y servicios bancarios.
“Hablar de inclusión financiera es referirse al acceso y uso de servicios financieros de calidad en todos los segmentos de la población incluyendo también la población migrante y refugiada”, expresó.
Subrayó que esto implica un desarrollo económico dentro de un marco de estabilidad financiera de mayor competitividad y productividad.
A través de la inclusión financiera también se logra una contribución para la reducción de la pobreza y desigualdad, añadió.
Un estudio realizado por la SBS permitió identificar diversas barreras para estos bajos niveles de inclusión financiera en la población extranjera, se determinaron 9 barreras agrupadas entre barreras de entorno institucional, de oferta y de demanda.
Aquí, dijo, se destaca el limitado conocimiento sobre las características de los documentos de identidad de la población extranjera y mecanismos de validación, y se verificó poco conocimiento respecto de las instituciones sobre este segmento migrante.
“Tomando en cuenta estas barreras, la SBS inició un esfuerzo con diferentes entidades público-privadas para poder compartir estos hallazgos y empezar a dictar medidas coordinadas para tratar de eliminar las barreras que se habían encontrado a través de este diagnóstico”, indicó.
Al igual que experiencias internacionales adoptadas por otros países, la SBS consideró relevante el desarrollo, lanzamiento y la difusión de una Guía práctica para la Inclusión Financiera-Población Refugiada y Migrante.
Esto con el objetivo de orientar al sistema financiero, en sus distintos niveles, para que pueda informarse sobre las características que requieren los documentos de identidad, así como los mecanismos de validación, mencionó.
También poder compartir información respecto de las características y necesidades que tiene la población migrante, a fin de que el sistema financiero pueda diseñar estrategias que promuevan definitivamente su inclusión financiera, acotó.