El economista jefe del BBVA Research, Hugo Perea, dijo que parece que la contención de la inflación en el Perú sólo requerirá un “aterrizaje suave” de la economía.
El economista jefe del BBVA Research, Hugo Perea, afirmó que en un contexto en el que las medidas más tendenciales de inflación se mantienen aún elevadas y de cierto desanclaje de las expectativas, lo más probable es que las tasas de interés del Banco Central de Reserva (BCR) permanecerán en niveles relativamente altos durante el 2023.
Destacó que varios bancos centrales de economías emergentes, como el BCR, tuvieron el acierto de iniciar sus ciclos alcistas de tasas con anticipación y hoy están por culminar ese proceso.
Dijo que, en el caso de Perú, parece que la contención de la inflación sólo requerirá un “aterrizaje suave” de la economía, no obstante, lo más probable es que las tasas de interés permanecerán en niveles relativamente altos durante el 2023.
Cabe señalar que, en octubre, el BCR elevó la tasa de interés de referencia en 25 puntos básicos de 6.75% a 7%, continuando con los ajustes de la posición de política monetaria, para hacerle frente a la inflación.
Intensa batalla
En su informe “Perú | La batalla global contra la inflación”, Perea recordó que los bancos centrales vienen librando una intensa batalla contra la aceleración de la inflación. Este esfuerzo no ha estado exento de polémica y debate ya que ha implicado fuertes incrementos de las tasas de interés que ralentizarán el crecimiento.
Dijo que la mayor inflación se explica por factores de demanda y de oferta. La reapertura de las economías, gastos contenidos durante los confinamientos y vigorosos estímulos económicos generaron presiones de demanda sobre los precios.
La oferta no respondió tan rápido debido a que se mantuvieron restricciones para operar sobre algunos sectores, problemas con las cadenas de suministros, mayores costos de transporte, energía y alimentos, entre otros, lo que se complicó por el conflicto en Ucrania, indicó.
En parte, los cuestionamientos a los ajustes monetarios que se vienen implementando se basan sobre la percepción de que la inflación actual responde, principalmente, a los factores de oferta señalados, sobre los cuales los bancos centrales no pueden hacer mucho, explicó.
Un tercer elemento que también debe considerarse son las expectativas de inflación. Si la inflación se mantiene en niveles más altos que los usuales, por periodos largos, es probable que la gente empiece a anticipar que, hacia adelante, la inflación también será mayor, dijo Perea.
“La credibilidad del banco central se erosiona, y más aún si las personas perciben que hace poco para contener el incremento de precios. En este caso, la inflación tiende a hacerse persistente porque el público incorpora esta información cuando ajusta sus precios”, comentó.
En este contexto, señaló que los bancos centrales suben las tasas de interés como señal de su compromiso con la estabilidad de precios, incluso si no existen presiones de demanda.
Los bancos centrales parecen estar dispuestos a errar subiendo en “exceso” las tasas de interés y arriesgar una recesión frente a “hacer muy poco”, manifestó.
“Y seguramente tienen razón. Algunas experiencias de los años setenta y principios de los ochenta mostraron que reversiones prematuras de ajustes monetarios llevaron a entornos con inflaciones persistentemente altas o a restricciones monetarias posteriores más severas que generaron contracciones económicas significativas”, dijo.
Recordó que los errores de política cometidos durante las gestiones de Arthur Burns y Paul Volcker al frente de la Reserva Federal (Fed) son ejemplos de ello.