Bitcoin volvió a captar la atención de los mercados financieros al subir por encima de los $112,500 dólares en una jornada marcada por la volatilidad. Aunque el avance fue moderado, el movimiento refleja el creciente optimismo de los inversionistas ante la posibilidad de que la Reserva Federal de Estados Unidos decida recortar las tasas de interés en su próxima reunión del 17 de septiembre. La expectativa se consolidó tras la publicación de datos laborales débiles, que refuerzan la percepción de una economía en desaceleración.
El repunte del Bitcoin ocurre mientras la criptomoneda se mantiene lejos de su máximo histórico alcanzado en agosto de 2025, cuando superó los $124,000 dólares. A pesar de la distancia respecto a ese nivel, el actual entorno macroeconómico le brinda un soporte clave, ya que la reducción en el costo del dinero tiende a favorecer activos de riesgo y a estimular la búsqueda de alternativas frente a la inflación.
En el plano corporativo, las adquisiciones de Bitcoin por parte de grandes empresas refuerzan la narrativa de la criptomoneda como activo de reserva. Metaplanet Inc, una firma japonesa que ha seguido una estrategia similar a la de MicroStrategy, anunció la compra de 136 BTC por $15.2 millones de dólares, lo que eleva sus tenencias a más de 20,000 BTC. Este movimiento consolida su papel como una de las compañías públicas más expuestas al activo digital.
Por su parte, Strategy (antes MicroStrategy) amplió aún más su liderazgo en el mercado institucional. La compañía adquirió 1,955 BTC adicionales, alcanzando un total de 638,460 BTC en sus reservas. Con ello, ya controla más del 3% del suministro máximo de Bitcoin, un hito que subraya la creciente concentración de monedas en manos de corporaciones que han adoptado una visión a largo plazo sobre el valor del activo.
Las ganancias no realizadas de Strategy superan los $24,000 millones de dólares, lo que fortalece su posición como el mayor tenedor corporativo de Bitcoin en el mundo. Esta acumulación no solo refleja confianza en la apreciación futura de la criptomoneda, sino que también envía una señal al mercado sobre la legitimidad creciente del activo dentro de las finanzas tradicionales.
En el frente regulatorio, los inversionistas permanecen atentos a las decisiones de los bancos centrales y a los avances en marcos legales para el uso de criptoactivos. La expectativa de menores tasas de interés en los Estados Unidos, combinada con compras institucionales de gran escala, refuerza el atractivo del Bitcoin como activo híbrido: a medio camino entre un refugio de valor y un instrumento especulativo. En conclusión, el repunte de Bitcoin por encima de los $112,500 dólares refleja un entorno de creciente apetito por activos alternativos en un contexto de desaceleración económica y expectativas de flexibilización monetaria. Con instituciones financieras y corporaciones ampliando sus posiciones, el mercado de criptomonedas se perfila para seguir siendo un actor relevante en la dinámica global, aunque la volatilidad y los riesgos geopolíticos sigan marcando el pulso de su evolución,