La meta es otorgar 10,000 plásticos en el corto plazo, a fin de llegar al 10% de clientes, unos 40,000, en los tres primeros meses.
La Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) otorgó a Caja Cusco la aprobación para emitir tarjetas de crédito, con lo cual será la primera caja municipal en ofrecer este plástico con tasas de interés por debajo del promedio del sistema bancario.
“Es una gran noticia para el sistema pues, tras 40 años de experiencia de las cajas y una trayectoria sólida e importante en el país, se ha hecho justicia para las microfinancieras”, afirmó Jorge Solís, presidente de la Federación Peruana de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito (Fepcmac).
Tras recibir el visto bueno de la SBS, la caja está en un proceso de otorgamiento de la tarjeta a los clientes exclusivos, aquellos que conoce más y con buen comportamiento de pago, que representan el 49% del total, señaló Walter Rojas, gerente central de negocios de Caja Cusco.
Por si se presenta un problema operativo con algún proveedor o una compra, se pueda solucionar sin exponerse a contingencias futuras, acotó.
Sostuvo que la meta es otorgar 10,000 plásticos en el corto plazo, a fin de llegar al 10% de clientes, unos 40,000, en los tres primeros meses.
“Estamos en una marcha blanca, pero desde octubre estaremos masificando el otorgamiento de tarjetas y, en enero del 2023, entraríamos al mercado de clientes nuevos; esta es la estrategia”, detalló.
Según Rojas, hay requerimiento de tarjetas por distintas personas, clientes o no, dadas las condiciones, requisitos y tasas que ofrece este producto; pero se quiere calibrar lo de las fechas de cierre de mes, pues el caso de una tarjeta es distinto a un crédito.
“Queremos ser referente para otras entidades del sector y demostrar que tenemos las capacidades para entrar a otros modelos de negocios y poder competir con los bancos”, señaló.
Solis enfatizó que esta autorización pone la cancha pareja para todas las entidades del sistema financiero, aunque todavía hay operaciones que representan un privilegio para el sector bancario.
Las microfinancieras consideran una actitud discriminatoria que muchas cajas municipales y financieras, cuyo tamaño es incluso superior a ciertos bancos, no tengan autorización para gestionar tarjetas de crédito, cheques a la vista ni cuentas corrientes.
Pese a ello, esperan que la SBS siga autorizando la administración de estos productos a las demás entidades a fin de que puedan brindar un servicio más integral a sus clientes.
El presidente de la caja, Guido Bayro, coincidió en que las cajas líderes tienen un tamaño importante, por lo cual merecen todos los atributos que tiene la banca; esta nivelación con los productos financieros que pueden ofrecer los bancos es una demanda constante de las cajas municipales.
CONDICIONES
Los ejecutivos explicaron que la tarjeta de crédito de Caja Cusco combinará atributos de una tarjeta de consumo y una empresarial, por lo que permitirá financiar compras y capital de trabajo, además de disponer de efectivo.
Indicaron que será una tarjeta con la marca Visa de cobertura nacional e internacional, sin cobro de membresía, con 45 días de plazo para el pago y sin intereses de la deuda de consumo revolvente.
En tanto, la tasa de interés en soles de la tarjeta de crédito para capital de trabajo será de 27% anual en promedio, mientras que para compras, bordeará el 29%.
Para los mejores clientes de Caja Cusco, las tasas podrían ser menores y situarse entre 18% y 22%, incluso por debajo del promedio del sistema financiero, señaló Bayro.
La tasa de interés promedio anual en moneda local de las tarjetas del sistema bancario es de 56.52%, de acuerdo con datos de la SBS.
Al cierre del primer semestre, 11 bancos, dos financieras y una caja rural otorgaron 8.5 millones de tarjetas de crédito en total.
CUENTA CORRIENTE
Tras alcanzar una autorización con las tarjetas de crédito, ahora las entidades ediles empezarán a luchar por abrir cuentas corrientes a sus clientes de la micro y pequeña empresa, según adelantó Bayro, quien espera que esta aspiración sea liderada por la Fepcmac.
“Si un microempresario quiere participar en las compras del Estado, le piden tener una cuenta corriente para transferir su pago; pero como las cajas no tenemos esas cuentas, los microempresarios se ven obligados a afiliarse a un banco”, precisó.
En esta línea, el factoring, o adelanto de pago con facturas, es otro producto que las cajas podrían brindar, añadió.
Solís había proyectado que, en los próximos dos o tres años, todas las cajas municipales podrían emitir tarjetas de crédito y cuentas corriente a sus clientes.
COMPETENCIA
Los especialistas prevén que esto permitirá que las tasas de interés de este las tarjetas de crédito se reduzcan por la mayor competencia y el abanico de opciones que tendrían los clientes para elegir.
Las tasas de costo efectivo anual (TCEA) máxima de las entidades financieras van desde 86.48% a 135.72% para el plástico. Mientras que en la modalidad revolvente el rango va de 83.14% a 124.39%.
Solís mencionó que Caja Huancayo también tiene entre sus planes lanzar su tarjeta de crédito, la cual ofrecerá tasas entre 30% y 42%. Y, el siguiente año, se sumaria a este segmento de productos la Caja Arequipa que proyecta proveer de plástico a 100,000 peruanos.
El conjunto de cajas tiene como potencial a más de dos millones de clientes para financiamiento, especialmente micro y pequeñas empresas, dijo.
A estos usuarios se les asignará una línea de crédito mediante el plástico que no solo será para consumo sino para capital de trabajo, característica que las hará más atractivas frente a las ya existentes en el mercado, expresó.
CONGRESO
Al cierre del primer semestre, la Comisión de Economía del Congreso aprobó el dictamen para fortalecer el sistema de cajas municipales de ahorro y crédito, con el que se permitiría ampliar las operaciones de las cajas ediles incluyendo la captación de depósitos a la vista, emisión de sobregiros y cheques de gerencia.
Pese a que esta propuesta también promovía la administración de tarjetas de crédito, dicha capacidad fue eliminada ante el desacuerdo de la SBS, que argumentó un elevado riesgo de gestionar créditos revolventes.