En los últimos años he visto cómo 2 eventos climatológicos afectaron severamente a las micro y pequeñas empresas (Mypes) en el Perú. En el 2017, fue el Fenómeno de El Niño (FEN) y más recientemente, durante el primer trimestre de este año, el ciclón Yaku.
En el norte del país se inundaron las tierras de cultivo, ocasionando en algunos casos la pérdida completa de su producción y, en otros, afectando seriamente la productividad. Otras Mypes perdieron su mercadería e, incluso, los equipos y herramientas de sus negocios; y las viviendas de estos emprendedores fueron seriamente afectadas.
Además, muchas vías de comunicación se interrumpieron ocasionando la pérdida de los productos perecibles que debían enviarse a los mercados y, también, quienes se dedican al transporte dejaron de percibir sus ingresos.
En el sur, la sequía afectó a la agricultura y a la producción de pastos para la ganadería, y la caída del nivel de agua del lago Titicaca perjudicó a muchos pobladores que se dedican al servicio de turismo lacustre. En general, las Mypes vieron disminuir sus ventas en todo el país por la caída de la demanda interna.
Hoy estamos nuevamente ante la inminente presencia de El Niño y las instituciones microfinancieras (IMF) que trabajamos con las Mypes tenemos la capacidad y la obligación de ofrecerles alternativas financieras y capacitación para que estén mejor preparadas para enfrentar este evento cíclico de la naturaleza.
Con educación financiera y capacitación podemos orientarlos en la elaboración de un plan de emergencia que incluya el refuerzo de techos y la construcción de muros de contención; en cómo poner la mercadería a buen recaudo de inundaciones; cómo organizarse en la familia y la comunidad para el momento en que se presente el evento; cómo prepararse para la falta de agua, de alimentos y de energía; cómo estimar un fondo de emergencia para cubrir los gastos básicos en caso se interrumpan sus ingresos; y, qué oportunidades de ingresos se generarán como, por ejemplo, en impermeables, mascarillas, repelentes, etc.
Las IMF deberíamos difundir una oferta de productos asociada a estas necesidades, como son los seguros para proteger los bienes del negocio y la vivienda de las inundaciones, productos de ahorro para su fondo de emergencia, y créditos para preparar las viviendas y locales de los negocios para soportar las lluvias. Es también una oportunidad para fortalecer la cultura del ahorro y de los seguros.
Además de las acciones preventivas aquí planteadas, si se presenta la emergencia, muchas Mypes perderán su mercadería y/o sus herramientas y equipos de trabajo. En emergencias pasadas, las IMF hemos respondido con diferentes soluciones financieras que obedecen a la real necesidad del cliente, como las reprogramaciones de deudas a nuevos plazos; sin embargo, tenemos el desafío de ir más allá.
El Niño se puede haber llevado sus activos, pero su conocimiento del negocio se mantendrá intacto y su mercado aún estará ahí, por lo que el reto es no sólo reprogramar la deuda, sino asumir el riesgo de prestarles un capital adicional para reponer los bienes perdidos y que puedan volver a salir adelante.
Si actuamos como planteamos y cada uno es coherente con su propósito, contribuiremos de manera importante a mitigar el riesgo que enfrentan hoy nuestros clientes. Aún estamos a tiempo. Estemos a la altura de lo que ellos y el país necesitan.