La reducción del déficit fiscal obedeció, principalmente, al crecimiento de los ingresos corrientes del gobierno general en 12,7%, señaló el Banco Central de Reserva (BCR).
El déficit fiscal de Perú descendió a 1,6% del Producto Bruto Interno (PBI) al cierre del 2022, lo cual es menor en 0,9 puntos porcentuales del producto al déficit registrado en el 2021, reportó el Banco Central de Reserva (BCR).
Explicó que la reducción del déficit fiscal obedeció, principalmente, al crecimiento de los ingresos corrientes del gobierno general en 12,7%, tributarios y no tributarios, producto de la recuperación de la actividad económica y del efecto de los mayores precios de los principales minerales de exportación e hidrocarburos en el 2021 y primeros meses del 2022.
De esta manera, el coeficiente ingresos corrientes a PBI alcanzó un nivel de 22,1%, el más alto desde el 2015.
Los gastos no financieros del gobierno general mostraron un menor ritmo de crecimiento (6%), por el retiro del gasto de respuesta frente a la COVID-19 y por reactivación, lo que se tradujo en una reducción del gasto como porcentaje del PBI a 22%.
Diciembre
En diciembre del 2022, el sector público no financiero registró un déficit de S/15.021 millones, principalmente por los menores ingresos corrientes del gobierno general en 11,2%, tanto tributarios como no tributarios.
Por su parte, se registró una caída de los gastos no financieros del gobierno general en 2,6%, explicado por gobierno nacional y gobiernos regionales.
La reducción interanual de los ingresos se explicaría por el efecto de la corrección de precios de productos de exportación, a lo que se suma un menor nivel de ingresos extraordinarios, factores que se han traducido en menores ingresos por regularización, Impuesto a la Renta de personas jurídicas no domiciliadas, multas, Impuesto General a las Ventas (IGV) a las importaciones e interno, canon y regalías petroleras y gasíferas, y regalías mineras.
La caída interanual de los gastos no financieros del gobierno general correspondió a los gastos corrientes, principalmente en remuneraciones y transferencias a los hogares.
El primero se explica por el gasto extraordinario por pagos de sentencias judiciales que se registró en diciembre del 2021, así como por los menores pagos por emergencia sanitaria al personal de Salud (bonos, servicios complementarios y prestaciones adicionales); en tanto que el segundo porque el gasto por el bono Yanapay en dicho mes fue mayor al pago por el bono alimentario en diciembre del 2022.
Esta caída del gasto fue atenuada por la mayor formación bruta de capital en 19,3%, en particular de los gobiernos subnacionales, principalmente.