El sector asegurador ha ido encontrando más eco en la industria de microfinanzas que está entendiendo que el mercado de seguros puede unirse a ellos en el esfuerzo de avanzar en la inclusión financiera, manifiesta a Microfinanzas, Eduardo Morón Pastor.
(*) Artículo publicado en la edición 222 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M222.pdf.
¿Cuál es el rol del sistema asegurador en la inclusión financiera?
La inclusión financiera es un reto en todos los países, cuando preguntamos a nuestros primos del sistema financiero la razón que dificulta atender a las micro y pequeñas empresas (Mypes), básicamente su respuesta es que son muy riesgosas.
Nuestro rol en esta tarea nacional es tratar de acompañar al resto de actores y fortalecer la gestión de riesgo que los negocios enfrentan y que es mucho más complejo para empresas pequeñas que no tienen múltiples ventanas de liquidez o diversos proveedores para escoger.
A lo largo de estos años, hemos ido encontrando más eco en la industria de microfinanzas que está entendiendo que, efectivamente, el mercado de seguros puede unirse a ellos en este esfuerzo de avanzar en la inclusión financiera.
¿Cómo ayudan a gestionar el riesgo de las Mypes?
Estos negocios tienen una mayor probabilidad de muerte en el primer año de operación, expectativa que se reduce pasados los 2 o 3 años. La corta vida promedio de algunos emprendimientos, a diferencia de un corporativo o gran empresa, se asocia con un mayor riesgo, situación que se ve reflejada en tasas de interés elevadas, es decir, deuda cara.
Una microfinanciera ve que su cliente tenga capacidad de pago, otorga un préstamo pequeño y va probando incrementos en la línea crediticia. El problema de este enfoque es que, si la empresa pasa por una eventualidad y no tiene la espalda financiera para soportarla, puede volverse una situación muy compleja.
Frente a estas dudas, se presenta el seguro como una protección para acompañar al financiamiento. Lo que hace que una empresa pequeña quiebre es que su principal cliente no le pague, por lo que si se respalda dicho riesgo podrá seguir operando, aunque se le presente una interrupción de liquidez.
¿Qué opinan las microfinancieras?
En la conversación que hemos tenido a lo largo de los años con la industria de microfinanzas les hemos dicho que deberían utilizarnos más porque esto es como cuando los jóvenes recién entran al mercado laboral, su CV es una hoja en blanco, no tienen ninguna experiencia que mostrar; así también una empresa pequeña muchas veces es una hoja en blanco, recién va a tener clientes y proveedores.
Si pensamos en un negocio con una alta rotación de liquidez y su capacidad de operar se corta, no tendrá las espaldas para soportarlo; no podrá tomar un segundo crédito porque no se lo darán y quizá no posee una tarjeta de crédito para superar esa eventualidad de liquidez.
Nuestra tarea es hacer que ese cliente, que por naturaleza es muy riesgoso, represente un menor riesgo en el otorgamiento del crédito, atenuar dicha percepción frente a las entidades financieras.
¿Hay predisposición de estas entidades?
Si algo tengo que enfatizar para este segmento es que hemos pasado de una situación en la que los promotores de crédito no entendían las pólizas y mucho menos por qué tenían que comentarle sobre ellas a sus clientes, a un escenario donde ven los seguros como una herramienta para sus deudores y una protección para su cartera.
Recuerdo que los asesores sentían que su trabajo se complicaba si debían explicarles lo que es un siniestro o una prima, pero ahora es parte de su día a día.
Además, vemos un creciente interés de las aseguradoras por acompañar ese esfuerzo de las microfinancieras a lo largo del país y eso es algo muy positivo. Todos buscamos que los negocios no solo sobrevivan, sino que crezcan. No queremos que los comercios que logran graduarse del primer año de operaciones fracasen en la primera tormenta.
Respaldo
¿El Estado apoya este trabajo?
Durante las conversaciones con el Ministerio de la Producción (Produce), les decimos que están yendo por un camino que ya existe. Gran parte de la intervención pública para tratar de favorecer a las empresas pequeñas es darles líneas de crédito, pero lo que falta hacer es que tengan más cubiertas esas esquinas duras de atravesar, por ejemplo, un respaldo que asegure su continuidad.
Sería mucho más útil darles ese grado adicional de resiliencia mediante un seguro, porque estas empresas se descarrilan en la primera curva que deben afrontar y se pierde el empuje del empresario que arriesgó su capital, comprometió sus activos y ahora debe volver a empezar.
¿El camino que sigue el sistema asegurador es el que se esperaba o va más lento?
Evidentemente, es mucho más fácil avanzar en un entorno de alto crecimiento económico, el cual no hemos tenido. Sin embargo, es importante utilizar estos eventos, que podríamos calificar de catastróficos pues hicieron que las empresas quiebren, como una lección de que se puede estar preparado y protegido para evitar que el mal momento se repita.
Los últimos años han sido muy críticos, si el negocio atravesó la pandemia y no pudo acomodar su canal de ventas a la orden de confinamiento seguramente este evento hizo que se hundiera, y si no contó con un seguro ante las posteriores lluvias también terminó quebrando.
Hay un aprendizaje muy importante para las microfinancieras y los empresarios, las primeras funcionan como el principal asesor de los segundos pues los conocen a detalle, saben cómo les ha ido en sus ventas y conocen los problemas que tiene su historial crediticio.
¿Qué iniciativas están surgiendo desde Apeseg y las compañías de seguros para promover este trabajo con las financieras?
Hay un modelo conocido como ‘freemium’, que utiliza la industria peruana y la mundial, mediante el cual las entidades de microfinanzas acuden a los productos de las aseguradoras no para la venta de un crédito más un seguro, sino para incentivar al cliente a probar cómo le ayudaría esta cobertura frente a un siniestro.
Es una especie de regalo interesado que permite introducir una herramienta hasta cierto punto desconocida en la gestión de riesgos de las Mypes.
Puede ser un seguro multirriesgo acotado para proteger la mercadería de un incendio o una lluvia en empresas donde las espaldas son poco anchas, no se tolera la pérdida de stock porque representaría la quiebra de la empresa y el incumplimiento en el pago del crédito. Tener esta protección ayudaría con la devolución del préstamo pues garantiza la continuidad del negocio.
¿Hay otros mecanismos adicionales?
Sí, lo segundo que observamos son los combos en los que se identifica una molestia en el empresario, por ejemplo, pagar una tasa de interés elevada, y se le ofrece una solución. Si el cliente tiene un seguro multirriesgo, el costo de su financiamiento puede bajar de 40% a 25% anual, tasa que se muestra más razonable. La probabilidad de incumplimiento frente a un evento adverso se cae dramáticamente porque está asegurado.
Durante el primer trimestre no se concretaron las proyecciones pesimistas sobre El Niño, ¿cómo evitar que los negocios vean al seguro contratado como un gasto?
Gracias a dios no hubo un fenómeno fuerte, tuvimos lluvias muy pequeñas. No obstante, es tremendamente importante para las pequeñas empresas y sus asesores en las microfinancieras entender que ese es el rol del seguro, evitar que en una situación adversa puedan cerrar o, peor aún, quedar endeudados. No tendrían capacidad de generación de ingresos y, además, cargarían con una mochila financiera por cumplir.
Para llevarlo a la vida privada, es como contratar a un guardián para vigilar la casa y a fin de mes pedirle que devuelva el sueldo porque nadie robó. Al contrario, se agradece que nadie se metió a la casa. Tratamos de que los negocios comprendan que es mejor tener el seguro y no usarlo, que necesitarlo y no haberlo contratado.
¿Y la protección frente a terremotos?
Camina mucho más lento porque es un riesgo que, desde el punto de vista del empresario, aún es más remoto, es más improbable que ocurra y que lo termine afectando. Diría que es más difícil convencer a un cliente de la MYPE que se proteja frente a movimientos telúricos.
Regulación
¿Cómo califica la labor de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) con el sistema asegurador?
Estamos trabajando en conjunto con el regulador en este segmento de microfinanzas, es un área que necesita mucha capacitación, entender el rol que juega el seguro como herramienta de gestión de riesgos.
La SBS tiene un mandato natural de ser la voz para educar a la población en general, capacitarlos sobre la identificación de sus riesgos y cómo actuar para estar protegido. De esta manera, se logrará un mejor desarrollo de los negocios y un buen comportamiento de los consumidores.
Trabajamos con la SBS en un objetivo común y es que la mayoría de los clientes sepa utilizar las herramientas, porque no solo se trata de tenerlas sino de que puedan usarlas de manera correcta a lo largo del tiempo.