
Estados Unidos se encuentra una vez más al borde de un cierre gubernamental, y las implicaciones para los inversores en Estados Unidos y en el extranjero son significativas, advierte el director ejecutivo Nigel Green de una de las organizaciones de asesoramiento financiero y gestión de activos más grandes del mundo.
- El Congreso no ha logrado aprobar los proyectos de ley de financiación necesarios, y el plazo vence mañana. A menos que los legisladores lleguen a un acuerdo de última hora, gran parte del gobierno federal quedará paralizado.
El enfrentamiento se produce en un contexto de crecientes déficits, una economía que ya muestra grietas y divisiones políticas tan profundas como las que ha habido en décadas.
Los precios del oro ya han alcanzado máximos históricos a medida que los inversores se inclinan por activos refugio. Los rendimientos de los bonos del Tesoro oscilan, con un historial de caídas durante los confinamientos, pero el rencor político y la preocupación por la deuda podrían impulsarlos al alza esta vez. El dólar estadounidense, que sigue siendo la moneda de reserva mundial, es vulnerable a los cambios en la confianza.
Continúa: “Los cierres no son lo mismo que los impagos, pero envían una señal perjudicial sobre la disfunción política en la mayor economía del mundo.
- Los inversores de todo el mundo se ven obligados a reevaluar el riesgo, y eso tiene efectos dominó en todas las clases de activos y geografías.
- En el pasado, los cierres solían ser breves y económicamente manejables; sin embargo, este se ve con más inquietud.
Desde 1950, se han producido 21 episodios de este tipo, la mayoría de los cuales duraron solo unos días. El más largo, en 2018-2019, se prolongó durante 35 días y costó a la economía aproximadamente 3.000 millones de dólares en pérdidas permanentes de producción. Durante ese episodio, el S&P 500 experimentó una corrección, los rendimientos cayeron y la confianza se vio afectada.
Lo que hace que el inminente cierre sea más preocupante es el contexto: desaceleración del crecimiento global, shocks geopolíticos y condiciones monetarias más estrictas.
“Esto ocurre en un momento en el que los inversores ya se enfrentan a un entorno impredecible” Aumenta la volatilidad y podría acelerar la fuga de capitales internacionales de los mercados estadounidenses. Ya hemos visto cómo las asignaciones a Estados Unidos se han reducido en los últimos tiempos, y otro enfrentamiento político podría reforzar esa tendencia”.
Una de las consecuencias de un cierre que se pasan por alto, pero son importantes es la interrupción de la recopilación de datos. Las agencias gubernamentales podrían detener la publicación de estadísticas económicas críticas, incluidas las cifras de empleo y los informes de inflación. Los mercados dependen en gran medida de estos indicadores para establecer expectativas de ganancias corporativas, tasas de interés y valoraciones de monedas. Sin ellos, la especulación llena el vacío, aumentando el riesgo de fijación de precios incorrectos y oscilaciones abruptas.
Los inversores basan sus decisiones en información fiable. Si los informes sobre empleo o precios al consumidor se retrasan, no solo incomodan a los economistas, sino que desestabilizan los mercados y complican la política de los bancos centrales. La ausencia de datos en un momento crítico puede causar un daño duradero a la confianza.
Los mercados de valores están especialmente expuestos. Los inversores suelen ignorar las interrupciones breves, pero las prolongadas merman la confianza y desencadenan ventas masivas.
Las empresas que dependen de contratos gubernamentales o aprobaciones regulatorias pueden sufrir retrasos que afectan sus ingresos. La confianza del consumidor también tiende a decaer, lo que puede repercutir en el gasto y las ganancias.
El simbolismo importa tanto como la sustancia para los inversores internacionales. Estados Unidos sigue siendo el mercado más grande y con mayor liquidez, pero las recurrentes amenazas de cierre de gobierno ponen de relieve la fragilidad política. Todo esto socava el atractivo del dólar como activo refugio y refuerza los argumentos a favor de la diversificación.
“Los inversores no deberían dejarse paralizar por el drama político en Washington, pero deberían ser pragmáticos”, afirma Nigel Green.
- Invertir en empresas de calidad con fundamentos sólidos sigue siendo esencial. La diversificación geográfica y de clases de activos es más crucial que nunca. Los activos alternativos, incluido el oro, están demostrando una vez más su valor como parte de una cartera equilibrada.
Es improbable que el cálculo político en Washington mejore rápidamente. Incluso si se encuentra una solución temporal, los acuerdos a largo plazo siguen siendo difíciles de alcanzar. La creciente polarización significa que la amenaza de futuros cierres persistirá, manteniendo un grado de incertidumbre permanente arraigado en los activos estadounidenses.
Nigel Green concluye: “Los mercados pueden vivir con los ciclos económicos, incluso con presiones inflacionarias y políticas monetarias cambiantes. Lo que más socava la confianza es la disfunción en la cúpula. Cada cierre erosiona la credibilidad de Estados Unidos como un administrador fiable de la economía global.