“Es urgente incorporar competencias digitales, habilidades blandas, pensamiento crítico y resolución de problemas. Además, la formación técnica debe fortalecerse, vinculando a los estudiantes con industrias clave y promoviendo instituciones de calidad”.
(*) Artículo publicado en la edición 226 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M226.pdf.
El último informe del Ranking Mundial del Talento, publicado por el Institute of Management Development (IMD) en colaboración con Centrum PUCP, nos muestra un panorama preocupante para Perú: el país ha descendido 4 posiciones, situándose en el puesto 59 de 67 economías evaluadas.
Este resultado, es el reflejo de una realidad que no podemos ignorar: nuestra incapacidad para desarrollar y aprovechar el talento de manera eficiente, un aspecto crucial para cualquier nación que aspire a competir en la economía global actual.
Uno de los factores que más ha impactado en el descenso de Perú en este ranking es su pésimo desempeño en el pilar de Preparación, donde ocupamos el puesto 63. Esta dimensión evalúa la capacidad de la fuerza laboral para satisfacer las demandas del mercado actual, y aquí Perú ha mostrado una caída de 14,7 puntos. Esto revela deficiencias profundas en el sistema educativo, especialmente en la formación de competencias que el mundo laboral moderno exige.
El sistema educativo en Perú está desconectado de la realidad. A pesar de los avances tecnológicos que viven otras economías, seguimos formando estudiantes con un enfoque que no responde a las necesidades actuales. No solo se trata de invertir más en infraestructura, sino de modernizar los programas educativos, alineándolos con las demandas del mercado global.
Es urgente incorporar competencias digitales, habilidades blandas, pensamiento crítico y resolución de problemas. Además, la formación técnica debe fortalecerse, vinculando a los estudiantes con industrias clave y promoviendo instituciones de calidad.
La falta de preparación de la fuerza laboral limita el desarrollo profesional de los trabajadores y afecta directamente el crecimiento económico del país.
Las empresas tienen dificultades para cubrir vacantes con profesionales calificados, lo que reduce la productividad y la competitividad del país a nivel global. Para ello, es vital implementar programas de capacitación continua para los docentes, asegurando que estén preparados para enseñar habilidades y conocimientos relevantes.
Otro factor en el retroceso de Perú es la falta de atracción de talento, con un descenso constante desde el 2020. Aspectos como la calidad de vida, seguridad y motivación de los trabajadores afectan la retención y atracción de profesionales calificados, tanto locales como extranjeros. Aquí, incentivos fiscales para empresas que inviertan en la formación y retención de talento podrían ser una solución.
Proyectos como el puerto de Chancay y la ampliación del aeropuerto internacional Jorge Chávez, que generarán miles de empleos, son oportunidades para el crecimiento económico del país.
Sin embargo, estos proyectos solo tendrán éxito si contamos con una fuerza laboral preparada para los retos de la nueva economía digital.
Para esto, debemos fomentar ecosistemas de innovación como parques tecnológicos y hubs, donde empresas, Gobierno e instituciones educativas colaboren para desarrollar tecnologías y soluciones que impulsen la competitividad.
El mensaje es claro: si Perú no actúa ahora para mejorar su competitividad en talento, seguirá rezagado. La falta de reformas en el sistema educativo y la incapacidad para atraer talento serán barreras difíciles de superar.
El talento es el motor del desarrollo económico, y el futuro de Perú depende de las acciones que tomemos hoy para garantizar que las futuras generaciones estén preparadas para competir en un mundo cada vez más complejo.