Algunos consideran que el BCR debería seguir únicamente en el camino de la interoperabilidad, debido a los altos riesgos que implican sobre el sistema financiero la emisión de una moneda digital. La participación de todos los actores vinculados a la inclusión financiera, profundizar la educación financiera y el desarrollo de la infraestructura tecnológica serán fundamentales en el proceso.
El Banco Central de Reserva (BCR) publicó a inicios de abril el documento “CBDC: Promoviendo los pagos digitales en el Perú”, a fin de presentar las principales consideraciones para una eventual emisión de una Moneda Digital del Banco Central (CBDC, por sus siglas en inglés).
Dicha exploración es un paso que, hasta al momento, han dado más de un centenar de economías desarrolladas y en desarrollo, con el propósito de reducir el uso de efectivo e impulsar la inclusión financiera.
Sobre el proyecto de moneda digital del BCR, Darío Bregante, gerente senior del Área de Regulación Financiera y Fintech de EY Law, sostiene que, en primer lugar, es acertada la transparencia con la que la autoridad monetaria ha puesto en ‘blanco y negro’ su estrategia para promover el acceso y uso de los pagos digitales, porque permite al mercado conocer lo que el BCR tiene en mente.
En segundo lugar, resalta la claridad del BCR sobre el rol que tendrá la moneda digital, porque la autoridad monetaria ha señalado en su informe que, en principio, esta moneda no pretende ser una competencia directa de ningún mecanismo de pago actual.
Por el contrario, indica que la moneda digital será un complemento de los servicios de pagos existentes, con lo que busca despejar los temores de que pueda generar una competencia entre el sector público y el privado.
“El planteamiento que realiza el BCR sobre las distintas formas que hay para estructurar la moneda digital, las ventajas, desventajas y retos, transparenta las razones por las cuales, en esta primera etapa, propone una estructura determinada para contar con una moneda digital en el país”, comenta Bregante a Microfinanzas.
Asbanc
La Asociación de Bancos (Asbanc) también tiene una opinión favorable sobre cómo el BCR está gestionando el proyecto de la moneda digital. Ricardo Montero, su gerente de Estudios Económicos, precisa a Microfinanzas que es positivo que el BCR realice investigaciones sobre herramientas de pago como la moneda digital y que las comparta con el mercado.
Resalta que el informe del BCR plantea de forma preliminar la visión que la autoridad monetaria tiene sobre cómo se podría implementar la moneda digital y deja abierta ‘la cancha’ para que los jugadores del sistema puedan emitir opiniones para perfeccionar el proyecto.
Sostiene que Asbanc coincide con el BCR en que dicha potencial moneda puede ayudar a impulsar la inclusión financiera en el país y que no necesariamente competirá con los instrumentos de pagos existentes.
“El BCR indica que su principal objetivo es llegar a las personas no incluidas financieramente y cualquier movimiento que apunte a la inclusión financiera nos parece bueno que se discuta”, anota Montero.
Algunas dudas
Si bien Asbanc y consultoras como EY se muestran favorables a la iniciativa de la moneda digital, existen otros actores del mercado que opinan lo contrario.
El informe del BCR precisa que ha explorado dos alternativas para enfrentar los desafíos de los pagos digitales, que hacen que el efectivo continúe siendo el rey. Una de estas es la implementación de políticas para mejorar el acceso e interoperabilidad de los sistemas de pagos vigentes y, la otra, es la introducción de la moneda digital como complemento de los instrumentos de pago digitales.
Una fuente del sistema de pagos indica a Microfinanzas que la autoridad monetaria debería seguir únicamente en el camino de la interoperabilidad, debido a los altos riesgos que implican sobre el sistema financiero la emisión de una moneda digital.
Según la fuente, el respaldo que gozará la moneda digital no solo podría llevar a que sustituya a los demás mecanismos de pagos digitales, sino que incluso puede desplazar a los depósitos, dado que el público puede preferir conservar sus excedentes en monedas digitales en lugar de depósitos en los bancos, debido a las bajas tasas de interés que ofrece la banca y a las comisiones que cobra.
Justamente, dicho riesgo de desintermediación financiera ha sido recogido por la autoridad monetaria en su documento.
El BCR señala que este y otros riesgos que genera la emisión de una moneda digital “deben estudiarse cuidadosamente desde la etapa de diseño”, a fin de que se elija aquel modelo que permita contrarrestarlos.
Para Bregante, del estudio se puede vislumbrar que existe un claro objetivo del BCR de evitar dicho riesgo, sin embargo, se debe cuidar de que lo que está proponiendo en el documento se cumpla.
“Claramente, va a tener que verse cómo termina consolidándose el diseño de la moneda porque existen muchas alternativas. El mismo documento expone que hay que tener cuidado justamente para que no afecte a la bancarización, entonces, el concepto en sí mismo no es algo negativo. Va a depender mucho de cómo se termine implementando”, agrega, por su parte, Montero.
Situación
En la actualidad, las monedas digitales de los bancos centrales se encuentran en una etapa muy temprana y están limitadas a proyectos piloto. De 114 economías del mundo que han mostrado interés, solo Nigeria, 8 países del Caribe y dos territorios británicos han lanzado su moneda digital.
Además, en 18 economías la CBDC está en etapa de piloto, en 24 en desarrollo y en 31 en investigación. En el último grupo se encuentra el Perú.
China mantiene un proyecto piloto del Yuan Digital desde el 2020. Otras economías que están en la misma situación son Australia, Tailandia, Brasil, Corea del Sur, Rusia e India, según el portal MCPRO (muycomputerpro). La publicación sostiene que para el 2030, el Banco de Inglaterra y el Tesoro del Reino Unido prevén lanzar una libra digital o CBDC Britcoin.
“Estados Unidos se ha quedado rezagado en esta carrera, pues ha dado prioridad a las criptomonedas privadas. Trabaja en un dólar digital, equivalente a una red SWIFT de próxima generación. La idea pasaría por crear una CBDC para comprar, pero no para ahorrar, a modo de prueba”, indica MCPRO.
De las monedas implementadas y los pilotos, se espera que las transacciones alcancen los US$100 millones en este año, según cálculos de la consultora Juniper Research, con sede en Reino Unido.
La firma señala que el verdadero potencial de las monedas digitales se visibilizará en los siguientes años. Así, proyecta que para el 2030, los pagos a través de las CBDC llegarán a los US$213.000 millones anuales.
La consultora señala que la falta de desarrollo de productos comerciales en las monedas digitales será un factor limitante para su crecimiento.
Por ello, afirma que los futuros proveedores de las plataformas de CBDC deberán desarrollar soluciones integrales de punta a punta, que incluyan capacidades de pagos mayoristas, el aprovisionamiento de billeteras digitales y la aceptación de los comercios para aprovechar el potencial de este medio de pago.
Así, la moneda digital peruana no solo enfrenta el desafío de minimizar los riesgos de desintermediación financiera y cibernéticos que conllevaría su operatividad, sino otros más estructurales.
Desafíos estructurales
El BCR puso a disposición de los actores, junto con el documento “CBDC: Promoviendo los pagos digitales en el Perú”, una encuesta para conocer sus impresiones, así como para recibir sugerencias. Para Bregante, hay 3 factores que el BCR debería tener en cuenta en el proyecto.
El principal, según el especialista de EY, la participación de todos los actores vinculados a la inclusión financiera. Sostiene que, si bien el objetivo de la moneda digital es impulsar la inclusión financiera, dicha tarea no solo debe recaer en el BCR, sino que se necesita de la participación de los otros actores para resolver las principales barreras.
De ahí que un segundo factor vinculado con lo anterior es la profundización de la educación financiera. El experto señala que será muy crítico encontrar la moneda digital que pueda ser usada por la mayoría de la población no bancarizada. Y para dicho objetivo será necesario las articulaciones que se puedan tener con el Ministerio de Educación (Minedu), para romper ciertos mitos que existen alrededor de la CBDC.
“Hay personas que prefieren guardar el efectivo bajo el colchón y eso no tiene ningún beneficio. Incluso, he escuchado que hay personas que dicen, yo manejo mejor mi dinero a medida que veo qué tan llena está mi billetera. Aquí lo que hará falta es ese cambio cultural”, comenta.
El tercer factor mencionado por Bregante, con el que coincide Montero de Asbanc, es el desarrollo de la infraestructura tecnológica. Bregante sostiene que, si bien el documento del BCR identifica la brecha que existe en este aspecto y propone como plan B el manejo de las operaciones de la moneda digital con mensajes de texto, este no debe representar un ‘confort’.
Sostiene que, en la medida en que vayan creciendo las operaciones, su manejo mediante mensajes de texto podría representar una ‘pata coja’ para el proyecto. Con lo cual, “no debe dejarse de impulsar el desarrollo de la infraestructura tecnológica en el país”.
“El fortalecimiento del sistema de pagos es más grande que solamente la moneda digital. Eso es un trabajo permanente y sí debe tener algunos logros de acá a 5 años. Uno de los riesgos principales que el mismo BCR resalta es el tema de ciberseguridad. Se tiene que construir una infraestructura tecnológica muy sólida para lanzarse con algo como la moneda digital para que no sea vulnerable a los ataques”, resaltó Montero.