
El dólar estadounidense cayó el viernes, borrando sus recientes ganancias, después de que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, adoptara un tono cautelosamente moderado en su discurso en Jackson Hole. El dólar, que se había mantenido firme a principios de semana, ahora parece que terminará la semana con un rendimiento limitado o plano.
Powell reconoció que, aunque la inflación se ha moderado sustancialmente desde los máximos alcanzados tras la pandemia, sigue siendo algo elevada y que el equilibrio de riesgos está cambiando. Destacó que el mercado laboral ya no está sobrecalentado, sino que se encuentra en un «curioso equilibrio», ya que tanto la oferta como la demanda de trabajadores se han ralentizado. Esto podría aumentar la posibilidad de que aumenten los riesgos a la baja para el empleo.
Añadiendo a la narrativa bajista, Powell dijo que el PIB se ralentizó hasta el 1,2 % en la primera mitad de 2025, aproximadamente la mitad del ritmo del año pasado, debido principalmente al debilitamiento del gasto de los consumidores. También señaló que el aumento de los aranceles está empezando a impulsar los precios, aunque argumentó que su impacto puede ser en gran medida temporal. Esta combinación podría considerarse como una puerta abierta a recortes de tipos, lo que lastraría la moneda.
Sin embargo, Powell también hizo hincapié en que la postura de la Fed sigue siendo restrictiva y más cercana a la neutralidad que hace un año, y que las decisiones dependerán de los datos que se reciban. Los mercados siguen esperando dos recortes de tipos antes de fin de año, el primero de ellos probablemente en septiembre. De cara al futuro, todas las miradas están ahora puestas en las cifras del PIB y la inflación de la próxima semana para poner a prueba la valoración de Powell. Una desaceleración más pronunciada podría acelerar las peticiones de flexibilización, lo que ejercería una presión adicional sobre el dólar, mientras que las persistentes presiones sobre los precios podrían retrasar la decisión de la Fed