El inicio de la pandemia marcó un año de cambios y adaptación para los micro y pequeñas empresarios, quienes han necesitado renovarse día a día debido a las nuevas necesidades y prioridades del mercado. Surgieron nuevos factores que determinarían su continuidad o no: la innovación y transformación digital.
Antes, la digitalización era considerada una herramienta más que ayudaba a mejorar la productividad o dar un servicio adicional a los usuarios o clientes; en cambio, hoy en día la implementación de soluciones digitales es casi obligatoria. La transformación digital inició con la necesidad de implementar servicios online, con la finalidad de llegar a las personas y mantenerse en contacto con sus clientes, ante la inmovilización nacional. Por ello, durante la pandemia, el crecimiento exponencial del ecommerce generó que todo negocio deba adaptarse a la nueva realidad y así evitar la bancarrota.
No obstante, la necesidad de acceder a un servicio de delivery para el envío de sus productos, impulsó a nuestros clientes a solicitar un crédito. El digitalizarse y sobre todo, ser lo suficientemente versátil para innovar es uno de los factores determinantes que ayudó a varias micro y pequeñas empresas a adaptarse a esta nueva sociedad de cambios. En Caja Trujillo, antes de finalizar el año pasado, se registró una solicitud de más de S/ 2 mil millones de créditos.
En conclusión, el Perú ha demostrado que es un país de emprendedores, donde las personas crean sus propias oportunidades a pesar de los obstáculos. El crear o morir es lo que impulsa a emprendedores a lanzar ideas novedosas y útiles para un mercado cada vez más versátil. Las nuevas tecnologías han traído cambios en los tipos de servicios y productos y el apoyo financiero es lo que necesitan para hacer crecer su negocio y, sobre todo, seguir dejando el Perú como un país de emprendedores.